Capítulo 37

2.2K 174 37
                                    

Estaba helada, no me podía ver la cara pero puedo apostar que estaba pálida por completo.

Aspen me vio con una sonrisa de lado, burlón.

-¿Qué pasó? – preguntó irónico.

Archie traía el ceño fruncido, en confusión total. Los demás traíamos un aspecto sorprendido.

-¡Imbecil! – llama a Hanson, quien lo mira – hiciste caso – se mofa, Aspen frunce el ceño.

-¿Qué quieres, niño?

-Déjala en paz – Archie contesta, refiriéndose a mí – y tú – le habla a la persona que acababa de entrar - ¿quién eres?

-Archie… - llama Damián.

-¡¿Qué?! – pregunta, exasperado y sofocado - ¡¿Nadie va a decir nada más?! – pregunta ingenuo.

La mujer tenía la mirada puesta en mí, totalmente. Observándome con intensidad.

Quería hablar, quería pronunciar palabra, pero no podía. No salían de mí garganta. Trataba de gesticular pero no lo lograba.

-Ambar – me llama y da un paso hacia mí.

-¡Hey! Le estoy hablando, deje en paz a mi amiga – dice Archie, tratando de zafarse.

Es ignorado, la mujer se arrodilla frente a mí, mantengo contacto visual con ella. Una vez agachada frente a mí, lleva una mano a mi mejilla. En ese momento, con ese toque, una lagrima rueda por mis mejillas, tocando la mano de la persona que tengo enfrente.

-¿Por qué no hacen nada? – dice Archie, desesperado por zafarse del agarre de las cuerdas, su atención en mí tanto como la de los demás.

-Suéltalos, Hanson – pronuncia la mujer al pelirrojo odioso. Este la ve con seriedad.

-No puedo – pronuncia.

-Suéltalos, por favor – dice una vez más, con severidad.

Archie había dejado de forcejear, confundido.

Trago grueso, la mujer me mira cuando no recibe respuesta de Hanson.

-Mi niña – dice con suavidad, empiezo a llorar más fuerte - ¿Estás bien? – examina mi rostro

-¿Mamá? – pronuncio al fin, confundida y llorando.

-¡¿Qué?! – pronuncia Archie en exclamación, confundido.

Nadie más decía nada. No sabíamos que decir.

Mamá empieza a desatar las cuerdas que me mantenían atada.

-Tamara, para – dice Hanson, acercándose levemente. Mamá le da una mala mirada, haciendo que Aspen se detenga y resople.

Cuando estoy desatada, los brazos de mi madre envuelven mi cuerpo tembloroso.

Estaba en shock, totalmente en shock. Suspiré y apoyé mi rostro en el hombro de mi madre, llorando.

-Mamá, yo…

Detengo mis palabras al entrar en contexto.

Mi madre estaba ahí. Había llegado acompañada de Aspen, sus hombres nos habían golpeado y atado.

¿Qué hacía mi madre ahí?

Me aparto de ella y la veo aterrada.

-¿Qué haces aquí? ¿Cómo llegaste? ¿Conoces a este hombre? – señalo a Aspen, mamá traga grueso y relame sus labios.

-Ambar,…

-¿Eres como ellos? – pregunto sorprendida - ¿sabías qué este maldito nos quiso matar?

Sé mi peligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora