El vestido

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-Lexa. Claro que era ella.

"Tengo que irme"

"Solo escúchame, dame treinta segundos, luego puedes largarte"

-No respondí con palabras, simplemente me paré. Treinta segundos, solo eso.

"Me has pedido un tiempo, ayer no lo entendí y créeme que eso no ha cambiado, pero adelante, tomate el tiempo que quieras, ya no voy a preocuparme más, ya no voy a buscarte, ni por los pasillos del colegio, te pedí una explicación, te la he pedido cada vez que te he visto, te he llamado mil veces y te he dejado mil mensajes y sigo sin obtener respuesta. Me da igual que quieras un tiempo, no me importa darte ese tiempo, solo quería una explicación, solo quería que por una vez tú también intentaras ayudarme, ayudarme a dejar caer todo lo que cargo sobre mis hombros desde que ayer, de repente decidiste dejarme, solo necesitaba eso, saber si realmente era por mi o por ti, pero visto lo visto no te importa una mierda como esté ni lo que yo sienta, ahora me doy cuenta de que solo me querías para lo que querías, solo necesitabas a alguien, y casualmente ese alguien lo encontraste en mí, ahora me doy cuenta de que lo tuyo era una dependencia extrema, a diferencia de lo mío, que era amor"

-De repente un pitido sonó, era su reloj indicando que los 30 segundos ya habían pasado.

"Puedes irte"

-Me quedé totalmente paralizada, no sabía que hacer, no sabía como reaccionar, ni siquiera era capaz de construir una sola frase con la que al menos contestarle así que se fue sin más, mientras tanto yo me quede ahí, parada, pensando en cada palabra, pensando en lo que le estaba haciendo creer, en cómo le estaba haciendo sentir, pensando en que lo mal que me había tratado estos dos últimos días había sido porque la había destrozado, completamente, quería una explicación, pero yo he sido incapaz de dársela, desde que me dijo que la estaba arrastrando conmigo he sido incapaz de hablar de ello, y ahora realmente cree que he dejado de quererla, ahora realmente cree que todo esto es por ella, que le he pedido un tiempo por ella y es que así es, por supuesto que así es, pero no en el sentido que cree, solo quiero estar bien, quiero aprender a lidiar conmigo misma, quiero dedicarme tiempo a mí, y cuando esté bien, o al menos cuando todo mejore, quiero volver a su lado, para que deje de sentir que la estoy arrastrando conmigo, para que deje de sentir todo el peso que suponen mis problemas, para que podamos tener una relación sana y bonita y para que por fin pueda ver ese futuro que tanto deseo a su lado, para por fin poder verla como la madre de mis hijos.

Elisabeth me escuchaba con atención, de vez en cuando iba apuntando alguna que otra cosa y me paraba para hablar, me había sentado tan bien soltarlo todo y sobretodo conversar con ella y escucharla, soltar como me sentía, lo que había sentido en ese momento y todo lo que le había contado antes, había olvidado lo bien que sentaba que te escuchara un profesional.

-Lo has hecho muy bien hoy Clarke, para ser el primer día lo has hecho muy muy bien. Me alegra que hayas confiado en mí para ayudarte con todo esto y créeme que todo mejorará, poco a poco, por ahora lo vamos a dejar aquí, cualquier cosa que necesites ya sabes, envíame un mensaje o incluso llámame, y recuerda realizar las respiraciones que te he indicado. Ve con calma y sobretodo recuerda que es momento de pensar en ti, o al menos sobretodo en ti.

Asentí con una sonrisa y poco después salí. Octavia estaba espetándome en la puerta del psicólogo para acercarme a casa.

-¿Que tal ha ido?- preguntó en cuanto me vio.

-Bien, bueno creo, la verdad me ha sentado bien, o bueno, creo también.

-Me alegra oír eso- sonrió.

Sonreí.

-Va sube que la fiesta es en dos horas y tenemos que arreglarnos.

La fiesta, se me había olvidado por completo.

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