Capítulo 89

233 32 75
                                    

≪❈DER GEGENWART XIV

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

≪❈DER GEGENWART XIV. WARHEIT❈≫

—Eren... Eren... ¡Eren! —llamaba incesantemente Odelia al castaño en su búsqueda, luego de observarlo saliendo del auditorio del lugar instantes atrás.

Con cada paso que daba, temía por el paradero del menor en aquel lugar. Esas calles que recorrían, a diferencia de las que se encontraban en el inicio de su recorrido a Marley, ese lugar se mostraba mucho más insano y de poca seguridad. Las calles se llenaban de personas de cualquier edad y niños pidiendo dinero entre los transeúntes, y, por ende, albergaba el peligro de ser asaltados o atacados por alguna persona.

Entre los callejones que Odelia recorría de reojo pudo encontrar la silueta de Eren entre uno de esos oscuros caminossin salida. Al entrar cada vez más, podía escucharse los sollozos y gritos de un niño contra otras personas.

»¡Eren! £—por fin lo llamó alegrandose de encontrarlo. Ahora era hora de regresar junto a los demás y volver a la isla. Ya no quería estar más tiempo en ese terrible lugar.

—¡Oye! ¡Esa es la mujer de ayer! Debe tener también sangre de demonios como para decidir ayudarlo. ¡Que ninguno salga de aquí! —se apoyaron entren sí los residentes del lugar.

A pesar de los intentos de aquellos hombres por atacarlos, la experiencia de ambos soldados los hizo librarse fácilmente de aquellos viejos, los cuales quedaron inconscientes en el suelo.

—Eren, el niño... —tomó rápidamente la herida que aquellos hombres habían provocado en ese niño cortando por completo su mano. Odelia comenzó a acelerar su respiración por la preocupación, pero decidió mantener la calma tras ser la mayor de todos ahí—. Estarás bien, ¿de acuerdo? —Le dedicó una sonrisa fingida al niño que solo se dedicaba a observar el intento de vendaje que Odelia le había hecho para detener lo posible la sangre de aquel corte.

—¿Dónde queda tu casa? —preguntó Eren tratando de articular lo más posible para que aquel niño pudiera entender.

Odelia y Eren se miraron entre sí, sin saber exactamente qué hacer o decir. Hasta que el moreno recordó el rostro de aquel niño.
—Debe ser familiar de los niños que permanecieron en aquellas tiendas. Donde estuvimos con... los demás —sugirió Eren, aunque aquel tono conque no le agradó a Odelia, comenzando a preocuparse.

—Bien, hay que apresurarnos para llegar con los demás —pidió Odelia.

—Sí, claro... —contestó reacio Eren ante las palabras de la morena, quien pudo detectar aquel comportamiento que arrastraba consigo desde el inicio de su viaje.

Orgullo, Prejuicio Y Titanes (Levi×Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora