Me apeteció escribir un epílogo :)
~♡~
Siete años después
Paso el cepillo por el sedoso pelo de Marlena y la miro a través del espejo. Ella también me está mirando y esboza una sonrisa. Se mantiene rígida para que pueda terminar de peinarla y después se gira para hacerme la pregunta que ya estaba esperando.
— ¿Cuándo vuelve papá de Estados Unidos?
Se nota que está impaciente por mi respuesta.
— Ya te lo he dicho antes, volverá esta noche. ¿Tantas ganas tienes de verle?
— ¡Sí! — asiente con energía.
Se le forman unos hoyuelos en sus pálidas mejillas cuando sonríe. Salimos fuera del baño y nos encontramos a Carlota por el pasillo.
— ¿No estabas jugando con Daniel? — le pregunto yo a la niña rubia de seis años.
— Mi mamá dice que tiene hambre — me comunica ella, intercambiando la mirada entre Marlena y yo.
— ¿Enserio?
— Eso dice mi mamá — se encoge de hombros la niña.
Daniel viene enseguida y se une a nosotras. Los guío a los tres hacia las escaleras y Marlena me coge de la muñeca para llamar mi atención.
— ¿Por qué la tía Carla y Carlota van siempre conjuntadas? — me pregunta flojito y señala a la niña, la cual lleva la misma ropa que su madre pero en su talla, claro.
— Es que la tía Carla es muy...especial — no sé si es la palabra más indicada, pero es la que primero se me ocurre.
Gabriella está en la cocina, quejándose ella sola de los dolores que tiene por su embarazo. Marlena y Daniel se quedan con ella y yo salgo con Carlota, para pillar a su madre y a Silvia disfrutando de mi piscina.
— ¡Carla! — grito yo.
Ella estaba muy ocupada con el móvil como para darse cuenta de que estábamos aquí.
— ¡Ya me has jodido el directo! — me grita ella, zarandeando su móvil. Se relaja un poco al ver a la niña — Anda, enana, no te había visto. ¿Estás bien?
— ¿Y vosotras estáis disfrutando de mi piscina?
— A ver, chula, técnicamente no es solo tu piscina, también es del Damiano — Carla alza las manos — Así que te me relajas, doña.
— Ya, pero resulta que Damiano no está aquí — le contesto.
— Mami, ¿por qué no quieres estar conmigo? — le pregunta la niña a mi lado con la cabeza gacha.
Carla tiene un semblante triste y sale del agua con velocidad.
— Oye, enana, no digas eso, ¿eh? — viene hacia nosotras y se agacha para estar a la altura de la niña — Sabes que eres el trasto de mamá, ¿no?
Le da un toquecito a la niña en la nariz, y ésta sonríe. Se lanza a los brazos de Carla y ella la carga.
— Dios, pesas más que un remordimiento — le dice Carla.
Silvia sale de la piscina goteando agua y se mete a la casa. Nosotras la seguimos. Gabriella sigue quejándose del embarazo. Y eso que ella estaba radiante cuando nos anuncio que iba a ser madre con su novio.
Carla saquea mi frigorífico y su hija la sigue. Silvia se sienta en la encimera con una toalla enrollada en el cuerpo y nos observa. Luego menciona algo sobre que a ella no quiere niños y no piensa tenerlos nunca.
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Me enamoré del Diablo {Damiano David}
RomansaDolor. Rabia. Ira. Todo eso fue lo que sentí aquella tarde en Roma. Pero de eso ya hace cuatro años, cuatro años desde la última vez que lo vi. Jamás pensé que nuestros caminos se volverían a cruzar otra vez. Hasta ahora... || #1 Damiano || 25/08/2...