capitulo trece

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En cambio, Bakugou le parpadea una vez, y luego entra de nuevo al aula, y de repente Uraraka se pregunta si ha cometido un terrible error. Ella lo sigue al interior y descubre que ya está hablando.

-Usted.- Señala al chico de los ojos verdes. -Cuando dije 'tch' antes, quise decir 'sí'. Si quieres algo, no te quedes atrás como un cobarde. Siempre sal y tómalo. Justo y cuadrado. Eso es lo que hacen los héroes y los ganadores-.

Uraraka parpadea sorprendida, una pequeña sonrisa vacilante se forma en su rostro.

Los ojos del chico se iluminan de nuevo con su respuesta, y asiente con la cabeza con entusiasmo. -¡Sí, Dynamight, señor!-

Después de responder algunas preguntas más, siguen a los niños al patio de recreo y se quedan mientras tienen su recreo. Uraraka aprovecha la oportunidad para investigar un poco. Se acerca al lado de Bakugou casualmente, con las manos entrelazadas detrás de la espalda mientras se inclina hacia adelante para mirarlo con una expresión de regocijo.

-Tuviste algunas respuestas bastante buenas-, alaba, sus ojos se cierran momentáneamente mientras su sonrisa se extiende por su rostro.

Bakugou simplemente se burla y mira para otro lado, pero ella no lo deja escapar tan fácilmente.

-¿Qué te hizo cambiar de opinión?- Ella se golpea la barbilla. -¿Podría ser la amenaza de no convertirse en el héroe número uno, tal vez?-

-Eso no es todo-, responde.

Él no da más detalles, y Uraraka no presiona, pero ella se alegra de que algo además de su estatus en el mundo de los héroes parece haber tenido un impacto en él.

Ambos miran hacia arriba cuando escuchan un pequeño chillido, sus ojos siguen a un grupo de tres chicos. El de delante empuja a otro chico al suelo.

-¿Qué pasa, Hinata?- el chico de delante aguijonea. -¿No puedes levantarte por tu cuenta?-

Un niño al lado del cabecilla se ríe. -¡Probablemente no! Cualquiera que no tenga ninguna peculiaridad necesita que lo sujeten de la mano-

El chico que está en el suelo se seca la cara y se tapa los ojos con el antebrazo.

Uraraka frunce el ceño ante la escena. Matones! ¡No en su reloj! Ella camina con un propósito, a punto de intervenir, pero luego se da cuenta de que Bakugou tiene una expresión extraña en su rostro. Cuando él pasa a su lado, ella lo deja, curiosa y un poco aprensiva mientras lo sigue.

-¿Crees que eres hábil o algo así?- Bakugou demanda, doblando la cintura para observar a los matones, sus manos enguantadas en sus caderas.- ¿Tres contra uno? ¿Qué tipo de pelea es esa?

Los tres niños retroceden, dándose cuenta de que la situación no se ve tan bien para ellos.

-H-Hinata estaba siendo molesta-, trata de explicar uno. -Sigue diciendo que va a ser un héroe, pero es ... ni siquiera tiene una peculiaridad-.

-¿Hah?- Bakugou mira al niño en el suelo, que agacha la cabeza, y luego vuelve a mirar a los matones.

Está callado por un momento. Y luego-

-Sí, bueno. Se ha hecho antes. Así que no hables de tonterías que no conoces. ¡Ahora lárgate ya!-

El trío corre de regreso a la seguridad del patio de recreo, lanzando miradas aterrorizadas sobre sus hombros. Uraraka va a ayudar al chico a levantarse del suelo, pero Bakugou la agarra del hombro. Ella parpadea sorprendida.

-Levántate-, le dice el rubio.

El chico lo hace, un poco tembloroso, y Bakugou asiente una vez en aprobación.

-¿Ves? Puedes levantarte por tu cuenta. Muestra lo que saben.

El chico no dice nada, pero le lanza a Bakugou una pequeña y tímida sonrisa y luego se inclina una vez antes de correr hacia el columpio. Uraraka observa a Bakugou mirando al chico, y se le ocurre algo.

Fue solo al comienzo de su tercer año que Deku y All Might le contaron a su clase sobre el origen de su peculiaridad. Ambos sentían que les debían a todos la verdad. Uraraka no pensó mucho en eso en ese momento, pero Bakugou no parecía tan sorprendido como el resto de sus compañeros de clase. Quizás siempre lo había sabido; debe haberlo hecho, si él y Deku crecieron juntos.

Mientras Uraraka estudia el ceño pensativo de Bakugou, se pregunta si tal vez las cosas también se pusieron un poco personales para él hoy.

Esperan en la estación de autobuses que los llevará de regreso a UA en silencio. El negocio detrás de ellos es una tienda de televisión, y el único sonido que no es el del viento es el ocasional de una comedia estadounidense vieja, cursi, en blanco y negro.

-¡Vamos, Mary! ¡No seas una arpía y hazme un maldito sándwich de mortadela!

El sonido de una risa artificial burbujea de fondo, pero Uraraka apenas se da cuenta. Está demasiado ocupada estudiando a Bakugou con el rabillo del ojo. Tiene el mismo ceño pensativo de antes. Desearía saber qué decirle.

-¡Lordy Bee! ¡Está fumando el reefer otra vez! Lo dejaré en el pasado, lo haré-.

Uraraka se pregunta si debería intentar entablar una conversación. No puede decir con certeza si la excursión de hoy se quedará con él. Ella espera que sí, porque no está segura de qué hacer a continuación con su asignación.

-¡Oh Ralph, llamaría al doctor Higgins, pero sabes que se escapó con el lechero hace años!-

-¿Qué carajo literalmente estamos escuchando?- Bakugou murmura, su repentino comentario fue suficiente para sacar a Uraraka de sus pensamientos.

Ella lo mira vacilante, y él la coge por el rabillo de su ojo esta vez. Ella no sabe qué es, tal vez el estrés de hoy, o tal vez se esté volviendo un poco loca, pero el comentario la hace estallar en carcajadas, sus mejillas se tornan de un rosa brillante cuando el sonido sale de ella.

-¡¿Que es tan gracioso?!-

Uraraka niega con la cabeza, impotente, hacia él, el autobús se acerca en la distancia.

-No es nada, Bakugou-, dice ella, indicándole que se vaya. -Vámonos a casa-.

Extraña rivalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora