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—Debes estar bromeando. —Masculló, apretando la mandíbula tan fuerte que sus huesos le dolieron.
—Me pediste que si tenía información, te la diera. —Le refutó Percival, mirándolo por encima de sus gafas.
—¡Pero jamás imaginé que me pedirías algo como esto! —Exclamó cejudo, poniéndose de pie de un salto y se giró bruscamente hacia la puerta.
—No es conveniente que salgas así y lo sabes. —Le advirtió el muchacho sin levantarse de la butaca. —Toma asiento e intenta calmarte, Ron. No es tan grave.
—¿¡Qué no es tan grave!? —Exclamó, girándose con violencia. — ¡No soporto verle la cara!
—¿Y qué? —Preguntó, elevando el tono de voz. — ¿Quieres que envíe a Richard o Joseph en tu lugar? ¿Quieres que alguien más tome este caso?
Ron se sentó como le había indicado su hermano, e intentó calmarse. Con ambas manos se sostuvo de sus rodillas y las apretó ligeramente, con el entrecejo aún fruncido, exhalando con fuerza a través de sus fosas nasales.
—¿Quieres agua? —El chico negó con la cabeza. —Termina ya con este circo, Ron. Si te avisé, fue porque creí que eras la mejor alternativa.
—Lo siento. —Murmuró cabizbajo. —Los recuerdos que tengo de esa casa son... los peores.
—Y lo entiendo. —Susurró, apretándole la mano por encima del escritorio. —Pero quizás él sea el único que tenga la información que necesitamos.
—¿Y crees que estaría dispuesto a dármela? ¿A mí? Quizás esto debería hacerlo Harry cuando regrese...
—No, Ron. Lo necesitamos y ahora. Si quieres ir acompañado, se divulgará más información de la estrictamente necesaria, y esto es algo que solo Audrey, tú y yo estamos involucrados. —Ron asintió secamente y se levantó nuevamente, de mala gana. —Cuento contigo, ¿verdad?
Percy lo observó de manera afable, intentando sonar lo más amablemente posible.
—Por supuesto. —Respondió con la mirada queda en un punto fijo del despacho.
—Es momento de que afrontes el pasado y puedas superarlo. —Susurró suavemente en una sonrisa, y Ron salió de la oficina tan discretamente como había llegado.
A media noche, se apareció a escasos metros de la mansión, como habían acordado. La contempló desde el camino rural: grande, blanca e imponente se erguía firme entre medio del verde llano. La brisa era templada y la luna casi llena podía observarse fácilmente, lo que permitía que todo a su alrededor pudiera vislumbrarse con más claridad.
Caminó a paso lento, escuchando suavemente el sonido de los animales nocturnos a su alrededor. Cuando llegó a la verja negra, esta se abrió lentamente con su presencia y al instante en que puso un pie en el terreno, un escalofrío le recorrió por toda su espina dorsal. Apretó su puño con fuerza para contener las imágenes violentas que llegaban a su mente de aquel fatídico día donde perdió al único elfo libre y al más fiel que había conocido, y también, fue el día donde creyó que la mujer que amaba en silencio, moriría.
Como aquella vez, contempló a los animales extravagantes que se paseaban plácidamente en el jardín, hasta que estos lo vieron y se alejaron temerosos desapareciendo detrás de los setos. Ron negó con la cabeza, sonriendo de medio lado ante la clara necesidad que tenía aquella familia de mostrarse extravagantes a toda costa. Subió las escalerillas de mármol y antes que pudiera tocar la puerta, ésta se abrió, dejando ver al muchacho de rostro anguloso y de cabello rubio platino que le hacia contraste. Se miraron fijamente y se saludaron a secas. Draco cerró la puerta tras él, y luego de atravesar el vestíbulo, lo condujo a través de la sala hasta un despacho que se hallaba debajo de las escaleras. Ambos por primera vez en sus vidas, se sentaron frente a frente civilizadamente. Draco parecía nervioso, moviendo una pierna sin parar como si fuera una especie de tic.
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Harry Potter Después de la Guerra (Vol. 1)
Fanfiction¿Te has preguntado qué pasó con el trío de oro desde que terminó la batalla? ¿Cómo fue que Harry y Ron se convirtieron en aurores? ¿Volvió la ansiada paz al mundo mágico? ¿Cómo fue que la familia Weasley comenzó a crecer? Te invito a conocer cada d...