Odelia Baumeister y Levi Ackerman, cada uno a su manera y, no obstante, de forma muy semejante, deben ayudarse y madurar para superar las crisis de un mundo lleno de titanes y aprender de sus errores para poder encararse en un futuro común, superand...
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≪❈ANALEPSIE Ⅲ. EIGENE ENTSCHEIDUNG❈≫
Una línea dividía a los soldados voluntarios de los residentes militares de Paradis, quienes se encontraban a la espera de la llegada de una persona importante a la isla en el puerto recién terminado tras los primeros dos años de llegada de los soldados anti-Marley.
—¡No nos recibían así desde la primera vez que nos encontramos! —saludó emocionada Yelena, estirando suano para saludar a Eren, pero siendo detenida tras los cuerpos de Levi y Odelia situándose frente al castaño.
—No, todavía no puedes hablar con Eren. Lo máximo a lo que vas a llegar es en verle la cara —le detuvo el azabache, deteniendo con su mano a la rubia, quien después posó su mirada en la otra morena.
—Eso quiere decir que a usted sí la puedo saludar, ¿Odelia? —estiró su mano hacia la castaña, quien, sin querer portarse como alguien maleducado, estrechó su mano, incómoda—. Estoy más que conforme con esto, ya que hoy será un día magnífico. Puesto que el puerto está completado y es la primera vez que se usa, conocerán a alguien—.
En la lejanía podían divisar una especie barco en la que habían viajado los soldados hacia ellos un año atrás. La diferencia de este es que era mucho más grande, tamaño que mantenía inquieta a la castaña, preguntándose por la cantidad de gente que pudiera llegar a la isla.
Su sorpresa fue mayor al encontrarse con una mujer vestida de manera muy elegante, y detrás de ella, hombres igualmente bien vestidos y a la vez intimidantes detrás de la mayor. Sus rasgos faciales eran semejantes a los de Mikasa, observando sus ojos oscuros y profundos y un cabello negro y hermoso como la oscuridad de la noche; aunque, podía decir que a pesar de sus finos y pequeños ojos, podía apostar que de joven fue una mujer muy hermosa.
»La primera y única Nación que se volverá nuestra aliada. La nación de Hizuru —explicó la rubia, colocándose a un lado de Mikasa, frente a Odelia, permitiéndole escuchar lo que le decía a los demás pero permaneciendo especialmente cerca de Mikasa—. Su embajadora nos ha visitado, Kiyomi Azumabito. Ella tiene fuertes lazos con países extranjeros y tiene una alta influencia en los asuntos externos a su nación, también es la cabeza de su familia. —Odelia fruncio el ceño al observar la mano de la rubia sorprender el hombre de la azabache, acercándose a susurrarle algo—. Ella ¿no se parece a tu madre? Es como te lo dije, está relacionada con tu línea sanguínea. Podrías...
Las manos de Odelia separando a ambas chicas para ponerse como intermediaria hizo que la atención de la de mejor estatura se posara en ella.
—Incluso si es alguien conocido de Eren, no puedes comunicarte con ellos, a menos que haya alguien de por medio —le mostró Odelia una de sus miradas más serias a Yelena, quien soltó una carcajada.
—Por supuesto, lamento la intervención, solo le decía que podía hablar con ella. Puede ser gratificante para la señorita Mikasa hablar con alguien de la misma ascendencia de su madre.