Dios, estaba preciosa hasta en pijama y recién levantada de la cama.
-¿Podemos pasar o qué Woods? hace frío- preguntó Natasha.
-Adelante, de todas formas, lo ibais a hacer igual.
Lexa se hizo a un lado de la puerta para dejarnos entrar y después, cerró.
-Es la una de la madrugada y mi mejor amiga y la chica a la que odio y odia, acaban de entrar juntas a mi casa, repito, ¿me lo vais a explicar o como va la cosa?
"La chica a la que odio" ya lo sabia pero...dolía y no quería reconocer el por qué.
-Tu chica iba sola por la calle, como tú bien has dicho, a la una de la madrugada- habló Natasha.
-Primero, no es mi chica y segundo ¿qué?
Aquellas palabras de nuevo, me sentaron como una punzada en el pecho, yo jamás había experimentado eso de que pueden llegar a doler más que los golpes, las palabras digo, sobretodo si vienen de la persona a la que amas, ya sabía que no era su chica y creía que lo tenía asumido, aceptado, pero por lo visto no era así y es que aquellas palabras me hicieron dejar de querer luchar por ella, me había hecho ilusiones, Raven me había hecho ilusiones pero ¿Lexa? Lexa y yo éramos como dos polos opuestos y yo fui una auténtica estúpida por creer que algún día íbamos a poder ser dos adolescentes enamoradas en medio de aquella guerra.
-Mira déjalo, yo...ni siquiera quería venir aquí y soy consciente de que estoy molestando así lo mejor será que me vaya.
Sin esperar una respuesta bajé la cabeza y caminé en dirección a la puerta, iba a abrirla pero la mano de Lexa presionando mi abdomen y haciéndome retroceder, me lo impidió.
-No, no vas a irte sola otra vez y tampoco voy a sacar la moto ahora, tengo una habitación libre, llama a tu madre, dile que estás en casa de Raven y quédate aquí, tú Nat ya sabes, donde siempre.
-Que no Lexa, da igual de verdad, estoy muy cerca de casa y esos tíos ya no están, puedo apañar...mierda.
-¿Esos tíos?
Nada, ya me esperaba el sermón de media noche, que se ve que hacía falta.
-Había tres hombres persiguiéndola pero ya está Woods, la he visto y ha subido al coche conmigo, todo está bien, estás viendo que todo está bien- intervino Natasha intentando calmar a Lexa.
-¿¡Y lo decís tan tranquilas!? ¡me cago en la puta Clarke! ¡¿no has tenido suficiente ya o qué?!- gritó.
Ahora por lo visto era mi culpa, que dos asquerosos me hubieran utilizado como su maldito juguete y que otros tres pretendieran hacer lo mismo, claro que sí, sí Lexa lo decía iba a misa.
-¿¡Es mi puta culpa Lexa?!- grité.
-¡Pues sí Clarke, sí! tienes un puto teléfono y a alguien a quien llamar ¡y te la suda porque luego vas por ahí jugándote la puta vida como si a nadie le importases una mierda!
-Lexa, no te ha llamado porque no quería molestarte, ¿de verdad le estás echando la culpa de esto? lo ha hecho por ti.
Me sorprendió que Natasha quisiera meterse en la conversación y más aún que lo hiciera para defenderme, en contra de la opinión de Lexa.
-Mira déjalo, no necesito más problemas, subiré a la habitación que me has dicho.
Subí y entré a la habitación cerrando la puerta tras de mí, escuchaba los gritos de Lexa y Natasha que discutían sin fin, yo me limité a coger la almohada y me tiré a la cama escondiendo mi cabeza debajo de la almohada buscando dejar de escuchar aquellos gritos. Empecé a sentir como al instante cientos de lágrimas corrían por mis mejillas, empapando las sábanas de aquella fría cama en la que me iba a tocar dormir.
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VOLVER A EMPEZAR
Fanfiction¿Puede ser que del odio al amor también haya un paso? ¿O quizás simplemente sea una mera afirmación sin sentido? La verdad es que no lo sé, realmente no sé nada, nada más que éramos dos adolescentes, pero dos adolescentes tratando de luchar una guer...