El Vampiro de la Calle 37

6º Michael

Holap
Este capítulo es medio de relleno, se lo pueden saltar si quieren. Es sólo como lo qué pasó resumido desde la perspectiva de Mikey.

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Nada bueno podía salir de esto. Frank lo sabía, Gerard lo sabía y Michael, el hermano de Gerard, lo sabía también.

A pesar de ser el más joven de los dos, Michael era el encaramado de mantener sus vidas en orden. Él se encargaba de conseguirles trabajo para tener dinero, de conseguir documentos falsos, de mantenerse al día con las actualizaciones del mundo moderno y lo más importante, de mantener bajo control a su hermano. El problema de Gerard es que era un poco impulsivo, terco y se dejaba llevar fácilmente por sus sentimientos, además de que siempre se empeñaba en romper las reglas que Michael le ponía. La más importante de todas: jamás bebas en la casa. No le sorprendió llegar una noche del trabajo y encontrar a su hermano en la sala bebiendo la sangre de un adolescente.

Como la casa estaba en mal estado y ellos nunca salían de día era normal que algunas personas pensaran que estaba abandonada, por lo que a menudo la gente se metía pensando que no había nadie, eso incluía a muchos adolescentes curiosos o vagabundos que buscaban un lugar caliente para dormir en el invierno. Michael le había dicho miles de veces a Gerard, vagabundos si, adolescentes no.

Pero esa noche algo fue distinto. Michael lo vio en la expresión de su hermano mientras bebía la sangre de aquel joven: lujuria.

Corrió hacia él y trató de sepáralo del muchacho pero Gerard estaba en una especie de transe, como si fuera un animal salvaje que actúa solamente por instinto. Michael tubo que darle un golpe muy fuerte a su hermano para poder sepáralo del chico y solo entonces Gerard volvió en si.

Si no hubiera sido por Michael, Frank habría muerto.

Una vez estuvo más calmado, Gerard le contó que sangre del joven había sido adictiva, deliciosa y que lo inhibió de todo sentido.
Lo describió como un golpe de adrenalina.

Si las cosas no eran lo suficientemente raras, su hermano mencionó haber tenido visiones mientras bebía la sangre del chico. Vio a un niño pequeño en navidad, rodeado de regalos pero él estaba solo, sus padre no habían llegado.

Al escuchar sobre esto Michael supo que no podía ser nada bueno. La gente como ellos no experimentaba esa clase cosas al alimentarse, o por lo menos él jamás había conocido a alguien que lo hiciera.

—Cura su herida y luego deja que se vaya, no necesitamos problemas—le dijo. Lo que en realidad estaba diciendo fue: no nos causes problemas Gerard.

Gerard lamió la herida en el cuello del chico y la herida se cerró. La saliva de su especie hacía eso para evitar que las víctimas murieran desangradas.

Dejaron al niño en la cama de unas de laS habitaciones y a la mañana siguiente dejaron que se fuera. Listo, se habían deshecho del problema... o eso creyó Michael.

Las personas como ellos lo dormían siempre, lo hacían solo de vez en cuando pero durante toda la semana Gerard decía estar cansado y tomaba pequeñas sientas y siempre despertaba afirmando haber soñado con Frank.

—¿quién es Frank?—preguntó Michael.

—El chico de la otra noche.

—¿cómo sabes su nombre?

—No lo se...simplemente desperté y lo sabía...

Algo debía andar muy muy mal, sobre todo porque las personas como ellos no soñaban.

—vivir tanto tiempo te está dañando el cerebro, tal vez deberías ir a terapia.

—Te juro que es verdad—decía Gerard mientras caminaba de un lado a otro desesperadamente.

Michael sabía que algo estaba pasando, no sabía que era pero llegó a la conclusión de que lo mejor era ignóralo. Con el tiempo las cosas volverían a la normalidad. Pero Gerard no era un hombre fácil de convencer. Tuvieron fuertes discusiones, Su hermano quería acercarse al chico, tener respuestas.

Un día mientras estaban en la casa Frank volvió. Se metió por la ventana y ambos lo observaron desde las sombras en silencio. Gerard quería ir con él pero Michael lo convenció de esperar un poco más, ademas de que Frank había abierto la ventana dejando entrar la luz del Sol, la cual les irritaba bastante por lo que no podían acercarse.

Frank examinó la casa y ambos, Gerard y Michael, comprendieron que el chico estaba experimentado lo mismo que Gerard. Cuando el chico llegó a la habitación donde ambos, por alguna extraña razón, tenían toda su vida pegada en una pared, Gerard quiso acercarse pero Michael lo detuvo y como resultado tiraron una revista del suelo, el ruido asustó a Frank y luego se marchó.

Esa tarde hubo una discusión. Gerard afirmaba que todo esto significaba algo, no sabía que o cómo explicarlo. Michael no quería admitirlo pero Gerard tenía razón, todo aquello significaba algo pero a diferencia de su hermano él solo quería ignóralo. Nada bueno podía salir de esto.

Para variar Gerard no pudo aguantarse y esa misma noche olfateó el aroma de Frank hasta encontrar su casa, se metió en ella mientras todos dormían y al igual que Frank hace unas horas se puso a examinar el lugar. Quería saber todo sobre el chico, todo lo que no había visto en sus sueños. Caminó por la cocina, abrió el refrigerado y se dio cuenta de que no había nada de carne, Frank era vegetariano, algo que no tenían en común.
Estaba a punto de irse cuando vio su fotografía en la mesa de noche del chico. La tomó entre sus manos y se vio a sí mismo en los años 20s. Volvió a dejar el retrato en su lugar pero luego vio la fotografía enmarcada de Frank co sus padres. Se la llevó y en su lugar dejó su propio retrato.

Cuando llegó a casa Michael estaba furioso y se enojó aún más al ver que tenía en sus manos la fotografía de Frank.

—No quiero que vuelvas Gerard—le ordenó.

—No lo entiendes Michael, tenemos una conexión.

—Tonterías—replicó—. Nos estás poniendo en riesgo.

Pero claro que su hermano no le iba a hacer caso. Cuando se marchó al cementerio a visitar la tumba vacía de Lindsay, que era a dónde iba para pensar, y volvió el la noche acompañando de Frank... Michael quiso asesinarlo ahí mismo.

Gerard, no se como ni por qué pero si se, que te vas a arrepentir de esto. Pensó.