capitulo seis

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-Estás jodidamente delirante-, ladra. Uraraka va a responder, pero luego Bakugou se inclina, sus labios se curvan desagradablemente. -Cara redonda-, se burla, lenta, deliberadamente.

Es una expresión verdaderamente aterradora. Sus ojos rubí son casi ácidos y hay gotas de saliva burbujeando en su labio inferior. Parece salvaje. Como un animal salvaje. Como un oso.

Bueno, ella ya lo golpeó una vez.

-Creo que eres tú el que está loco-, responde Uraraka con frialdad. –Kacchan-.

-¡Oh!- Kaminari llora en la distancia y Kirishima y Sero la hacen callar de inmediato.

El nombre tiene el efecto deseado. El párpado izquierdo de Bakugou se contrae, y una ráfaga corta y aguda de aire escapa de sus fosas nasales antes de volver a sentarse en esa sonrisa aterradora.

Vagamente, Uraraka se pregunta si ha cruzado una línea. Ella sabe que Kaminari se las arregla para salirse con la suya ocasionalmente, pero, de nuevo, él y Bakugou están mucho más cerca que ella de él.

Pero ahora está demasiado lejos para retroceder.

-¿Eso creo?- Bakugou le pregunta suavemente, y santo moly, la necesidad de orinar nunca la ha golpeado tan fuerte.

Uraraka vuelve a mirar al techo. -¡Creo que hemos perdido suficiente tiempo! Intentemos lo que hicimos antes, excepto que esta vez sea más consciente de la temperatura de sus manos -.

Es lo más parecido a una orden directa que le ha dado hasta ahora, y Uraraka se lanza al aire antes de que pueda sufrir las consecuencias. Ella es muy consciente de que la mayoría de sus compañeros de clase los están mirando ahora, si las reprimendas de Aizawa para que regresen al trabajo son una indicación. La situación la está presionando enormemente. No está acostumbrada a ser el centro de atención. Así no.

Da miedo, pero ¿es extraño que también haga que su sangre bombee?

Cuando está a doce metros en el aire, Uraraka se prepara para liberar su peculiaridad. Hace contacto visual con Bakugou y sin decir palabra junta sus dedos en preparación. Cuando ella libera su peculiaridad, él desencadena una explosión de inmediato, aterrizando debajo de ella mucho antes de que llegue al suelo. Él la atrapa sin esfuerzo, y Uraraka nota con cierto placer que sus manos no arden con tanta fuerza.

-¡Buena captura, hombre!- Kirishima llama, mientras él, Sero y Kaminari miran desde un poco más lejos.

-Muy suave-, agrega Sero.

-¡Sé!- Bakugou se enfurece, sus dedos se clavan un poco en el brazo de Uraraka por reflejo. -Esto es un juego de niños. ¡Por supuesto que voy a clavarlo!-

Él baja su cabeza hacia Uraraka, y ella se sobresalta.

-¿Cómo se sienten mis manos?-

Uraraka echa la cabeza hacia atrás. -¿Q-qué?-

El labio de Bakugou se aparta de sus dientes. -¡Mis manos! ¡¿Mis manos se sienten jodidamente bien?!-

-¿Qué estoy presenciando?- Kaminari murmura a los otros chicos.

A Uraraka se le saltan los ojos cuando entiende a qué se refiere. -¡Oh! ¡S-sí! Quiero decir-, se ríe nerviosamente. -La temperatura es mejor. Creo que tal vez fue un problema de tiempo antes, pero aún así debería hablar con Soporte. Podría ser el momento de una actualización-.

-Era una pregunta de sí o no, cara redonda. No pedí un maldito pronóstico-, gruñe Bakugou.

Uraraka frunce el ceño. -Bueno, ¡acabas de recibir uno, Katsudon!-

Jadea tan pronto como lo dice. Es tan estúpido. Ni siquiera un poco inteligente. Pero de alguna manera, sin darse cuenta, ella se hundió en su nivel de insultos mezquinos, y si pudiera retractarse, lo haría.

Bakugou la deja caer al suelo en el mismo momento en que Sero y Kaminari se echaron a reír.

-¡U-Uraraka! Me estás matando-, jadea Sero, mirando por el rabillo del ojo mientras Kaminari se pone de rodillas. -Denki, ¿qué diablos estás haciendo?-

El rubio eléctrico junta sus manos frente a él, inclinando la cabeza. -Agradeciendo a los dioses por esta abundante cosecha-.

-¡OH, JODANSE TODOS!-

Uraraka se levanta temblorosamente, frotándose el trasero mientras Bakugou se aleja en dirección a sus amigos. Sabe que debería llamarlo, su sesión de entrenamiento no ha terminado, pero decide dejarlo pasar por ahora. Ella termina uniéndose a Tsu, Iida y Deku con su entrenamiento, ignorando sus miradas curiosas y sonrisas comprensivas.

La parte más frustrante de esto es que Uraraka no puede decir si ha hecho algún progreso con Bakugou, y se pregunta, no por primera vez, si realmente está hecha para todo este asunto del liderazgo.

Extraña rivalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora