-Háblame más de tu sueño - me dice Damián echado en mi cama viendo como pongo mi solicitud llena en el sobre.
Al oír su voz lo veo y me acerco a él para acostarme a su lado, él me mira con mucha atención.
-¿Qué deseas saber? - consulto mientras recuesto mi cabeza en su pecho.
Eran casi las seis, el viento se colaba en mi habitación por lo que me acurruque contra su cuerpo, buscando calor.
-¿Desde cuándo quieres ir a Yale? - pregunta con suavidad. Acaricia mi cabello y cierro los ojos, en paz.
-Creo que desde los nueve - respondo sacando mis cálculos.
Damián se aleja y yo abro los ojos y veo su rostro lleno de sorpresa.
-¿Nueve años? - es como si para él eso fuera imposible.
-Así es - respondo con algo de diversión y vuelvo a acostarme en su pecho.
-¿Cómo supiste qué querías ir a Yale desde los nueve? - consulta volviendo a su calma anterior.
-De hecho, fue en mi cumpleaños número nueve - empiezo mi historia -. La familia de mi madre había venido a mi pequeña fiesta - el recuerdo me hizo sonreír - estaba muy emocionada por ver a todos mis primos y tíos. Justo para ese entonces el mayor de mis primos había ingresado a la universidad, todos estaban muy felices por eso. Creo que ya es obvio a que universidad ingresó - río levemente.
-Yale - dice Damián, como si fuera un juego de Trivia.
-Touché - digo con diversión -. Él me habló de Yale y me entregó un folleto - me alejo de Damián y este me ve confundido - aún lo conservo - explico, de el primer cajón de mi mesita de noche saco el folleto y se lo entrego a Damián - quedé fascinada desde ese momento. Luego de eso investigué más y más, solo para estar segura que era la universidad de mis sueños.
Damián toma el folleto y lo examina.
No dijo nada y me devolvió el folleto, en silencio. Luego de guardar el folleto me vuelvo a acostar sobre el brazo de Damián, su mano trazaba círculos en mi brazo.
-¿Qué carrera quieres estudiar? - pregunta luego de unos minutos, yo me acurruco en su cuerpo, algo adormilada.
-Derecho - respondo somnolienta, bostezo y escondo mi rostro en su cuello, respirando su aroma. El olor de su colonia hace que se erice mi piel, mi enamorado lo nota y lo oigo reír.
-Serás una gran abogada - me alienta y yo sonrío.
-Lo sé, amor - bromeo, él ríe.
-Aunque, ¿no es algo extraño que te vuelvas una abogada teniendo en cuenta que eres una novena? - me consulta con diversion en su tono de voz.
-Sí, pero estaba entre eso y psicología. Y psicología es aún más extraño - respondo, río contra su cuello y siento como me apega a su cuerpo.
Pestañeo un poco y siento como Damián deja un corto beso en mis labios antes dormirme profundamente en sus brazos.
***
El auto estaciona frente a la casa de Poe, me quito el cinturón y tomo mi vaso de café para abrir la puerta, Damián hace lo mismo, rodeando el auto para tomar mi mano libre y caminar juntos a la entrada de la lujosa residencia.
Habíamos tomado prestado el auto de Aspen, quien está en casa con mi madre, viendo una película. Él nos lo prestó con mucho gusto y la advertencia de que lo regresemos sin ningún rasguño.
Llegamos a la puerta de el hogar de Poe y presiono el timbre. Le doy un sorbo a mi café mientras espero que alguien abra la puerta. Damián bosteza y le da un trago a su café.
ESTÁS LEYENDO
Sé mi peligro
FanfictionUn noveno no ama, se obsesiona. Esta no es la excepción. Pero la obsesión se puede presentar en distintos y diversos frascos. Él es noveno, ella no. Ella ama, él no. Aún así, ambos se necesitan.