capitulo diez

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-Espera, espera-, jadea Sero, agarrándose a Kaminari en busca de apoyo mientras ambos se ríen. -¿Quieres decir que ella puede llevarte cuando quiera? ¿Sin gritos? ¿No nada?-

Uraraka trata de no parecer demasiado complacida cuando Bakugou explota verbalmente en el Bakusquad, mientras está acunada en la seguridad de sus brazos. Sin embargo, no cree que esté haciendo un buen trabajo ocultando su alegría, considerando que Kirishima sigue lanzándole una sonrisa de complicidad.

-Ni siquiera lo entiendo, Ochako-, dice Ashido, sacudiendo la cabeza. -¿Por qué elegir algo así para tu apuesta? ¿De verdad quieres llevar al emperador Mopey Explody por toda la ciudad?-

-¡Dile eso a mi maldita cara, Racoon Eyes!-

-En realidad no-, admite Uraraka. Sus labios se contraen cuando vuelve a agarrar las piernas del rubio. -Sin embargo, pensé que se enojaría mucho-.

-Dios, y pensé que Kacchan era el psicópata-, reflexiona Kaminari.

-¡Que se jodan a todos!- Bakugou se enfurece, comenzando a agitarse.

-¡Bakugou! ¡Prometiste no ponerte quisquilloso!- Uraraka lo regaña, dándole un par de ligeros rebotes.

Kaminari, Sero y Ashido se echaron a reír de nuevo, mientras que Kirishima opta por acercarse a la pareja con cautela.

-Oye, no te lo tomes tan a pecho-, le dice a su amigo. -¿A quién le importa si pierde su apuesta? Esto demuestra que Uraraka es un mentor de rescate increíble. ¡Deberías estar mentalizado!-

-¿Te veo "emocionado"?- Bakugou medio gruñe, medio inexpresivo.

-No, incluso mejor. ¡Pareces una princesa!- Ashido jadea de asombro, juntando sus manos frente a ella. -¡Habla de delicadeza!-

-¡Todos ustedes, salgan de mi vista!- Bakugou ruge, finalmente en su límite.

-¡Si su Alteza!- Kaminari grita rápidamente, e inmediatamente esquiva una ráfaga dirigida a su cabeza.

Después de que el Bakusquad abandona las instalaciones, Uraraka decide tener piedad y pone al rubio de nuevo en pie. Tan pronto como los pies tocan el suelo, Bakugou gira sobre ella.

-No creas que esto cambia nada-, le advierte de nuevo, comenzando a sonar como un disco rayado. -El hecho de que hayas ganado hoy no significa que puedas tratarme como si fuera un debilucho. Puede que conozcas tu mierda cuando se trata de rescatar, pero eso no significa que me pongas en cuclillas-. Su ceño se profundiza y murmura la siguiente parte más para sí mismo que para ella. -Toda esta tarea es una pérdida de tiempo. No puedes ayudarme-.

Se marcha antes de que Uraraka pueda pensar en formarse una respuesta. Ella lo ve irse, con el ceño fruncido pensativo. Tal vez ha sido obvio desde el principio, pero ella está empezando a ver que Bakugou no está rechazando tanto la lección que necesita aprender, sino el método en el que necesita aprenderla.

Ella sabe que él quiere convertirse en el mejor héroe, en todos los aspectos de la palabra, pero como están las cosas ahora, no van a progresar mucho en ninguno de sus frentes. Quizás es hora de que pruebe algo nuevo.

Los ojos de Uraraka se entrecierran ante la forma en retirada de Bakugou, y su boca se dibuja en una sonrisa determinada.

-Ya veremos eso, Su Majestad-.

Extraña rivalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora