Capítulo 38

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Damián Fox

-¿Y ahora que haremos? – pregunta Archie, caminando en círculos.

Aun estábamos encerrados en la habitación, Ambar estaba abrazada a mi cuerpo con fuerza. Las lágrimas rodaban por sus mejillas de manera lenta, mojando mi sudadera.

Ya nos había puesto al corriente en todo, ya estábamos conscientes de lo que sucedía.

-¿Cómo rayos nos encontraron? – preguntó Padme a Ambar, quién no se apartó de mí.

-No lo sé – dijo, estando contra mi cuerpo. Acaricié su cabello levemente, dándole consuelo.

-Eso es lo de menos ahora – habla Poe, poniéndose delante de nosotros, Ambar y yo estábamos sentados en el suelo alfombrado, apoyados en la cama – estamos acá hace veinte minutos, en los cuales no hemos hecho más que buscar respuestas de cosas que no nos ayudan ahora. Debemos saber si vamos a aceptar o no, la ayuda de Aspen y la madre de Ambar.

-Yo creo que debemos aceptar la ayuda – dice Archie, poniéndose al lado de Poe, Ambar deja de esconderse y mira la escena – podríamos regresar a nuestras vidas y hacer como si nada pasó, seguir adelante – explica su punto.

-Creo lo mismo – dice Poe, remoja sus labios – es un maldito, pero nos está dando un escape – anuncia.

-Si las cosas van mal tú puedes escapar – dice Padme, sería – tu voto no es válido.

-¿Crees que los dejaría si las cosas se ponen malas? – pregunta indignado, Padme no responde, Poe resopla.

-Opino igual – dice Ambar, todos la miramos, tratando de descifrar a que opinión se refiere.

-¡Por fin alguien con sentido común! – exclama Padme, Ambar la mira con cierta culpa y ahí desciframos a que opinión se refiere.

-No me refiero a rechazar su ayuda – contradice Ambar, Padme se pone de pie y la ve – me refiero a aceptarla.

Padme me mira, buscando apoyo. Yo simplemente la ignoro.

-Opino igual que ustedes – digo decidido. Padme resopla incrédula.

A mí no me importaba si me pasaba algo o no. Yo podía rechazar o aceptar sus disculpas, para mí no era problema ninguna de las dos opciones. Pero Ambar quería su vida – al menos parte de ella – de vuelta, y yo la apoyaría.

-Bueno, supongo que está decidido lo que haremos…

-¡¿Es enserio?! – exclama Padme, interrumpiendo a Poe, haciendo sobresaltar a Ambar por la impresión, ella se despega de mí para ver mejor a Padme y estar preparada para hablar si era necesario - ¡¿Acaso son imbéciles?!

-No hay necesidad de insultar, Padme. Estamos diciendo nuestras razones – dice Archie, algo extrañado.

-¡Es basura pura! ¡Él es un ser humano despreciable y ustedes quieren perdonarlo como si nada hubiera pasado! – exclama fastidiada. Ambar se levanta del suelo.

-No es eso, Padme, pero es una opción viable.

-¡No, Poe, no es así! ¡Se llevó a mis dos mejores amigas! – exclama con dolor.

-Lo sabemos y entendemos, Padme, pero necesitamos que te calmes y evalúes – dice Ambar con suavidad, acercándose a ella con tranquilidad y comprensión. Padme se gira para verla, pero no parecía más calmada.

No, no, no. Todo lo contrario. Parecía más enfurecida, más dolida. Parecía fastidiada al escuchar su voz. Todos notamos eso, incluyendo a Ambar, quien no notaba muchas cosas.

Tanto Poe, Archie y yo nos pusimos en modo alerta.

-¿Calmarme y evaluar? – dijo con una tranquilidad aterradora, a la vez sus ojos parecían mostrar dagas que querían atravesar a Ambar con fuerza. Ambar se quedó en silencio unos segundos y se relamió los labios tratando de buscar las palabras correctas.

Sé mi peligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora