Capítulo 8

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Damián Fox

Vi como Ambar salía de mi habitación, dejando todo atrás. Dejándome a mí en esta oscura y sombría habitación. A la vez, dejaba su pasado, había hecho lo correcto, al menos para mí.

-Sabes que te apoyo - habla Poe, sacándome del trance - pero esto no está bien, incluso para mí.

-No es mi culpa, lo descubrió por error.

Mi voz era fría, mi rostro inexpresivo.

-Eso lo sé, ¿pero el resto? - no respondo, suspira - afróntalo, solo apresuró tus planes - lo vi.

-¿Crees que yo quería esto? - no quería saber la respuesta.

-Por supuesto que sí, sino, hubieras dejado que se vaya del pueblo o del país - odiaba cuando Poe me decía las cosas en la cara, era algo que me jodía sobremanera.

-Estuviste de acuerdo cuando se los mencioné en el bosque - me excuso, mi rostro sin mostrar arrepentimiento.

-Sigo estando de acuerdo, no es mi vida. Solo digo que no está bien, son dos cosas diferentes.

Sabía a lo que se refería.

-¿Cuándo hemos hecho algo que esté bien? Al menos para el resto de personas - mencioné yo.

Poe sonrió levemente y negó divertido.

-Sabes que no será bueno que se enteré de Padme, ¿verdad?

-Lo sé, pero no es que pueda hacer mucho

-¿Qué planeas hacer? ¿Un ménage a trois?

Lo miro.

-Tengo claro lo que haré - Poe me mira y evalúa.

-¿Elegirás a Ambar, cierto? - cuestiona, yo no contesto, no es necesario.

Él sabe la respuesta.

Tal vez sea malo, egoísta o inclusive cruel. Pero, ¿acaso ya no era así?

Tenía claro lo que tenía que hacer, lo pensé desde que la volví a ver, y tenía la respuesta cuando me ayudó, cuando pude verla más de cerca.

Siempre había sido ella y siempre sería ella.

Nada ni nadie podía cambiar eso. Ni siquiera Padme, aunque lo haya intentado.

Ambar había pasado casi 7 años lejos del pueblo y con sólo volver a mirarla supe que no había nadie más que ella.

No podía elegir a Padme, ni siquiera por el hecho de haberla involucrado en esto. Sería un error.

Al fin y al cabo, jamás alcanzaría o superaría lo que era Ambar.

-Bueno, solo queda apoyarte - habla Poe sacándome del trance, lo miro.

-Bien - emito suavemente.

-No me agradezcas tanto, amigo, no te vayas a cansar - dice sarcásticamente Poe.

-Mjm

-Bien, acá no lo anotó, ¿Cuál es su fecha de cumpleaños? - pregunta, yo parpadeo varias veces.

-¿Para qué?

-¿Quieres que la incluya o no? - pregunta Poe viéndome, luego sonríe para que no me moleste.

Mi mente revaluaba los momentos en mi memoria, buscando la fecha. Un recuerdo llegó a mi memoria como respuesta.

El día era soleado, estaba sentado en mi escritorio haciendo algunas tareas. Mi ventana levemente abierta, para que pueda ingresar el aire y un poco de luz.

Sé mi peligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora