—38—
Ginny contemplaba el reflejo de su rostro que le regalaba el espejo de su habitación. Se sentía radiante, y su vestido negro de seda marcaba sus curvas sutilmente, como le gustaba. Hermione estaba en su cama, terminando de aplicarse la poción alisadora y Luna revisaba el armario para terminar de elegir un vestido para la salida.
—Aún me siento rara por salir de fiesta dos días antes de tu boda. —Comentó la rubia, decidiéndose finalmente por un vestido azul de gasa.
—¿Por qué lo dices? —Preguntó Hermione, con el cabello de un liso perfecto como el de Ginny. —Harry salió con los chicos...
—Pero no a un pub. —Especificó la muchacha, mientras se rociaba con un perfume de fragancia lavanda.
—Solo saldremos a comer, Luna. —Le aclaró Ginny, dándose los últimos toquecitos suaves de rubor rosa.
—En el pub del pueblo dicen que los muggles se embriagan desde temprano. Y he oído que se ponen cargosos con las muchachas. —Comentó Luna mientras se cepillaba su largo cabello.
—Con las muggles quizás, pero somos brujas. —Le recordó Giny. — Y si algo de esos rumores pasa esta noche, haremos algo para que jamás vuelvan a tocar a una mujer sin su permiso.
—¿Eso no sería abuso de la magia? —Inquirió Hermione, pensativa. — Es decir... apoyo la idea completamente... pero el ministerio...
—Creo que si nadie sale herido... —Comentó Luna con una sonrisa traviesa. —¿Nos vamos? —Las dos muchachas asintieron enérgicamente.
Se aparecieron cerca de los límites del pueblo. Los farolillos comenzaban a encenderse iluminando a lo largo toda la calle principal, y los escaparates de los negocios comenzaron a brillar llenos de vida. Una brisa tibia las envolvió con suavidad, el aire estaba ligeramente pesado, y Luna pudo notar por el color violacio de las nubes, que quizás pronto podría llover.
Caminaron por la calle principal, escuchando resonar sus zapatos contra el asfalto. El pueblito se veía con más vida que nunca, los negocios estaban llenos y la plaza principal estaba ocupada por los niños que corrían de un lado al otro. Unos muchachos comenzaron a gritarles y a silbarles, Ginny estuvo a punto de sacar su varita disimuladamente, pero Hermione posó su mano sobre la de ella, para evitar aquello.
—Solo sigamos caminando. —Susurró lentamente.
A una cuadra, la música alta de la esquina con luces rojas y verdes que giraban como locas sobre sí mismas, indicaban que allí estaba el lugar de destino. Parecía llevar abierto poco tiempo, puesto que la mayoría de las mesas estaban vacías. Se posicionaron en la mesa del fondo y aguardaron a ser atendidas.
—Creo que mejor debíamos ir al nuevo bar del callejón Diagon —Gritó Hermione para hacerse oír por encima de la música pop.
—No quería que nadie me esté preguntando por el anillo. —Dijo Ginny, mientras observaba el lugar. —Mejor entre muggles.
La camarera se acercó y con ayuda de Hermione, eligieron la clásica cerveza rubia, y a pesar de ser un servicio muggle, Ginny y Luna quedaron sorprendidas por la rapidez que les trajeron las bebidas.
—Pero igualmente van a saber que se van a casar. —Comentó Luna, dándole un sorbo a la bebida.
—Sí, lo sé. Pero entre más tarde lo sepan, mejor. —Ginny probó su bebida y frunció el ceño. —No está tan mal, pero la cerveza de Rosmerta...
—Lo sé, es cien veces mejor. —Comentó Hermione entre risas.
Las tres chicas brindaron en varias ocasiones celebrando el casamiento que estaba en puertas de celebrarse, y comieron patatas asadas bañadas en salsa bechamel, tocino y cebollas, especialidad de la casa. Hermione no bebió más que media cerveza para no perder la cordura, a diferencia de Ginny y Luna que bebieron un par más.
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Harry Potter Después de la Guerra (Vol. 1)
Fanfiction¿Te has preguntado qué pasó con el trío de oro desde que terminó la batalla? ¿Cómo fue que Harry y Ron se convirtieron en aurores? ¿Volvió la ansiada paz al mundo mágico? ¿Cómo fue que la familia Weasley comenzó a crecer? Te invito a conocer cada d...