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Suho entró al departamento y de inmediato empezó a besar a Irene, estaba enojado, así que de nuevo fue bruscamente, la aventó contra las escaleras e Irene cayó sentada pero realmente golpeó su espalda con el escalón, no pudo decir nada ya que Suho se subió encima de ella y siguio besandola. El estaba molesto, había pasado toda la semana pidiéndole a Irene que abriera la puerta, mientras que Seulgi no estaba, pero Irene se excusaba diciendo que la puerta tenía un código el cual solo Kang Seulgi tenía, Suho habló con los encargados de sistema de seguridad y descubrió que no existía tal código.

- Con que un puto codigo no? ¿Quieres verme la cara de Imbecil Irene? Que no sabes quien soy yo?! Toda la alcaldía me pertenece, porque mierda ibas a negarme el acceso a este departamento?
-Es ...es- Irene estaba asustada- es que…
- Es que que??
- Es que... si Kang Seulgi se entera podría acusarnos con el Señor Lee Soo-Man - Irene en realidad temía por su vida.
-Ahh¡ te amenazo esa perra? - Irene ni contestaba, solo estaba asustada- piensa que por eso vamos a dejarnos de ver o que? Esta imbécil… que se pudra!! - volvió a besar a Irene y agresivamente le rompió la blusa, dejándola solamente en brasier.

Ese día, en lugar de ir a la empresa Seulgi quedo con su padre de que irían al Campamento de entrenamiento, así que Seulgi llegó ahí a las seis de la mañana, a esa hora empezaba el entrenamiento de Lunes a Domingo, Sehún levantaba a los elementos en formación y los ponía a correr durante 15 minutos, después de eso tenían que hacer 50 abdominales y 50 sentadillas excelentemente bien hechas, 10 minutos haciendo barras y un minuto corriendo a toda velocidad. Y eso solo era a primera hora, Seulgi odiaba hacer ejercicio, solo con verlos ya estaba exhausta, el único ejercicio que Seulgi hacia era la hora en el gimnasio de su casa y bailar y eso ya ni lo hacía como antes en Europa.

Después de eso, los elementos en formación se dirigen al comedor comunitario, así, todos sudorosos y sucios desayunaban, solo tenían 30 minutos para desayunar, a las ocho tenían que estar en el stand de tiro, en donde les daban clase de armamento, les explicaban primero teóricamente y luego los hacían ponerla en práctica, poniéndolos a disparar a siluetas fijas en diferentes distancia, tenían que tener buena postura para dar al centro, los elementos que no lograban disparar a la silueta, recibían una descarga eléctrica con una maquina de toques, después se iban a  la alberca a realizar media hora de natación y clavados desde 5 metros y después una clase de hora y media de defensa personal, en donde les enseñaban tacticas y tecnicas para someter a las personas y  los ponían a pelear entre ellos, para que aprendieran a defenderse, los golpes eran reales, Seulgi vio como dos de los chicos salieron con la nariz rota y no iban a curación, permanecian ahí hasta el final de la clase, la siguiente clase era de primeros auxilios y ahí revisaban a los que habían resultado lesionados en clases pasadas, si las lesiones eran graves entonces trasladaban al chico al hospital de la alcaldía, pero ese dia no hubo necesidad, esa clase dura otra hora y después de eso los volvían a reunir en el comedor a las tres de la tarde. Eso fue lo último que presenció Seulgi, ya que los viernes terminaban de entrenar a las cuatro de la tarde, así que Seulgi se dirigió también temprano a casa, pero eso Sehun no lo sabía, él esperaba que la chica llegara como siempre, entre 7 y 8 de la noche.

Cuando Seulgi entró a su departamento, Suho acababa de romperle la blusa a Irene, pero de eso Seulgi no vio nada, tampoco vio que Irene tenía una mueca de dolor por cómo la estaba tratando Suho, Seulgi solo pudo ver que Suho estaba encima de Irene y ella estaba ya solo en brasier. Lo primero que hizo fue reírse en silencio, porque estaban tan entrados en lo suyo que ni siquiera se dieron cuenta de que ella estaba ahí, empezó a toser a propósito y Suho volteo pero no tuvo apuracion por quitarse. -Que bueno que no puse cámaras, la sorpresita que me hubiera llevado - parecía que a Seulgi estaba divertida con la situación, solo se cruzó de brazos y se recargo en su puerta, observando como Suho no tenía el mínimo interés en detener su faena.

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