―16―
Transcurrió casi una semana desde que Ron regresó a su hogar, y cada maldito acontecimiento se le hacía muy confuso y difícil de asimilar, y el haberse enterado que su hermano ya no estaba era lo peor que le había sucedido y le dolía profundamente en el alma, y dentro de él poco a poco se incrementaba la llama del odio hacia todos los mortífagos. Por momentos sentía la necesidad de extorsionarlos y hacerlos sufrir para que tal vez por primera vez en sus vidas sintieran algo de dolor, si eso era posible, sin embargo, había alguien a su lado, una persona que trataba de alejarlo de todos aquellos pensamientos y emociones... y era ella, la chica de la cual estaba enamorado desde hacía ya casi cinco años. Desde que regresó, ella se comportaba de una manera muy distinta a la habitual, la mayor parte del tiempo era atenta e incluso lo abrazaba más de la cuenta, pero a pesar de que le gustara mucho y de disfrutar de su compañía, aquellos actos se sumaban a la lista de cosas que no comprendía.
Enterarse de los sucesos que habían ocurrido le producía grandes dolores de cabeza, y algunos llegaban a ser tan dolorosos que eran casi insoportables de tolerar. Le resultaba muy ajeno tener que lidiar repentinamente con la ausencia de su hermano mayor Fred, y tanto así fue, que lo negó en reiteradas veces y los primeros días intentó cerciorarse que eso no era cierto, pero tuvo que desistir de su idea, ya que al buscarlo por toda la casa efectivamente no lo había localizado. Y como si aquello no fuera suficiente, el hecho de enterarse de que por unos meses había sido tío de un hermoso varoncito que, por maldiciones del destino no pudo llegar al mundo, empeoraba su estado de ánimo. Cada vez que compartían una comida en familia, no podía evitar ver con detenimiento a su otro hermano, George, y sólo en ese momento se dio cuenta que a pesar de ser muy similar a Fred, George era completamente diferente físicamente, encontrando muy minuciosas diferencias, como cuando reía, sus hoyuelos no se le pronunciaban tanto como a Fred, y su cabello... era quizá medio tono más anaranjado, y eso sin contar su nariz, que era ligeramente más fina y estirada que la de Fred. Aun, como muchas otras cosas, no lograba comprender del todo la absurda decisión que había tomado su hermano al cerrar definitivamente la tienda de Sortilegios que con tanto esfuerzo les había costado abrirla con su gemelo. Sabía que George, a fin de cuentas, se había rendido, había renunciado a su felicidad, y a pesar de que intentara reírse un poco más y mostrar que en lo personal las cosas le marchaban bien en la Oficina de Patentes Descabelladas, con sólo mirarlo un poco más profundo en los ojos veía en el centro la nostalgia y desdicha que lo opacaban. Lo único que podía hacer era albergar y abrazarse a la esperanza, de que quizás y sólo quizás, con el tiempo y el estar rodeado de su familia y amigos algún día George podría recuperarse, al menos un poco.
Pensar en las nuevas noticias e intentar asimilarlas se le hacía un trabajo muy difícil de concebir, y a veces, era tanta la frustración por intentar recordar para que tal vez de esa manera le doliera menos el corazón, que por momentos sentía que quería explotar. De a poco se le aparecían vagos recuerdos, que por lo que llegaba a deducir eran más recientes, ya que se encontraba junto a varios jóvenes desconocidos combatiendo contra un grupo de magos y brujas, que claramente debían ser mortífagos. Y aquellos recuerdos le dejaban saber que en pocos meses se había convertido en un muy buen auror, y lidiar con sus sentimientos le hacían comprender el por qué había elegido esa profesión, era muy evidente que eso se le atribuía a mucho más que al simple hecho de querer ser un auror más, sabía que su decisión se le atribuía al deseo de hacer justicia por su hermano.
En la tercera noche, cuando pudo conciliar el sueño sin ninguna poción sedante, tuvo un sueño de lo más peculiar: estaba oscuro y se encontraba con Harry y Hermione, y al juzgar por la habitación podía asegurar que se trataba de la Sala de los Menesteres. Estaba hablando sobre los elfos domésticos, sintiendo preocupación por ellos, cuando de pronto escuchó un fuerte ruido de algo golpeando contra el suelo detrás de él. Al voltear vió como Hermione corría hacia él y se le colgaba del cuello besándolo fugazmente. Ante eso se despertó de un sobresalto tan abrupto que casi despertó a Harry, y por unos instantes posteriores, tuvo la sensación de haber probado los dulces y suaves labios de Hermione en más de una ocasión, pero sabía que aquello no podía ser cierto, él no había tenido el coraje de confesarle sus sentimientos a pesar de haber intentado darle muchas indirectas que quizá ella no las captaba del todo. <No es tan lista como creía> pensó para sí, y con una pequeña sonrisa en los labios y sintiendo un cosquilleo en la boca de su estómago, volvió a arroparse e intentó volver a dormir, esperando tener más sueños como aquel y no las constantes pesadillas del bosque con los aurores.
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Harry Potter Después de la Guerra (Vol. 1)
Fanfiction¿Te has preguntado qué pasó con el trío de oro desde que terminó la batalla? ¿Cómo fue que Harry y Ron se convirtieron en aurores? ¿Volvió la ansiada paz al mundo mágico? ¿Cómo fue que la familia Weasley comenzó a crecer? Te invito a conocer cada d...