Capítulo 10

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El bosque se sentía espeso, con un Aura tenebrosa. La noche oscura, sin estrellas ni la luz de la luna.

Una rama cruje, haciendo que salte por ello. Tenía miedo, era obvio.

A lo lejos vi luces, como las de linternas. Me acerqué.

Al salir de entre los árboles, visualicé a los muchachos de la otra noche, de los cuales el único nombre que no conocía era el de la joven de pelo verde.

-¡Caramelo!

Exclama Poe al verme, Sonrío levemente. Me gusta saber que soy querida en los lugares a donde voy. Aunque a veces no sea así.

-Hola - dije tímida, no era mi centro de confort.

-Hola - respondió la joven de la que no sabía el nombre - soy Tatiana - dijo como si leyera mi mente.

-Mucho gusto - dije, extendiendo mi mano hacia ella, en un saludo formal. A su lado Archie, viendo a la nada.

-Igualmente - dice y mira a Archie, como esperando que diga algo. Le da un codazo que lo hace reaccionar.

-Hola, lamento lo de la otra noche, pero tenía que detenerte, espero entiendas - me dijo calmado, sonrío.

-Si, no te preocupes, sin resentimientos - digo con una sonrisa. Este asiente con una leve y malévola sonrisa.

Claramente, el moretón en mi estómago no decía lo mismo. Pero, no me costaba nada disculparlo.

-Bueno, iremos a la cabaña - dice Damián, llegando a la escena.

Ni siquiera me había percatado de que no estaba.

-¿Cabaña? - pregunto tímida.

Siento que en un mal movimiento voy a caerles mal. No me gusta caerle mal a la gente.

-Si, caramelo, es donde nosotros nos reunimos frecuentemente - habla Poe, acercándose a mí - es como... nuestro punto de reunión - añade. Yo asiento.

-Una guarida secreta - digo divertida. Tatiana y Poe ríen.

Padme me ve extraña, Archie está en su mundo y Damián se acerca a Poe.

Damián le dice algo al rubio, haciendo que este ría y se aleje de mí levemente.

¿Qué le dijo? ¿Acaso había hecho algo mal?

-Bueno, vamos - dice Poe, caminando hacia la oscuridad del bosque.

Trago grueso y camino detrás de él. Siento como alguien entrelaza su brazo con el mío, me giro para ver quien es.

-Tranquila, todo estará bien - me dice Tatiana, acariciando mi brazo protectoramente - no es tan malo como parece - agrega con una sonrisa. Sonrío por inercia.

-Gracias - digo con una sonrisa. Tatiana me agrada.

Caminamos durante un tiempo, en silencio. De esos silencios que no te incomodan, pero desearías que fuera más cómodo.

Llegamos a una cabaña, una común por fuera. Nada del otro mundo.

Antes de llegar a la cabaña, un muchacho se cruza en nuestro camino.

Lleva una gabardina violeta, su piel resalta por ello. En sus manos descansan anillos.

Me gustan los anillos.

Sus facciones marcadas y finas. Es alguien atractivo.

-¿Qué tal? - le dice burlón a Damián. Este no cambia su expresión de odio a todo el mundo.

Sé mi peligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora