— ¿Me queda bien?
Ethan alza la vista y me sonríe.
— Perfecta.
Me aliso un poco la camiseta que él me acaba de prestar. Es suya por lo que me queda ancha y lleva puesto Måneskin en el centro.
— Ven aquí — palmea el lado izquierdo de su cama.
Me acerco y me tumbo de lado junto a él.
Ethan se remueve para quedar en mi misma posición y acerca sus labios a los míos. Me coge de la nuca y coloca su otra mano en mi muslo.
La mueve de arriba a abajo. Despacio. Sus dedos rozan directamente mi piel debido a mis pantalones cortos.
Deja de mover su mano y la dirige a mi culo.
Abro los ojos como platos cuando siento que me da un apretón en el culo.
Vaya. Y parecía tímido.
Escuchamos unos nudillos tocar la puerta. Ethan dice que es Vic y no le da mayor importancia.
— ¿No crees que deberías contestar? — le pregunto rompiendo el beso.
— No será nada importante. Que espere — dice seguro — Ya se irá.
Asiento dudosa.
Vuelve a estrecharme contra él y rodea mi cintura con su brazo ajustándome más hacia él. Como si tuviera miedo a que saliera corriendo en cualquier momento.
Los golpes en la puerta cesan. Parece que quien fuera que estuviera tocando ha desistido y se ha marchado. Todo se ha quedado sumido en un absoluto silencio.
— ¿Ves? Te dije que se iría — susurra Ethan refiriéndose a los golpes en la puerta.
Justo cuando termina de decir eso se escucha un estruendo espantoso. Reboto en la cama y todo del susto. Es como si alguien hubiera dado un fuerte golpe en la puerta con la palma de la mano.
— ¡Ay! — grita la persona que hay detrás de la puerta.
Ethan y yo nos miramos. Creo que ambos ya hemos reconocido esa voz.
— ¿Te has hecho mucho daño, gilipollas? — dice Ethan.
Le doy un pequeño golpe en el hombro.
— No lo insultes tú tampoco.
— Que no se hubiera aplastado la mano en la puerta — se encoge de hombros.
— Si hubiérais contestado antes no tendría que haberme destrozado la mano — dice la persona detrás de la puerta.
— ¿Qué mierda quieres, Thomas? — habla Ethan.
— A ver te lo digo desde aquí — dice desde el pasillo — Que sé que si entro estaréis haciendo guarradas y...— creo que finge arcadas — No quiero traumarme.
— Uf, Thomas, vete ya. ¿No tienes nada mejor que hacer? ¿Robarle los cereales a Victoria, por ejemplo? — dice el otro en tono burlón.
— Y dale — resopla Thomas — Que yo no le robo los cereales. Simplemente los veo y me los como. ¿O es que ahora es ilegal desayunar?
Me tapo la boca para no reírme. Thomas es demasiado para este mundo.
— Bueno, ha estado muy bien la conversación. Adiós.
— No, Ethan — le toco el brazo — Creo que venía a decirnos algo.
— Pues sí — responde Thomas — Pero es que Ethan me ha llamado ladrón y ya me ha cabreado.
ESTÁS LEYENDO
Me enamoré del Diablo {Damiano David}
RomanceDolor. Rabia. Ira. Todo eso fue lo que sentí aquella tarde en Roma. Pero de eso ya hace cuatro años, cuatro años desde la última vez que lo vi. Jamás pensé que nuestros caminos se volverían a cruzar otra vez. Hasta ahora... || #1 Damiano || 25/08/2...