No te vayas

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De nuevo esas últimas tres horas se me hicieron eternas, primero fue matemáticas, luego inglés y por último arte, amaba arte y el arte, de hecho el dibujo era una de mis pasiones pero incluso esa clase se me había hecho eterna solo de pensar en que aún debía esperar una hora más para verla.

Finalmente el sonido del timbre, que indicaba el fin de las clases, se dejó escuchar y yo sin ni siquiera despedirme de Raven y Octavia salí corriendo de allí en dirección a la calle de siempre, donde había quedado con Lexa.

Estuve unos veinte minutos allí parada esperando pero Lexa nunca llegó, estaba confusa ¿y si se había enfadado? no le había hecho nada malo ¿verdad? no entendía nada, habíamos quedado y ella odiaba dejarme sola.
Pensé en llamarla pero se quedó en un simple pensamiento, no me atrevía a hacerlo, fueron sólo veinte minutos pero eso era algo extremadamente raro en ella, llegué a pensar que había vuelto a perderla y ni siquiera sabía porque.

Solo de pensarlo empecé a agobiarme y a sentir como cada vez me costaba más mantener la calma, opté por sentarme en el bordillo de la acera para intentar tranquilizarme y convencerme de que solo se le habría pasado, sin más, pero no funcionó, lo único que consiguió calmarme en aquel momento fue el sonido de una moto, de su moto, al fin.

-Yeee rubia, perdón por...¿Clarke?- la escuché decir.

-Ho...hola- intenté parecer tranquila.

Aún no había recobrado la calma por completo, no era tan fácil, al menos no para mí.

-Hey ¿que pasa?- preguntó preocupada bajando de la moto y agachándose para quedar a mi altura.

-Na...nada estoy...estoy bien solo me...me he agobiado- respondí esbozando una media sonrisa.

-¿Por qué te has agobiado?- preguntó de nuevo en un tono suave mientras se sentaba a mi lado y acariciaba mi espalda en círculos consiguiendo calmarme por completo, solo ella era capaz de hacerlo.

-Yo...pensé que...que te había hecho algo...- bajé la cabeza.

-Hey no, no pequeña claro que no, he tardado tanto porque nos han castigado pero ya está, ya estoy aquí- me rodeó con sus brazos.

-No te vayas- susurré.

-Nunca lo haría- y me apretó más contra ella mientras aquellas palabras resonaban una y otra vez en mi cabeza.

-Vamos, te llevaré a casa- dijo mientras me apartaba despacio de ella.

Subimos las dos a la moto y como ya habíamos hablado, Lexa me acercaría a casa, el camino se me hizo eterno solo de pensarlo, llevaba dos años sin ver a mi padre, dos malditos años y ahora llevaba todo un día sin pasar por casa y ni madre ni él se habían molestado siquiera en dejarme un mensaje, no habían mostrado un solo signo de preocupación por su hija, mi madre llevaba toda su vida sin hacerlo pero ¿mi padre? mi padre antes no era así, pero está claro que yo fui una ilusa por creer que después de dos años todo seguiría igual.

Tras unos eternos quince minutos llegamos y yo bajé de la moto, me quité el casco y se lo di a Lexa, ella también lo hizo pero no bajó.

-Llámame si necesitas lo que sea ¿entendido?- advirtió Lexa bastante seria.

-A sus órdenes, mi sargento- reí.

-Clarke voy enserio, me da igual la hora que sea y me da igual tener que irme de donde esté-.

-Oye Lex tranquila ¿vale? voy a estar bien y no te preocupes que si te necesito te llamaré, sea la hora que sea- la tranquilicé esbozando una media sonrisa que pronto desaparecería.

-Yo ahora tengo entrenamiento así que si me llamas y no te lo cojo, escríbele a Wanda, ella me avisará ¿claro?-.

Adoraba esa faceta suya, siempre quería protegerme de todo y de todos, con ella me sentía segura y es que jamás imaginé que todo esto fuese a ocurrir así, antes tenerla cerca me aterraba y ahora era tenerla lejos lo que lo hacía.

-Lo haré pero igual si me das su teléfono lo tengo más fácil ¿no crees?- reí de nuevo, solo intentaba destensar el ambiente.

Lexa no respondió, simplemente sacó su móvil y a los pocos segundos, recibí un mensaje.

-Ahí lo tienes- dijo ella en un tono seco.

-Oye ¿te has enfadado?- pregunté algo preocupada.

-No Clarke, claro que no, es solo que...joder que quiero que estes bien-.

-Oye, te he dicho que voy a estarlo ¿vale? lo prometo- me acerqué a ella tomando su rostro entre mis manos.

Por unos segundos creí que todo se había parado, todo menos nosotras, estábamos mirándonos fijamente y no parecía que fuésemos a dejar de hacerlo, sentí de nuevo como su mirada se posaba por debajo de la mía, volví a sentir aquellos bonitos ojos verdes sobre mis labios, todo era perfecto, o al menos lo fue hasta que una voz nos separó.

-Clarke-.

Tragué saliva todavía con la mirada clavada en el rostro de Lexa y con este entre mis manos.

-Papá- espeté.

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