Cartas

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―8―

Harry se sentó junto a su novia, quien estaba muy asombrada de verlo allí, frente a ella. Saludó a sus amigos, quienes aún seguían asimilando todo lo que había dicho. Harry se vio inundado de preguntas de todo tipo: Cómo Severus Snape se lo había dicho, si estaba seguro que él no modificó su memoria, si de verdad apoyaba a Dumbledore, si valía la pena que su retrato esté en el despacho con los demás respetables directores de Hogwarts, y otras tantas más. Una vez que logró explicarles todo, y no sin antes tener una pequeña conversación con Sir Nicholas que no dudaba de su palabra, pero quería más información para divulgarla con el resto de los fantasmas, Harry pudo sentarse tranquilo y por fin hablar con Ginny.

— ¿Cómo llegaste hasta aquí? ¿Te apareciste y caminaste hasta llegar al castillo? Porque en el tren no te vi...

—Vine en la moto. —Le contó mientras la tomaba de las manos. — Sólo ha pasado una semana y te he extrañado muchísimo.

—Y yo a ti. —Le besó la mejilla. —Y por cierto...amé tu sorpresa.

— ¿Cómo va todo? Aún no nos escribieron —Reprochó Hermione que estaba del otro lado de la mesa.

—Sí, Ron me pidió que te explicara eso. Esta semana ha sido de entrenamiento sin parar. —Comentó mientras se servía unas costillas de cordero con patatas asadas. —Son lecciones de vuelo, pero eso lo tenemos bien controlado gracias al quidditch, también nos están enseñando más a defendernos, a protegernos y todo eso. Y con tantos entrenamientos hemos estado bastante cansados. —Hermione estuvo a punto de replicar, pero no la dejó. —Ya sé, recién ha pasado una semana, pero han sido entrenamientos duros. Luego empezaremos con las misiones, —Dijo bajando la voz para que solo ellas pudieran oírlo. —pero de eso no les puedo hablar mucho.

—Está bien, pero adviértele a Ronald que no se olvide o pagará las consecuencias. —Todos rieron. —Me alegro que les esté yendo bien Harry... ¿y Neville?

—Nuestro jefe Brooks es un poco duro con él, pero... le va bastante bien. Como sus padres tuvieron tan buena trayectoria, creo que Brooks pretende que Neville alcance el mismo rendimiento que ellos... aunque es lamentable que esté allí por presión de su abuela.

—Sí, Luna nos comentó. —Afirmó Ginny.

—Tal vez pueda salirse en un futuro. —Opinó Hermione, mientras se servía un poco de ensalada para acompañar a su filete.

Los chicos siguieron hablando como siempre, daba la impresión de que sería un año más en Hogwarts como todos los anteriores, con la ausencia de cierto pelirrojo. McGonagall miraba a la mesa de su Casa y ésa era la impresión que le daba, ver a todos allí, tan tranquilos y tan crecidos. No dejaba de mirar a Harry, que siempre la había impresionado y le tomó mucho cariño, pero ese año no sería como los anteriores, ya no lo tendría más como un alumno. Con mucha nostalgia, dio por finalizado el banquete, lo cual indicaba que Harry debía irse.

El azabache se despidió de todos sus amigos, le dio un fuerte abrazo a Hermione que pronto se perdió entre la gente para ayudar a los nuevos prefectos de quinto año. Harry miró al techo encantado, y las estrellas relucían en el cielo despejado, sería un buen viaje de regreso al Ministerio de Magia. Miró a Ginny con nostalgia, no volvería a verla hasta diciembre. Se acercó lentamente y la besó, sintiendo la mirada de varios alumnos clavada sobre su espalda, pero ya nada de eso le importaba. Se hicieron paso entre todos los alumnos, giraron a la izquierda y llegaron al vestíbulo, donde podían hablar más relajados sin tanto alboroto.

—Dile a Hermione que este fin de semana les enviaremos las cartas, olvidé decírselo. —Pidió mientras le acariciaba su cara. —Si no matará a Ron, ¿no crees? —Los chicos comenzaron a reír.

Harry Potter Después de la Guerra (Vol. 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora