Capítulo 33

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Ambar Green/Becket

-¡Adiós! – nos despedimos de Nicolás, quien se alejaba de la casa con el auto.

Todos ingresamos a la cabaña y nos aventamos al sofá, cansados.

-Necesito un baño – dice Padme agotada de estar toda la tarde en la piscina.

-¿Me invitas otro de tus chocolates? – le pregunto, señalando la caja de que había en la mesita de centro.

-Claro… - me dice, bostezando.

-Gracias – digo, abriendo mi chocolate y dándole una mordida, siento la mirada de Damián, me volteo para verlo y le sonrío curiosa - ¿Quieres un pedacito? – le ofrezco el pedacito de chocolate. Él niega.

-No, a ti te gustan más los chocolates – me dice, yo asiento de acuerdo con su idea.

-Sí, pero eso no me vuelve egoísta.

Damián mueve su mano a mi rostro y con su pulgar limpia el borde de mi labio. Luego se lleva el pulgar a la boca y lo chupa sexymente.

-Ay, vayan a hacer sus porquerías a otro sitio – se queja Padme y yo me sonrojo levemente mientras como el resto de mi chocolate sin mirar a Damián a los ojos.

Cuando acabo de comer nos quedamos en silencio total.

-Hagamos malvaviscos en la chimenea – dice Poe de pronto, poniéndose de pie.

-¿Qué? – pronunciamos todos a la vez.

-Sí, hay que pasar el rato. Vayan a abrigarse que acá hace frío en la noche, pero bajen para reunirnos y echar chisme – nos ordena Poe, sin darnos tiempo a responder, él desaparece en las escaleras.

-¿Se supone que debemos hacer caso ahora? – nos pregunta Padme.

-¡Si! – exclama Poe desde arriba - ¡Muevan sus traseros! – yo río y me levanto, Damián y Padme imitan mi accionar.

Yo corro escaleras arriba y busco la pijama que conseguí en descuento. Un short y una camiseta blanca.

Que no se nota mi gusto por las cosas de color blanco.

Aprovecho que Damián recién está caminando por el pasillo para poder entrar al baño y enjuagar mi cuerpo de estar en la piscina.

Luego de Bañarme y enrollar mi cuerpo en una toalla, salgo de la ducha y me coloco frente al espejo. Unas leves ojeras descansan bajo mis ojos, Sonrío levemente de manera triste. Recuerdo todo lo que pasó hace solo unos días.

Recuerdo a mí corriendo por mi vida, recuerdo todo lo que tuvimos que hacer para sobrevivir.

Recuerdo que tuve que matar.

Mi cuerpo se estremece al recordar la sangre corriendo por mis manos. Niego la cabeza, buscando eliminar los pensamientos de mi cabeza.

Me visto rápidamente y salgo del baño, dejo la ropa que había utilizado en el cesto de ropa sucia. Cuando doy unos pasos fuera del baño, notó que Damián ya estaba cambiado con unos pantalones cómodos y holgados junto con una sudadera. Parecía que era el día más frío de invierno.

Eso me hizo dudar de lo que llevaba puesto, ¿me daría frío? Mmm…

-Llevemos una manta por si te da frío – dijo Damián, como si leyera mi mente. Cuando lo veo, tenía una manta en sus manos y la capucha cubría su espeso cabello.

Me hace un movimiento con la cabeza para darme a entender que vayamos abajo, yo Sonrío y llego a su lado para salir de la habitación.

Yo bajo las escaleras primero, Damián siguiéndome.

Sé mi peligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora