Harry Potter Después de la Guerra (Vol. 1)

El Baile de Graduación

―18―

En la noche previa a la partida de regreso al ministerio, Ron se encontraba en su cuarto revolviendo la cajonera para guardar algunas pertenencias, estaba metiendo en su mochila la última camiseta, cuando la voz grave de su hermano mayor se oyó desde el umbral.

—¿Se puede?

—Claro. —Un muchacho musculoso, un poco más bajo que él y completamente bronceado, con el cabello largo y revuelto entró en la habitación con una sonrisa ancha.

—Así que... mañana se vuelven al ministerio. —Comentó arrastrando las palabras, sentándose en su cama.

—Sí, es hora de volver a la normalidad. —Le dijo Ron sin mirarlo, cerrando la cremallera.

—Ronnie... ¿estás seguro de volver? —Ron dejó escapar un suspiro, y clavó sus ojos en su mochila.

—Sí, Charlie, debo hacerlo.

—¿Debes? —Le preguntó, buscándole la mirada. Ron dejó de evitarlo y lo miró a los ojos directamente.

—Sí, es mi trabajo, como tú también volverás mañana a Rumania.

—Ron... ¿realmente quieres ser un auror? —Por el tono de voz, pudo entender que su hermano estaba preocupado, pero no lograba comprender la razón, si él trabajaba con bestias a diario, trabajar como auror en el ministerio no era algo tan complicado.

—Sí, tengo vagos recuerdos de algunas misiones, y creo que soy muy bueno en lo que hago, además, soy el primer auror en la familia y eso le enorgullece a mamá.

—Ronnie... no te pregunté si eres bueno en lo que haces... ¿eres feliz? ¿Eres feliz con tu puesto como auror? ¿Realmente deseas regresar a pesar de lo que te ha pasado?

—¿Por qué haces todas esas preguntas, Charlie? —Preguntó. —Sí, creo que era feliz en mi puesto. Aún no lo sé, porque verdaderamente no lo recuerdo, pero estoy seguro que sí seré feliz.

—Es increíble lo rápido que has crecido. —Dijo negando con la cabeza. —Estando fuera, a veces olvidaba la noción del tiempo, y no era hasta que los volvía a ver en algunas navidades que caía en la cuenta lo mucho que habían crecido, sobre todo tú y Ginny. Solo... quiero que hagas algo con lo que te sientas bien Ronnie, —le dijo, palmeándole la espalda. — como yo y los dragones, ellos son mi vida. No quiero que... te dejes llevar... —Se quedó en silencio unos instantes, meditando si decir o no lo que realmente pensaba. —Solo sé feliz, Ronnie, siempre, siempre en la vida debes buscar la felicidad. —Le dedicó una sonrisa de lado, le revolvió el cabello como solía hacerlo cuando eran niños, y Charlie salió del cuarto, dejando a su hermano menor sin palabras.

Harry y Ron volvieron a sus puestos como aurores, y en los primeros días, a Ron le costó un poco integrarse nuevamente, pero acorde pasaba el tiempo, comenzó a recordar algunas situaciones, como la muerte de su compañero Kevin. Y a pesar de intentarlo, aún no llegaba a recordar en qué circunstancias tuvo su accidente, pero sabía que con el tiempo lo haría.

Hermione y Ginny pronto comenzarían con sus EXTASIS y todos los alumnos del séptimo año se pasaban la mayor parte del tiempo sumergidos entre los libros de la biblioteca, y muchas veces Madame Pince debía echarlos por quedarse hasta altas horas de la noche. Los alumnos del séptimo y quinto año, solo se despegaban de los libros en muy pocas oportunidades, estaban quienes lo hacían para asistir a algunas reuniones de los clubes como el de encantamientos, aunque el club de los globstones habían suspendido sus encuentros hasta nuevo aviso, pero también estaban aquellos estudiantes que, sin falta debían asistir a los entrenamientos de quidditch, y el equipo de Gryffindor fue el que más entrenamientos tuvo ya que la capitana se les adelantó a todos al reservar las fechas del campo de entrenamiento, y no dejó descansar a sus jugadores hasta asegurarse de que había formado al mejor equipo, digno de los Gryffindor. La cabeza de Ginny estaba en un ochenta por ciento ocupada por el quidditch, y el resto, por los EXTASIS, y la ayuda de sus amigas Hermione y Luna hacían que pudiera aprenderse todos los elementos necesarios para los exámenes.