Harry Potter Después de la Guerra (Vol. 1)

Prefectos

―17―

Cuando ingresaron, el Gran Comedor había sido reorganizado para la fecha especial, las mesas de las casas habían sido sustituidas por cientos y cientos de sillas, no había rastro de los banderines de cada casa, pues en lugar de éstos había unos con las cuatro casas unidas, todos ubicados en fila alrededor del salón y flameaban como si una pequeña brisa los acariciara. En el sector que solían ocupar los profesores, se agregaron varios asientos más para que los miembros de la Orden del Fénix se ubicaran allí. Finalmente, Hermione y Ron, que caminaron silenciosamente atravesando el pasillo central que se había formado con sillas a ambos lados, llegaron hasta vislumbrar a Harry y Ginny que estaban en la primera fila, y se sentaron junto a ellos. Después de unos minutos, en donde tanto alumnos como familiares de quienes habían combatido se acomodaban en los asientos, la directora pudo dar inicio a la ceremonia, y posteriormente, dejó que el ministro de magia comenzara con su discurso. Cuando terminó de expresar palabras sentidas y emotivas, con un movimiento de varita hizo aparecer una pequeña caja de madera. En ella estaban grabadas estrellas doradas de diferentes tamaños que se contrastaban con el oscuro del algarrobo. Sosteniéndola con un brazo, la abrió con la mano libre, y les mostró a todos los presentes, el contenido. En el instante que se abrió, emergió un destello dorado potente, cegando la vista de quienes estaban de la primera a la quinta fila, y cuando por fin dejaron de centellar, se pudieron deslumbrar medallones de oro perfectamente redondos y tan grandes, que podían cubrir toda la palma de la mano. En ellas, estaba grabada la imagen del castillo, y en la parte superior, podía leerse Héroe de Hogwarts y en la parte inferior estaba la fecha 2 de Mayo 1998. Kingsley, con la ayuda de McGonagall, pasó frente a los miembros de la Orden, uno por uno colgándoles con orgullo sus respectivas medallas, y luego prosiguió con quienes habían sido partícipe de tan gran hazaña. Al recibir la suya, Hagrid se emocionó hasta las lágrimas, y a Charlie le notificaron que en ese preciso momento estarían recibiendo sus distinciones aquellos magos y brujas que pudo reunir desde tan lejos. Finalizada la entrega, y concluido el acto, cada quien podía ir a visitar el Santuario, si así lo deseaba. Era un día que jamás en el mundo mágico se olvidaría, y a pesar de que para la gran mayoría sería un día de júbilo, para el bando opuesto nunca dejaría de ser un día oscuro del calendario. A partir de ese momento y en todos los años siguientes, en Hogwarts, la fecha 2 de mayo sería para rememorar y nunca olvidar, y por esa razón, ese día no se dictarían clases.

El Gran Comedor comenzó a vaciarse, los Weasley fueron a visitar a Fred y a todos los seres queridos. Harry, que sostenía a su ahijado Ted en sus brazos, creyó que sería apropiado que el niño visitara por primera vez la tumba de sus padres, porque a pesar de ser muy pequeño, sentía la necesidad y el deber de que Teddy Lupin supiera la verdad desde el primer momento, completamente opuesto a su caso. Ginny, Hermione y Ron los acompañaron, y en un cómodo silencio, se sentaron frente a las lápidas de los Lupin, en círculo.

—Mira Teddy. —Le dijo Harry señalando las pequeñas fotografías que había de Remus y Tonks. —Ellos son tus padres, ¿los recuerdas de la foto que te mostramos siempre? —Teddy lo miró a los ojos, y se quedó con un semblante serio, dando la impresión de que pudiera entender el verdadero significado de las palabras, ya que era muy poco común verlo serio o enojado, porque Teddy Lupin, a pesar de su penosa historia, era un pequeño niño lleno de amor y felicidad. —Ellos están aquí, físicamente. Están dormidos, pero siempre estarán contigo, Ted. —Dijo tocándole el corazón, y le dio un pequeño beso en la nuca.

De repente, sin que nadie hiciera nada, Teddy comenzó a reír a carcajadas, sacudiendo los brazos de arriba a abajo. Parecía que jugaba con alguien en el aire, sus ojos se movían de un lado y a otro y sonreía ampliamente, y su cabello pasó del castaño al amarillo en un abrir y cerrar de ojos.