Capítulo 49

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Damián Fox

Vi la mansión a lo lejos y giré mi rostro para ver a Ambar dormida con la cabeza apoyada en la ventana del copiloto. Taylor Swift sonaba de fondo gracias a Ambar.

Llevábamos horas en la camioneta de Aspen dado que esta noche era Halloween y la fiesta de Poe nos esperaba. Aspen había accedido con mucha facilidad a prestarnos su mansión para una simple fiesta juvenil. Solo fue cuestión de que Ambar le preguntara para que él dijera "Por supuesto". Y se emocionó aún más cuando le contó los planes que teníamos y que Ambar quería participar. Sus ojos prácticamente brillaron. Aunque estaba preocupado por su pequeña Lorie y eso me lo dijo en confidencia.

Aspen se preocupaba por Ambar, se mostraba dulce con ella y la trataba como si fuera aún una niña pequeña, tan frágil como el cristal. La veía como un padre y su mirada lo reflejaba. Cada vez que Aspen veía a Ambar, podía ver un brillo que nunca había visto en nadie más. La sonrisa que se le formaba cuando pasaba tiempo con ella era muy dulce. Ambar era su hija, prácticamente.

Nos había prestado una de sus camionetas sin siquiera habérsela pedido y se ofreció a que sus hombres manejaran y se queden con nosotros para cuidar a Ambar, a lo cual ella no accedió. Sin embargo, él insistió tanto que finalmente logró que sus hombres nos siguieran en una camioneta y que se quedaran en la mansión, para asegurarse de que Ambar esté segura en todo momento.

Evidentemente, Ambar se había negado, decía que era demasiada protección, pero parecía que sólo eso calmaría la ansiedad de Hanson y de su madre, quien se mostraba muy preocupada por la idea, por lo que accedió rendida antes ambos adultos.

Sabía que Ambar amaba tener una figura paterna presente, lo notaba cuando la veía convivir con el pelirrojo.

Cuando llegamos a la entrada de la propiedad, las enormes rejas nos dejaron ingresar. Pude notar que en ellas habían telerañas colgadas. El jardín que nos recibió tenía calabazas por todos lados, estas estaban con enormes sonrisas siniestras.

Estacioné en la puerta. Poe estaba de pie a unos metros de nosotros, con una gran sonrisa. Archie estaba con él, llevando un bastón estúpido. La entrada a la mansión estaba decorada, había un esqueleto apoyado en un macetero y muchas telerañas colgando por las paredes, de donde se sostenían arañas que parecían muy reales.

-Poe se tomó en serio la decoración - escuché a mi lado, haciéndome sobresaltar. Oí la risita de Ambar al verme saltar de susto -. Te ves muy tierno asustado - la miré mal y ella se acerca para darme un corto beso en los labios -. Bajemos - ordenó. Quitándose el cinturón de seguridad y bajando del auto. Imité su acción y bajé.

-Buenos días, tórtolos - dice Poe, con diversión, abrazando a Ambar. Archie hace lo mismo.

Me acerco para saludar a Poe, este me abraza como siempre y yo solo espero que se quite. Archie solo me da un asentimiento, ese era nuestro saludo de siempre.

-¿No has pensado ser decorador de interiores? - preguntó divertida, luego de saludarlos.

-Yo tengo muchos talentos, caramelo. Si me dedicara a todos, sería Barbie.

La risa de Ambar salió automáticamente.

La emplea robótica de La Cacería estaba de pie junto a la gran puerta que estaba abierta. Un joven sacaba nuestras maletas del auto. Los hombres de Aspen que cuidaban a Ambar estaban de pie junto a su auto, viéndonos con atención.

No mentiría, me sentia como un famoso.

-¿Te gusta? - Archie le preguntó a Ambar, mostrando el bastón que sostenía en sus manos, con emoción.

Sé mi peligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora