Odelia Baumeister y Levi Ackerman, cada uno a su manera y, no obstante, de forma muy semejante, deben ayudarse y madurar para superar las crisis de un mundo lleno de titanes y aprender de sus errores para poder encararse en un futuro común, superand...
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Odelia despertó abriendo sus ojos con lentitud, esperaba ver frente a ella un azabache brindándole los buenos días con una taza de té en mano, pero en cambio, se encontró con las soldados de su escuadrón y de Levi mirándola con curiosidad.
«¿Acaso había soñado todo lo de anoche?» se preguntó Odelia mientras se levantaba de su cama.
—Capitana Odelia, ¿está usted bien? —se acercó Artis a ella.
—Fuimos designadas a quedarnos aquí —respondió Ondine.
—Ya veo —susurró la castaña mientras se levantaba de su asiento y las otras chicas le daban su espacio para levantarse. Odelia se giró para ver la litera que era de su amiga Isabel, la cama seguía igual—. ¿A-alguien se ha quedado aquí? —señaló Odelia la cama.
—No —respondieron al unísono.
—Bueno, me gustaría que por favor eviten usar esa cama, es... especial —trató de explicar Odelia mientras quitaba algunas arrugas de la cama.
—¿Alguien más está con nosotras? —preguntó Sasha confundida— Nos dijeron que solo usted residía en esta habitación.
—¿¡Acaso la cama está maldita!? —preguntaron asustadas al mismo tiempo Sasha y Ondine.
—No es eso —movió las manos negando lo que pensaban las dos morenas—. Pero es como si aún la usaran.
—¿Era de alguien antes? —preguntó Artis.
—Lo haya sido o no, no debemos interferir en la decisión de Odelia-san —intervino Mikasa mientras tomaba asiento en su propia cama.
—¿Es malo si preguntamos de quién fue? —preguntó Ondine, Artis le dio un golpe a su brazo con el codo.
—Mikasa tiene razón, no debemos inmiscuirnos en los asuntos de la capitana.
—Está bien, chicas —habló Odelia deteniendo los murmullos entre las chicas, acarició con nostalgia la madera de la litera que estaba arriba de ella—. Era de mi anterior compañera, Isabel Magnolia.
—Por lo que sé, ella fue designada junto a otros dos soldados a entrar a la Legión de Reconocimiento, ¿no?
—Creo que el capitán Levi venía de aquel lugar, o eso es lo que se rumoraba en los pasillos cuando era cadete —apoyó Ondine a Artis en su pregunta.
—¿Es verdad eso, capitana Odelia? —preguntó esta vez Sasha.
Odelia suspiró, no quería decirle la verdad a las subordinadas de su compañero capitán, temía que el rumor se expandiera y que con ello perdieran el respeto a un soldado veterano.