Capitulo 19

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-No entiendo - le dije al pelirrojo a mi lado, este suspira pesadamente.

-No pues, yo tampoco - dice con diversión, nos miramos y reímos.

Observó el reloj en mi muñeca, las 15:25 pm se marcaba en el.

-Me tengo que ir - aviso, Mack me ve, mira el reloj y me vuelve a mirar.

-¿Tan pronto? - cuestiona confundido - aún no hemos acabado - añade con el ceño fruncido.

-Si, lo lamento - me levanto de la silla del comedor - pero tengo que llegar a casa, mis padres me tienen una noticia o algo así - quito importancia a pesar de morirme de miedo.

-Oh, bien - dice, poniéndose de pie y caminando a mi lado a la puerta, la abre y yo salgo - suerte, ve con cuidado - me indica, Sonrío y me alejo, mientras camino siento su mirada detrás de mí, siguiendo mis movimientos.

Camino con algo de rapidez, necesito saber que va a pasar con mi vida.

Mientras camino, un pensamiento llega a mi cabeza, no he visto a Damián en casi dos días, es curioso. Ya estamos muy cerca del 9 de setiembre y a Damián se le ocurre desaparecer. Genial.

Damián es muy extraño. Pero yo soy más rara al seguir conviviendo con asesinos. En fin, cosa de todo los días.

Sigo caminando con desgana, probablemente van a confirmarme que nos vamos del pueblo. No lo sé.

Si ese fuera el caso, ¿Qué haría?

¿Los novenos me lo permitirían?

Bueno, no es cosa del otro mundo, una novena puede viajar, ¿no?

Suspiro. Estoy cerca de casa, veo la camioneta de papá estacionada fuera de casa. Esto no es bueno.

Si está papá nada es bueno.

Abro la puerta de casa, la cierro y me giro para poder ver a mis padres, quienes están sentados en la sala, mamá tiene una expresión triste pero algo enojada. Papá tiene el rostro en una expresión de aflicción.

-Ya vine - anuncio, llamando su atención, dejó las llaves sobre la mesita al lado de la entrada.

Me quito la mochila del hombro, dejándola sobre la silla del comedor. Camino hasta la sala, quedando de pie frente a ellos.

-¿Qué sucede? - consulto al no escuchar palabra alguna de parte de mis progenitores.

-Tu padre se irá a Vancouver - suelta mamá, su mirada perdida en la nada - ...solo - agrega, haciendo que la vea con sorpresa.

-¿Qué?

-No voy a permitir que vuelvas a ver a esa mierda de persona - dice mamá con odio, refiriéndose a la escoria a la que papá llama jefe - tu padre - dice con dificultad, como si le costara pronunciar esas palabras - regresará a Canadá, verá si el maldito de Mike le devuelve el trabajo sin acceder a sus condiciones.

Veo a papá, estupefacta.

-Ya me voy - dice papá, viendo a la nada. Ni siquiera me ve a la cara, suspiro pesadamente y bajó la mirada al suelo.

-¿En serio? - pregunto irónica a papá, este no me mira - ¿en serio volverás a trabajar con ese hombre? - digo con un nudo en la garganta.

-Lo lamento, pero tengo qué - masculla con la cabeza gacha, se levanta del sofá y camina a la salida.

-Siempre lo lamentas, ¿no? - espeto con decepción. Giro sobre mis talones y subo a mi habitación.

Las lágrimas amenazaron con salir. Papá estaba por irse a pedirle trabajo al hombre que me dañó.

Sé mi peligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora