VOLVER A EMPEZAR

Mi chica

-No lo intentes, no volveré a caer en tus sucias mentiras, Lexa, ya no, no puedo más joder-.

-Sí puedes Clarke, claro que puedes, ya te lo dije, eres la chica más fuerte que conozco y conmigo o sin mi eso va a seguir siendo así- sentía como cada vez iba acercándose más a mí, era la única a la que se lo estaba permitiendo y ni siquiera sabía porqué.

-Pero es que yo no quiero un sin ti joder, no puedo permitirme tener un sin ti Lexa, ¿que es lo que no entiendes? que no me queda nada joder, eras lo único que me mantenía en pie, lejos de esto-.

-Clarke me asusté ¿vale? no quería hacerte daño, no quería hacerte el daño que me hicieron a mí, no podía permitirme algo así-.

-Pero lo hiciste, lo hiciste porque ahora estoy aquí-.

-Clarke, escuchame porfavor, baja de ahí, baja y hablemos las cosas con tranquilidad, te lo suplico-.

-No, no Lexa ya no hay nada de qué hablar, tú lo dejaste todo claro, ya está- me acerqué todavía más al límite de aquel bordillo, ya ni siquiera el miedo me frenaba.

-¡Clarke! Clarke escúchame, ahora lo entiendo, ahora lo entiendo todo, que no es el amor, que el amor no es mi debilidad joder Clarke, que mi debilidad eres tú-.

Aquellas palabras evitaron que diera el último paso, el paso que me habría llevado directa al vacío.

-¿Qu...qué?- volteé despacio.

-Lo que has oído Clarke, tú eres mi debilidad- cada vez estábamos más cerca.

-Pero...pero me...me apartaste-.

-Lo sé, lo sé y fue un grave error porque te quiero Clarke, y te quiero como nunca antes había querido a nadie así que porfavor, ven aquí, ven conmigo-.

-Lexa yo...-.

Intenté terminar de hablar mientras poco a poco me alejaba más del límite de aquel bordillo pero el equilibrio me falló y cuando quise darme cuenta estaba a segundos de caer al vacío. Se había acabado, todo, ya no había vuelta atrás, ya no podía recomponerme y volver a subir, estaba a unos segundos de encontrarme completamente en el aire, con el frío suelo como único destino. Ni siquiera fueron dos segundos pero durante ese tiempo solo se me pasó por la cabeza ella, solo pude pensar en Lexa, en lo que estaba dejando atrás, en el abrazo que nos íbamos a haber dado tras yo bajar de allí, en el posible rato tras aquello en su casa, en la siguiente noche juntas, en la siguiente llamada, en el siguiente "te quiero", en el que yo nunca le dije y cuando estaba imaginándome el beso (mutuo) que jamás nos dimos, todo se paró y lo único que mis ojos veían, eran sus ojos, llenos de lágrimas. Ya no estaba cayendo, antes de que pudiese alejarme de aquel bordillo lo suficiente como para evitar una posible vuelta atrás, sus manos agarraron las mias, y con ayuda del resto de personas que estaban allí arriba, volví a subir. Fue volver a pisar el suelo y sentir de inmediato sus brazos rodearme, me apretaba contra su pecho mientras besaba mi cabeza repetidas veces.

-Lo...lo siento- sollocé.

-Clarke, cállate- y eso hice, eso hice porque sus labios contra los míos, me impidieron hacer lo contrario.

No sabía como describir aquello, era como si...como si todo a nuestro alrededor se hubiese parado, otra vez, era como si sólo estuviésemos ella y yo, fundiéndonos en un dulce y cálido beso, saboreando nuestros labios y jugando con nuestras lenguas queriendo no dejar de hacerlo. Después de unos segundos, los mejores de toda mi vida, ambas nos separamos despacio para mirarnos con una sonrisa, al fin, al fin tenía todo lo que realmente había querido, al fin la tenía a ella, al 100%.

-Yo soy la que lo siente Clarke, no debí tratarte así, te prometí estar y no lo hice, perdóname, porfavor-.

Podía sentir como se estaba esforzando en no derramar una lágrima más, Lexa no era de llorar, de hecho nunca la había visto hacerlo, ni sonreír, tampoco la vi jamás sonreír hasta que hicimos algo más que odiarnos. Realmente la...la primera vez que había visto a Lexa sonreír, quitando eso de reírse de mi, había sido por mí y la primera que la había visto llorar también, yo realmente le importaba.