capitulo siete

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Al día siguiente, mientras guarda algunos libros de su casillero en su mochila escolar, Uraraka siente más que ve la presencia de Bakugou. Para alguien tan explosivo, es notablemente sigiloso, piensa.

Ella termina de cerrar la cremallera de su bolso, mirándolo con cautela y medio esperando que él la regañe por el pequeño apodo que le puso ayer. En cambio, parece brusco pero contemplativo.

-Fui a Soporte-, dice Bakugou.

Uraraka parpadea. -¿Oh?-

Bakugou mete las manos en los bolsillos y mira hacia un lado. -Tenías razón sobre los guantes. Se estaban desgastando desde el interior-.

El rostro de Uraraka se rompe en una sonrisa. -¡Oh eso es genial! Um, no es que llevaran puesto, ¡sino que descubrimos el problema! Creo que eso será de gran ayuda cuando rescates a civiles-.

Bakugou está en silencio.

Se aclara la garganta con torpeza, metiendo un golpe detrás de la oreja. -Um, creo que ayer fue bastante bien, considerando todo. La semana que viene vamos a realizar una capacitación de socorro en casos de desastre, así que tal vez, en lugar de centrarnos en el rescate real, podamos intentar trabajar en las conversaciones que tiene con los civiles después. Ya sabes, ¡como un simulacro de rescate! De hecho, creo que eso realmente podría...-

-¿Por qué te molestas?- Bakugou la interrumpe, fijando su intensa mirada en su rostro.

Uraraka retrocede. -¿Qué ... qué quieres decir? Esta es la tarea que nos dio Aizawa-sensei. Sé que técnicamente se supone que soy el mentor, pero creo que ambos podemos enseñarnos las cosas que necesitamos mejorar si lo hacemos bien".

-Tch. No si no se puede enseñar-, murmura Bakugou.

Uraraka lo observa con atención aquí. Ella observa la rigidez de sus hombros, el lenguaje corporal consciente de sí mismo, la expresión facial irritada. A ella le queda claro que él está pensando en lo que le dijo el juez, en no poder aprender algo como la empatía.

Bueno, la Sra. Andrews estaba completamente equivocada. ¡Bakugou ya lo tiene! Solo necesita un poco de orientación sobre cómo expresarlo mejor, y si Uraraka tiene que ser quien lo dirija, ¡entonces lo hará!

-Creo que puedes hacerlo-, dice finalmente. -Tienes que hacerlo porque, para ser honesto, realmente no tienes otra opción. Y tienes que ganar-, agrega, recordando sus creencias fundamentales. -Tienes que ganar y ser el tipo de héroe que salva a todos. Porque eso es lo que hacen los héroes-.

Sus ojos se entrecerran en rendijas, y por un momento Uraraka piensa que ella puede haber cruzado una línea nuevamente. Pero entonces ella capta el destello detrás de sus ojos, la sorpresa fugaz, apenas velada.

Bakugou resopla finalmente. -No creas que esto significa que puedes empezar a darme órdenes ahora, Uraraka-. Y luego pasa junto a ella con los hombros, desapareciendo por el pasillo.

Uraraka lo ve irse, sus manos abandonan sus bolsillos. Suspira, mitad aliviada, mitad exasperada. Incluso si su discurso de motivación fue un éxito, sabe que tendrá un largo camino por delante como líder.

Bakugou no parece interesado en adaptarse a estos nuevos roles que se les han asignado y, para ser honesta, no confía del todo en sí misma para no volver a morder su anzuelo. Sin embargo, mientras camina por el pasillo, se pone un poco más alta.

Así que volvemos a -Uraraka-, ¿verdad? Eso es lo que pensó.

Extraña rivalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora