Cuando llegamos a la clínica donde estaba Cristian me encontré con Vanessa, Luisa, Mack y los padres de Cristian, todos sentados en la sala de espera. Le había pedido a Damián que se quedara en la camioneta para evitar otras riñas por lo que Vanessa solo me miró mal.
-Buenas noches - dije al llegar, los padres de Cristian me vieron y sonrieron con dulzura.
-Ambar - dijeron en unísono. Verónica, su madre, me abrazó con fuerza. Le correspondí el abrazo, en el cual se unió Roger, su padre.
-¿Como está? - consulté al separarme de ambos.
Roger contesta.
-Bien. Tiene el labio roto y estaba inconsciente, parece que lo drogaron, pero más el susto que otra cosa. Ahora está descansando - me comunica. Suspiro aliviada.
-Me alegra mucho, estaba muy preocupada - Vanessa emite una risa irónica, la miro mal.
-Nos alegra que hayas venido - dice Verónica, ignorando a Vanessa.
-Lamento no haber estado desde antes, estuve lejos y desconectada de todo - explico.
-No te preocupes, querida, Luisa nos comentó que estabas fuera del pueblo y no pudieron contactarte, lo importante es que ahora estás acá.
Sonrío con amabilidad y algo de culpa.
Una enfermera llega a la sala y nos ve.
-¿Ambar está presente? - consulta esperando respuesta.
-Soy yo - digo confundida. Me mira y asiente.
-El joven Cristian pregunta por usted - me informa, veo a sus padres y me sonríen. Sigo a la enfermera hasta la habitación de Cristian y se retira.
-Hola - digo, él me observa y me sonríe, me acerco un poco y veo su rostro, tenía leves golpes en el rostro y, como había mencionado su padre, el labio inferior roto.
-Hola, Ambar - me habla con dulzura.
-¿Te sientes tan mal como te ves? - bromeo un poco. Él ríe.
Pasa la saliva y extiende su mano para que la tome, lo cual no hago. Su sonrisa se borra poco a poco. Mira a la nada.
-Ya sabes quién me secuestró, ¿verdad? - me consulta, asiento con culpa.
-Sí, lo siento. A veces actúa como un imbécil.
-¿Damián? Sí - asiente - pero él no me golpeó - frunzo el ceño.
-¿Qué?
-Solo me secuestró - dice con tranquilidad.
-Entonces, ¿Quién te golpeó? - pregunto totalmente confundido.
-Un hombre calvo, fue justo antes de que me dejara en la casa de Damián - me explica.
Había sido un hombre de Aspen, eso me aliviaba un poco. Era mejor eso.
-Lo lamento mucho, Cristian, en serio. Lamento que Damián te haya hecho esto - digo con la mayor sinceridad.
-Tranquila - me dice con calma, me mira a los ojos - ya debe haberte contado lo de las fotos - asentí -. Nunca te superé - confiesa.
Quito la mirada de él , saco las fotos que tenía en mi chaqueta y las dejo sobre la cama, él las toma, me mira y las deja a un lado.
-Lo siento, debes creer que soy un enfermo que no te supera y te acosa - habla, bajando la mira, confirmando que él tomó las fotos. Yo asiento antes su afirmación.
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Sé mi peligro
FanfictionUn noveno no ama, se obsesiona. Esta no es la excepción. Pero la obsesión se puede presentar en distintos y diversos frascos. Él es noveno, ella no. Ella ama, él no. Aún así, ambos se necesitan.