Australia

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―3―


Ron estaba acostado en su cama con sus manos debajo de su nuca, con una estúpida sonrisa en su rostro. La sonrisa más grande que podía tener. Aun no podía creer lo que había hecho, lo que hablaron y no dejaba de pensar en su futuro con la mujer más inteligente y hermosa de todas. Minutos más tarde Harry entró e interrumpió sus pensamientos.

― ¿Y? ¿Ya se lo dijiste? -inquirió el azabache sonriendo. Por la cara de su amigo, ya sabía la respuesta.

― ¡Sí! ¡Todo resultó perfecto! Más de lo planeado.

― ¡Te felicito! Al fin están juntos. -dijo dándole unas palmaditas en la espalda. -Cuida bien de mi hermana.

―Sabes que siempre lo he hecho.

―Sí, lo sé.

El ojiverde se sentó en su cama y comenzó a quitarse las zapatillas.

―Harry, hay algo que tengo que decirte. Lo diremos mañana, pero tienes que saberlo ahora. En unos días iremos a buscar a los padres de Hermione.

― ¿Qué? Sabía que estaban en Australia, pero creí que lo resolveríamos juntos.

―Quiere que descanses y pretendía que me quede con mi familia y la dejara ir sola. -Negó con la cabeza- Se ve que aún no se da cuenta cuánto me importa. -dijo sonriendo.

―Ella es muy independiente y sabemos que es capaz.

―Sí, obvio que puede hacerlo sola porque es muy inteligente, siempre tiene un buen plan y es excelente en runas y... -Harry rodó los ojos. Ron se dio cuenta que hablaba como muchacho enamorado. - pero no la dejaría ir por su cuenta.

―Lo sé. ¿Cómo sabe dónde están? No creía que fuera posible encontrarlos tan pronto. Me refiero a que Australia es bastante grande...

―Harry, ¿no prestaste atención a lo que acabo de decirte? Estamos hablando de Hermione, sabes lo lista que es. Me dijo que transformó un anillo de su madre en un localizador, así es como los encontró.

―Cierto, eso no debería sorprenderme. -Reconoció. La actitud de Ron le hacía pensar que estuviera bajo los efectos de un filtro de amor, pero sabía que sólo era su corazón hablando, y de cierta manera, le sorprendió saber que su amigo pudiese ser así de romántico, cosa que, con Lavender en aquel tiempo, no ocurría. Volvió sus pensamientos a lo que él le decía, y recordó algo sobre los problemas de implantar realidades en la memoria. -Aunque... Ron... hay un problema.

― ¿Qué cosa?

―Ella dijo que había implantado una realidad distinta a esta y... por lo menos, que yo sepa, no hay un contrahechizo para eso.

La cara de Ron comenzó a transformarse en preocupación.

­ ― Yo tampoco escuché nada de un contrahechizo. -Recordó boquiabierto. Caer en la realidad que había ignorado sobre ese tema se sintió como bofetada.

―Tal vez ella conozca alguno, pero...

― ¡Por Merlín! Y... ¿Qué si no hay uno?

―No tengo idea. Quizás pedirle ayuda al Ministerio sea una buena opción. -Ron dejó salir un sonoro suspiro.

―No lo creo. Confío en el Ministerio de Magia de ahora, pero hasta no saber quién es el próximo ministro...

―Tal vez en la biblioteca haya algo, ¿no crees? Después de todo, sabemos que si tiene alguna duda va allí.

―Conociéndola... seguramente revisó todo. No mencionó nada sobre eso, espero que tenga alguna respuesta. -Dijo volviéndose a recostar. -Intenta dormir, buenas noches Harry.

Harry Potter Después de la Guerra (Vol. 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora