33. Error

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Izuku caminaba con pasos firmes hacia casa de Katsuki. ¿Porque? Solo quería saber cómo se sentía a su lado después de darse cuenta de que le gustaba a su amigo.

Sin darse cuenta ya había llegado hasta la puerta del hogar del pelicenizo, y toda su seguridad y firmeza desapareció convirtiendose en pánico.

Quería tocar el timbre o llamar a la puerta.. Sólo diría que iba a visitar a su amigo si pedía explicaciones. Pero aún sin tocar el timbre una pregunta rápida llegó a su mente.. ¿Y si en realidad solo lo trataba bien y estaba confundiendo las cosas? ¿Y si lo cuidaba y protegía porque lo veía como un hermano menor? ¿Y si otra vez se estaba equivocando? En el transcurso del camino pensaba en los momentos donde Katsuki lo consolaba, lo cuidaba, y le mostraba una tenue luz en su oscuridad.. Pero quizás solo era una tenue luz entre tantas que le alumbraron el camino, como sus amigos.

Arrepintiendose de estar ahí parado dió la vuelta dispuesto a marcharse de vuelta. Pero una voz lo detuvo, girando su cabeza, notó la presencia de uno de los Bakugo que vivía ahí.

- ¿Vienes hasta mi casa para luego irte sin decir nada? ¿A que veniste Deku?

Momentos antes..

- ¡¡MOSOCO IMBÉCIL!!

- ¿Que quieres bruja?

- Ve a la esquina por pan. Se acabó y no pienso cenar hasta tener un delicioso brownie de chocolate con café..

Katsuki estaba en facha absoluta. Solo llevaba puesto un short viejo y un camisón bastante arrugado. No estaba peinado y se veía terrible. Aún así no le importaba que la gente lo viese de esa forma, solo saldría a compra pan.

Justo cuando iba a salir, notó por el pequeño visor algo verde. Al asomarse por éste, sus sentidos se alertaron al ver a cierto pecoso dudando de si tocar o no. Inmediatamente corrió subiendo las escaleras casi cayendose de éstas, y a la velocidad de la luz bajó de nuevo con ropa totalmente distinta, ropa casual y que le sentaba bastante bien.

Nervioso, se asomó de nuevo por el visor. ¿Porque el peliverde no tocaba aún?

Sus esperanzas de que el pecoso tocara se esfumaron en cuanto lo vió retroceder y alejarse unos metros. Su oportunidad de estar con él se le iban de las manos. Sin penarlo abrió la voz y le dijo:

- ¿Vienes hasta mi casa para luego irte sin decir nada? ¿A que veniste Deku?

Observó como el mencionado volteaba a verlo y comenzó a temblar.

- K-kacchan.. eh ésto.. y-yo.. vine a visitarte.. lamento no haberte avisado y creí que tal vez estabas ocupado.. por eso ya me iba..

El peliverde se alejó un poco más tratando de irse mientras se despedía con una mano al aire. Katsuki alertado por ésto, cerró la puerta y tomó al otro del brazo para llevarlo consigo a otra dirección.

- Como sea, la bruja me pidió pan así que vayamos a comprarlo. Después puedes quedarte a cenar.. si quieres..

Ésto último fue dicho con algo de nerviosismo esperando que el otro aceptara.

- B-bien.. pero.. ¿No le quitaré tiempo a tu madre?

- Para mi madre eres un hijo más, te adora tanto como a sus brownies de chocolate. No habrá problema..

Izuku sonrió ante lo dicho y siguió su paso. Llegaron a una panadería que desprendía de ella un muy rico olor a pan recién hecho. Izuku entró emocionado, pues tenía dinero y había un pastelillo de fresa para el que le alcanzaba.

Katsuki hizo una nota mental de cuando se casaran que tipo de pastel compraría en sus aniversarios. De tres leches con fresa y kiwi.

Terminaron de comprar y salieron del lugar.

- Así que.. ¿Solo viniste a verme?

Preguntó el mayor picarón.

- A-ah si si... después de todo.. eres mi amigo..

Le dijo el peliverde con una sonrisa. Katsuki ante esto se ruborizó un poco y decidió caminar un poco más rápido para que el otro no lo notara. Aunque Izuku si lo notó, sonrió para si mismo.. Tal vez.. al cabo y aquella canción que había grabado el pelicenizo, si era para él.

Una mujer peliceniza estaba a punto de recibir a su hijo con gritos y reclamos, pero al ver al peliverde su expresión totalmente a una sonrisa y corrió a abrazar y apapachar al pecoso dejándolos pasar.

Cenaron y disfrutaron la cena y postres.

Izuku se terminó despidiéndose de la familia Bakugo y Katsuki salió de su casa para despedirlo.

Ambos se encontraban mirándose el uno al otro con un silencio cómodo y abrazador.

- Bueno.. Nos vemos mañana Kacchan.

- Hasta mañana.. nerd.

Izuku decidió dar la vuelta y alejarse de ahí. Ni el mismo sabía como se sentía. Pero imaginarse al pelicenizo con otra persona, con la misma atención y cariño que le da a él, no le agradaba. Le gustaba, eso ya estaba declarado.

Katsuki veía la silueta del peliverde y soltó un suspiro. Aún no se sentía listo para declararse. Estaba a punto de volver a la casa cuando alguien le lanzó una sudadera en el rostro, era su madre.

- Maldita sea Katsuki, ¡Ve y dile a Izuku que te gusta! ¿Desde cuando eres una gallina?

Al chico le hervía la sangre.. pero, tenía razón. Se puso aquella sudadera y salió corriendo en busca del pecoso. Si no era ahora, quizás nunca tendría una oportunidad, nunca sabría si podría tener un futuro al lado de Izuku Midoriya.

Mitsuki veía la escena orgullosa. Pudo haber criado a un narcisista pero no a un cobarde. Ella ya sabía que su hijo gustaba del peliverde, así que.. ¿Por qué no empujarlo a dar un paso más?

Katsuki corría y corría. El peliverde caminaba rápido y las rutas eran cortas. Lo vio a lo lejos caminar con audífonos puestos, parecía tararear una canción. Y no era sorpresa, el pecoso solía hacerlo para aprender nuevas canciones y tocarlas en su querida guitarra.

Juraba por su abuela que aquel peliverde sería suyo, solo necesitaba alcanzarlo y decirle que lo quería. 

- ¡DEKU!

Izuku paró volteando a su dirección. Sonrió para si mismo, pues el otro le sonreía y se acercaba para escucharlo. 

Todo fue tan rápido.. solo alcanzó a ver como Izuku era arrollado ante sus ojos por un auto que acababa de desviarse del camino. 

Sus piernas temblaban mientras trataba de procesar lo que acababa de pasar. Izuku.. arrollado.. herido.. casi muerto.. ambulancias y sirenas por todos lados.

Sus sentidos se habían apagado. Fue un error llamarlo para que regresara...  Un metro menos, e Izuku no estaría en una camilla, Katsuki lo observaba mientras en su cabeza sonaban las palabras del doctor.

Lamento ser yo quien le confirme que, Izuku Midoriya.. está en coma.


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El Guitarrista   (KatsuDeku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora