Capítulo 22

3.5K 321 85
                                    

Me encontraba en casa, mi atención centrada en mi teléfono.

Estaba en mi habitación, había llegado de la escuela y había subido a mi habitación. En mi teléfono estaba viendo redes sociales.

Resulta y acontece que la siguiente temporada de "Stranger Things" está próxima a su estreno.

Escucho pasos a lo lejos, subiendo las escaleras. Poco después la puerta se abre, dejando ver a mamá con una expresión dura.

-¿A qué hora llegaste? - pregunta con seriedad, cruzando los brazos sobre su pecho.

-A la misma hora de siempre - respondo con normalidad, dejando mi teléfono sobre la cama, al lado de mí.

-¿Comiste? - consulta con seriedad.

Me levanto de la cama y camino por mi habitación, me muevo a la ventana y alzo la cortina.

-Sip - respondo y juego con la cortina.

-¿Qué comiste? - vuelve a preguntar, la veo un momento.

-Comí una dona y una rebanada de pizza fría - respondo con una leve sonrisa en mi rostro. Recibo una mala mirada de mamá.

-Ambar, no puedes simplemente comer comida chatarra - regaña con enojo - te puedes enfermar, dime, ¿te quieres enfermar?

-No, mamá - respondo, viendo por la ventana.

-Entonces, ¿por qué sigues comiendo porquerías? - refunfuña con enojo, suspiro pesadamente pero frunzo el ceño ante la imagen frente a mí.

En la habitación de Damián no sólo se encontraba el dueño de la alcoba, sino también una joven invitada.

Padme se encontraba en la habitación de Damián, junto a él. Ella hablaba y caminaba por la habitación con desesperación. En un momento se queda de pie y mira a Damián, él le devuelve la mirada.

Suspiro, quito la mirada de la ventana y veo a mamá.

-Bien, mamá, comeré mejor, ya entendí - digo con tranquilidad, dejando caer la cortina y sentándome en mi cama.

Mamá me vio con el ceño fruncido.

-Bien... - me vio con confusión - baja a comer - ordena con firmeza.

-No tengo hambre, mamá, pero gracias - digo, acostándome en la cama boca abajo.

-Baja - repitió, me evaluó con el ceño fruncido y suspiró, sabía que algo no estaba bien, se acercó a mí - ¿estás bien, pequeña? - pregunta mientras se sienta a mi lado y acaricia mi mejilla de manera maternal.

Yo solo me acurruco contra mis almohadas.

No me sentía bien, sentía un leve dolor en mi pecho. Pero no podía decirle eso a mamá, ¿Qué le diría? No podía decirle que me sentía mal porque todo los problemas se me estaban acumulando y me hacían sentir que no podía seguir. No podía decirle que me sentía mal en este instante porque la persona que me gustaba estaba en la casa de al lado en tranquilidad luego de haber destruido la poca esperanza de tener cualquier tipo de lazo entre nosotros.

Me había aclarado que no era su amiga. No era nada más que una simple chica que tenía que ayudar para no ser asesinado.

Eso quemaba, quemaba la idea de que estamos enlazados por obligación y no por querer. A Damián no le importaba nada más que la vida de él y su manada, obviamente. Yo no era parte de ese mundo, yo no era parte de su manada aunque quisiera serlo,... yo no era una de las personas que le importaban.

-Estoy bien, mamá - contesto finalmente - solo estoy algo cansada - añado con tranquilidad y mostrando una leve sonrisa en mi rostro - fue un día algo ajetreado en la escuela - explico, mamá me ve desconfiada, pero finalmente asiente y se levanta de la cama.

Sé mi peligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora