Típica Mentirosa

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―10―

Los ojos de todos se posaron en la mujer que entraba en la taberna. Era nada más y nada menos que Rita Skeeter: ésta llevaba consigo un bolso de piel de serpiente, y un traje color rosa pálido. Recorrió con sus ojos el lugar, y como si supiera que estaban allí, rápidamente divisó al salvador y mientras se dirigía a la mesa, sacaba desesperadamente un pergamino y su pluma tan particular.

— ¡Hola a todos! ¿Cómo están? Como sabrán, volví a ser la reportera de "El Profeta". —Anunció, observando el rostro de cada uno. —Harry, ¿me concederías una entrevista? —Preguntó sin perder tiempo, y su pluma ya estaba en el aire, escribiendo. —Tenemos mucho de qué hablar... desde la muerte de quien-tú-sabes hasta el retrato de Snape, dime, ¿cómo es eso que trabajaba encubierto? ¿Qué es lo que sientes combatiendo mortífagos en tu nuevo puesto? ¿Lo haces por diversión, por venganza o porque quieres terminar con esto? Aunque se sabe que es algo imposible. —Soltó todo tan rápido que los chicos solo pudieron mirarse entre sí, sin comprender nada. — Y veo que sales con esta niña... ¿cómo es tu nombre querida? — Inquirió mirando curiosamente a Ginny. —Creo que podría hacer espacio para ti personalmente en alguna parte de El Profeta o en Corazón de Bruja: "La chica que conquistó el corazón de..."

—No tenemos nada de qué hablar. —Contestó Harry de forma tajante poniéndose de pie, haciendo que los demás lo copiaran. — Sabe que de todo lo que le diré, si así lo hiciera, ni siquiera la mitad sería verdad. Vámonos chicos.

— ¡Oh! Pero que impertinente ha sido Potter, pero sabe que está hablando con la mejor reportera de este mundo y tarde o temprano, sea como sea, conseguiré una entrevista con usted. — Miró desafiante.

Los chicos salieron a toda prisa de la taberna, haciéndose paso por la muchedumbre, y Harry antes de cruzar el umbral, volteó a ver a la mujer y ésta se había sentado en la mesa que ellos ocupaban. Skeeter ya estaba muy entretenida escribiendo algo en el largo pergamino. Sea lo que sea que escribiera, sería una mentira que todos creerían como siempre. Al salir, Harry tomó la mano de su novia y dijo a sus amigos:

—Disculpen, pero vamos a salir un rato solos, no les importa ¿verdad?

—No, claro que no Harry. ¡Diviértanse! — Los alentó Hermione.

—Harry ¿estás seguro? — Preguntó Ron. —Podríamos ir todos y...

— ¡Ronald! — Lo regañó su novia. — Vayan chicos. — Dijo más calmada. — Y no hagan caso.

La pelirroja miró a su amiga y le dio una amplia sonrisa de agradecimiento y luego se escuchó un crac, y Ron y Hermione ya se encontraban solos.

— ¿Por qué no querías que se vayan? —Preguntó Hermione algo molesta.

—Porque sabe que no debemos... —Dio un pesado suspiro. —No puedo decírtelo.

—Ronald no empieces con esas cosas.

—Pero Kingsley lo dijo, no debemos decirle a nadie y Harry lo sabe muy bien. No sé por qué hace esto. —Confesó ligeramente molesto.

—Ron, no hizo nada malo. ¿Qué tiene de malo salir un poco en el día de Navidad?

Mortífagos. —Respondió entre dientes.

— ¿Qué?

—Ven, vamos. Tendré que contarte algunas cosas. —Susurró. —Pero antes... —Dijo divertido abrazando a la castaña por la cintura. —Antes deberás darme un beso, a cambio de la información. —Ella alzó una ceja. —Además, no querrás romper la tradición, ¿o sí? —Dijo mirando hacia arriba, señalando el muérdago que crecía entre ambos mágicamente.

Harry Potter Después de la Guerra (Vol. 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora