capitulo treinta

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Bakugou aprieta los dientes cuando el codo de Kaminari se clava en su costado por tercera vez durante el almuerzo. Sus dedos se aprietan alrededor de sus palillos y exhala por la nariz, haciendo todo lo posible por ignorar a su molesto amigo.

-Vamos , amigo, déjalo salir ya-, se queja el otro rubio. -No tengo mucho en mi vida en este momento, y necesito este té bien caliente-.

-Se refiere a chismes-, aclara Sero desde el otro lado de la mesa, lo cual también es algo bueno, porque Bakugou estaba a punto de gritar recomendaciones de manzanilla para quitárselas de encima.

En cambio, sus dientes se raspan. -No sé de qué diablos están parloteando idiotas.

Kirishima suspira. -Muy bien chicos, solo denle un respiro. No es asunto nuestro.

-¿Hablas en serio?- Kaminari pregunta con incredulidad. -¡Lo convirtieron totalmente en nuestro asunto! ¡Él y Uraraka ambos! Quiero decir, ¿cómo no podemos hablar de su gran enamoramiento por Kacchan...?

Bakugou gira su cabeza hacia Kaminari tan abruptamente que el usuario de la electricidad peculiar casi se cae de su asiento.

-¡¿Cómo diablos sabes eso ?!- Bakugou sisea, sus pelos se erizan como los de un gato.

Kaminari mira entre sus dedos. -Me refiero a que toda la clase está hablando de eso. ¿No te has dado cuenta?

-¿Ella te dijo algo? ¡¿Hah ?!- Demanda Bakugou.

-¿Qué? ¡No! ¿Por qué ella ...?

-Ella no tuvo que decir nada, Bakugou- suministra Sero, acudiendo en ayuda de Kaminari. -Está escrito en toda su cara.

Kirishima se rasca la cabeza. -Odio decirlo, pero Uraraka no es exactamente buena escondiéndolo. Pensamos que ya lo sabías, hermano.

Kaminari se ríe. -Ella nunca ha sido buena para ocultarlo. ¿Recuerdan de quién estaba enamorada en primer año? Oh, cómo han cambiado los tiempos...

Bakugou frunce el ceño en su bento. ¿Toda la clase está hablando de esta mierda? No le gusta esto. Para nada. Se siente como si todos se rieran de una broma de la que él no forma parte. ¿Cómo es que solo ahora ha obtenido esta claridad, mientras que todos parecen estar leguas por delante de él?

Nunca admitiría esto, pero lo está sacando de su juego.

También lo es el codo de Kaminari, que se las arregló para chocar ligeramente contra su caja torácica una vez más.

-Pero en serio, ¡deberías hacer algo al respecto, hombre! ¡Uraraka es increible!-

Bakugou frunce los labios, lanzándole al rubio una mirada que es a partes iguales de incredulidad e indignación.

-Sin mencionar que es fuerte, inteligente e interesada en ti. Que es la parte más importante-, comenta Sero.

-¡Deberías ir a por ello, hombre! Si quisieras, por supuesto-, agrega Kirishima.

-No todos los días una chica hermosa como ella prácticamente cae en tu regazo-, proclama Kaminari, señalando al otro lado del comedor.

De mala gana, Bakugou mira con el resto de sus amigos hacia donde se sienta Uraraka. Ella está sola en su mesa mientras el resto de sus amigos almuerzan en la cola del buffet. Mastica un sándwich de pavo y mostaza, claramente algo que hizo en los dormitorios de la cocina. Sin embargo, debe apretar demasiado los trozos de pan, porque una cucharada de mostaza sale a chorros y golpea la camisa de su uniforme.

-¡Oh, locos!- exclama, y ​​luego mira a su alrededor con cautela antes de levantarse lentamente el cuello de la camisa y chupar la cucharada en la boca.

Bakugou mira a sus amigos.

-Algunas personas tienen belleza interior-, le informa Sero.

Extraña rivalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora