Las estrellas se han alineado a favor de Uraraka, ya que ella y Bakugou tienen tres piadosas semanas de separación antes de su próximo entrenamiento de socorro en casos de desastre.
A ella le gusta pensar que han hecho algo parecido a un progreso juntos, al menos por su cuenta; se siente enferma cada vez que piensa en su propia falta de desarrollo, pero mentiría si dijera que no necesitaba un poco de descanso del explosivo rubio. ¡Realmente puede ser agotador!
Eso no quiere decir que no interactúen durante ese tiempo. A veces escupe una provocación en el pasillo, generalmente algo breve y poco inteligente pero siempre desagradable, como si necesitara recordarle que todavía no aprueba su tutoría. Bueno, en ese caso, se tiene que recordarle quién es el jefe!
Y así lo hace, en forma de estilo nupcial.
-¡No me lo creo!- Bakugou se agita en sus brazos en medio del comedor, atrayendo con éxito las miradas de las clases 3-A a 3-C.
-¡Deja de resistirte!- Uraraka le dice. ¡Estás haciendo una escena! Ahora quédate quieto. ¿Quieres las zanahorias o el puré de patatas?
Bakugou frunce el ceño mientras ella reajusta su agarre sobre él, pero él mira hacia la línea de comida del buffet, mucho más tranquilo. -Puré de papa.-
-¡Okey! Ahora no te muevas. Esto es bastante complicado mientras te sostengo.
No es que Uraraka esté haciendo todo lo posible para avergonzarlo, pero su último comentario, aunque extremadamente poco imaginativo, fue la gota que colmó el vaso para romper el lomo del camello. Él había dicho que su rostro tenía la forma de la luna. Una vez más, no es inteligente, ¡pero tan innecesario! Además, ella realmente no ha aprovechado la victoria de su apuesta.
Ella sostiene la bandeja de Bakugou, lanzando una mirada de disculpa al trabajador de la cafetería. No puede extender su brazo tanto mientras las piernas de la rubia están enganchadas alrededor de su antebrazo. Una vez que ella tiene su comida, se vuelve para caminar con ellos por el comedor.
-¡¿Qué estás haciendo?!- Demanda Bakugou. -¡Quiero salsa, maldita sea!-
-Está bien, Dios. No tienes que gritar-. Uraraka suspira. -¿Quién diría que ser un mentor era tan agotador?-
-Uraraka-.
Ella mira hacia arriba, girándola a ella y a Bakugou para que se enfrenten a Iida. El alto moreno observa la escena con el ceño fruncido, las cejas marcadas por la preocupación.
-Hola, Iida,- saluda alegremente Uraraka. -¿Qué pasa?-
Iida se sube las gafas. -Tengo algunas...preocupaciones-, dice, mirando a la pareja. -No estoy seguro de a qué acuerdo han llegado ustedes dos, pero esto es muy perturbador. Me temo que distraerá la atención de sus estudios.
-Esto no te concierne, Gafas-, espeta Bakugou, cruzando los brazos sobre el pecho mientras balancea la bandeja en su regazo.
Uraraka ajusta a Bakugou en sus brazos para dar cuenta del movimiento. —No te preocupes por eso, Iida. Bakugou y yo lo hemos hablado, ¡y acordamos que esta es la mejor manera de mejorarnos como héroes!-
-¡No te limites a inventar una mierda!-
-Sí, bueno, también me preocupa el impacto que está teniendo en el resto de la Clase 3-A-, continúa Iida, con la espalda recta como una tabla. -Últimamente parece que nuestros compañeros han estado demasiado enamorados del espectáculo de cualquier tarea que te haya encomendado Aizawa-sensei-.
Hace un gesto a través del comedor y Uraraka ve lo que quiere decir. Hay una buena cantidad de susurros, sin mencionar miradas curiosas y sonrisas disparadas hacia ellos.
Eh. A Uraraka no se le había ocurrido que sus payasadas con Bakugou pudieran estar interfiriendo con el aprendizaje de sus compañeros de clase.
-Entiendo, Iida. Intentaremos mantener la tarea en secreto-, promete Uraraka, preparándose para poner a Bakugou de nuevo en pie cuando un comentario susurrado llega a sus oídos.
-... olvídate de lo de la princesa. ¡Parece una reina!-
-¡¿QUIEN DIJO QUE?!- Bakugou sale de los brazos de Uraraka, su bandeja aterriza en el suelo, mientras comienza a correr en dirección a la mesa de sus amigos.
-¡Oh mierda! ¡¿Te escuchó ?! -Sero jadea a Kaminari mientras él y el resto del Bakusquad saltan de sus asientos. -¡Tiene una audición excelente!-
-¡ARRRGH!-
-¡Correr!- Kaminari grita cuando Bakugou se acerca con venganza. -¡Corran por sus VIDAS!-
Iida mira significativamente a Uraraka, quien sonríe tímidamente.
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Extraña rivalidad
FanfictionUraraka necesita trabajar en su liderazgo Bakugou necesitaba trabajar en su empatía Aizawa necesita dormir, por lo que asigna a uno como el mentor de rescate civil del otro y confia en que todo saldra bien La lucha por el poder del siglo se encien...