Capítulo 19

2.6K 163 29
                                    

Asiento rápidamente con la cabeza.

Él ríe y posa su mano en mi vientre.

— ¿Estás segura de que eso es lo que quieres?

— Sí — contesto.

Asiente y su mano comienza a acariciar mi plano vientre, haciendo pequeños círculos sobre éste. Apoya su cabeza en mi clavícula y deposita un breve beso en mi cuello.

Su mano deja de moverse y se dirige a mi parte baja. Lo hace lentamente, torturándome. Sus dedos comienzan a jugar con el elástico de mis bragas. Lo levanta entre sus dedos y lo estira para luego soltarlo, provocando que el elástico choque contra mi cadera dándome un pequeño azote.

Agacho mi cabeza para ver su mano. Ésta está metiéndose cuidadosamente en mi ropa interior, la cuál baja hacia abajo dejándome completamente expuesta. Doy un respingo cuando noto sus fríos dedos en mi húmedo coño.

Suelto un gemido de alivio y él rápidamente tapa mi boca con su mano.

— Shh, calla — me mira directamente a los ojos — Tus amigas pueden despertarse — me informa — Y no queremos eso, ¿verdad?

Asiento.

— Vas a tener que portarte bien y estar en silencio. ¿Crees que podrás hacerlo?

Vuelvo a asentir. Este tío me está volviendo loca.

Quita su mano de mi boca y se centra en la otra. Mueve dos de sus dedos alrededor de mi clítoris lentamente, recogiendo toda la humedad.

— ¿Tan mojada para mí? — dice con voz ronca.

Comienza a jugar con mis pliegues mientras yo me agarro a las sábanas. No veo el momento en que pase al siguiente nivel.

— ¿Estás lista? — pregunta.

— Sí — digo en voz baja.

Mi respuesta es suficiente para él.

Abre mis pliegues e inserta un dedo dentro de mí.

— ¡Ah! — suelto.

Arqueo un poco la espalda y Damiano se pasa una mano por el pelo.

— Joder, estás tan apretada...y tan caliente.

Saca su dedo de dentro de mí y vuelve a meterlo. Se queda unos segundos parado dándole tiempo a mi cuerpo para acostumbrarse a su dedo. Cuando cree que ya es suficiente comienza a sacarlo e introducirlo. Dentro y fuera. Fuera y dentro.

Agacho la cabeza hacia atrás y cierro los ojos acostumbrándome a las nuevas sensaciones. Joder, llevaba tanto tiempo sin que nadie me tocara.

— Mírame — me exige.

Me incorporo un poco y conecto sus ojos con los míos. Luego me obliga a mirar hacia abajo. Exactamente al lugar donde su dedo entra en mi sexo. Veo como su dedo medio entra y sale de mí. Quiero más.

— Damiano, más rápido — ruego.

Sus labios se curvan hacia arriba en un intento de sonrisa.

— Como desees — concluye.

Su dedo empieza a bombear más rápido. Y no solo eso, sino que añade otro dedo dentro de mí.

— ¡Joder, sí! — gimo.

Él continúa con sus intensos movimientos. Puedo notar como sus dedos se curvan chocando contra mis paredes internas.

Dios santo.

Esto se siente tan bien.

El italiano comienza a hundir sus dedos más profundamente. Ahora el ritmo es mucho más rápido, mucho más salvaje.

Me enamoré del Diablo {Damiano David}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora