7

638 80 4
                                    

Cuando Irene abrió los ojos eran ya las 10 de la mañana, volteo tranquilamente hacia todos lados y de pronto recordó en dónde estaba, el terror volvió a ella de inmediato, giró su cabeza hacia el otro lado encontrándose con la almohada que Seulgi había puesto ahí la noche anterior, se levantó lentamente para darse cuenta de que la cama ya estaba tendida del otro lado y nadie estaba en la habitación, así que tranquilamente se dirigió al baño pero tampoco encontró a nadie ahí,  decidió darse un baño, obviamente cerrando la puerta con seguro para estar más tranquila, cuando entró a la regadera,  fue todo un reto el averiguar para qué servía cada botón y se llevó varios sustos en el intento, pero finalmente salió victoriosa y más asustada del baño que de lo que entró , termino de cambiarse y se aplicó un ligero maquillaje. tendió su lado de la cama y ya casi eran las 11 de la mañana cuando por fin bajó,  escuchó ruidos, pero realmente no le tomo importancia, se dirigió directamente al comedor o a la sala pensando que Kang Seulgi estaria ahi, pero para su sorpresa en el comedor únicamente había pan de dulce en una envoltura de plástico y nada más, después escuchó que alguien bajaba por las escaleras rápidamente y se encontró por fin con la desaparecida, quien seguía en pijama y  traía una taza de café en la mano.

-Oh...buenos días Baechu, ¿dormiste bien? - Irene rodos los ojos por el sobrenombre y asintió en silencio - si quieres puedes tomar café y un pan para desayunar, pedí que trajeran, esta recién horneado, tenemos que ir al rato a la plaza para comprar despensa y elegir los muebles que nos faltan, ahora perdona que no te ofrezca más para desayunar pero es todo lo que hay y también perdona, pero te dejare desayunando sola, voy al estudio porque la paquetería llegó temprano y los chicos de servicio lo están acomodando - le dio una sonrisa apenada, se sirvió más café y subió de inmediato dejándola como dijo , sola , el comedor era hermoso y cómodo, Irene tomó un pan, ya que no tomaba café y empezó a comer mas tranquila, la verdad es que hasta ahora Kang Seulgi se había comportado, pero igual no le tenía confianza, por algo todos decían que era un monstruo. 

Termino de desayunar y después de lavar su taza se dirigió a la sala sin más que hacer y empezó a ver la televisión, la sala también era increíblemente cómoda y la pantalla tenía una nitidez y sonido increíble, trato de entretenerse con los programas de televisión pero siempre con el temor de que Seulgi bajara en cualquier momento, después de un rato los chicos de paqueteria que estaban ayudándole bajaron y salieron del departamento sin decir nada más, pero Seulgi no bajó con ellos, así que Irene continúo viendo la televisión, iban a ser casi las 2 de la tarde cuando Seulgi por fin se presentó en la sala, acababa de bañarse y traía ropa bastante casual, ya no más pijama de oso.

- Vamos a la plaza Baechu, necesitamos despensa y ropa, también otros muebles -  Irene como siempre en silencio salió y subió al auto cuando Seulgi abrió la puerta, cómo ya se había acostumbrado a que Irene no era  de muchas palabras, de inmediato cuando subió al vehículo decidió poner música, para que el camino no se hiciera pesado, aunque en realidad  la plaza comercial estaba relativamente cerca, cuando llegaron a diferencia del otro día, ya no había tanta gente, todo el mundo parecía que reconocía el vehículo de Seulgi, bajaron del vehículo y caminaron por la grandiosa y magnífica Plaza que más bien parecía un palacio, y como dijo Wendy parece que ahí había de todo - primero lo más importante - dijo Seulgi entrando al supermercado- la comida -  en el supermercado había mucha gente y todos miraban extrañados como la pareja de mujeres caminaban hacia la zona de despensa, era bastante extraño para ellos pues no deberían estar ahí, no era normal,  de hecho la mayoría de personas que estaban ahí eran personas de servidumbre que iban a comprar cosas para sus jefes o personas que trabajaban en la alcaldía pero en puestos más bajos, a Seulgi no le importaba eso, tomo un carrito de despensa y le pidió a Irene que tomará otro, dirigiéndose de inmediato al pasillo de carnes frías, de ahí tomó toda clase de paquetes, carnes de todo tipo, tomó algunas verduras, no demasiadas a comparación de las frutas, demasiadas bananas, naranjas y sandia, parecía que eran sus frutas favoritas, yogures, gelatinas, helado, comida para microondas desde Pizza, hasta filetes, papas fritas, arroz precocido, refrescos, agua, papas, frituras, cacahuates, una que otra botella de alcohol y hasta un pastel de chocolate, comida instantánea, todo lo que pensó que iba a necesitar para su comida, al punto de que los dos carros iban a reventar, le preguntó a Irene si quería o necesitaba algo en especial pero ella simplemente no dijo nada, así que Seulgi se encargó de comprar tambien cosas para su aseo personal, cremas, desodorantes y demás cosas, Irene tampoco quiso nada, tal vez le gustaban cremas de otras tiendas, cuando llegaron a la caja para pagar, la gente no dejaba de mirarlas, el cajero preguntó si contaban con tarjeta torpemente, estaba muy nervioso con la presencia de dos mujeres tan bonitas, cuando Seulgi entregó su tarjeta, el cajero prácticamente colapsó al ver el nombre..

ContratosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora