Capítulo 60

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Siento el sol golpear mi espalda. Muevo la mano por la suave arena de la playa. Esto se siente bien. Hay poca gente, por lo que el ruido es mínimo. Agradezco mucho que el regalo de Damiano fuera pasar un par de días en Capri, Nápoles. Sabe que adoro la playa. Aunque prefiero más tumbarme al sol o leer un libro sobre la arena que darme un baño.

Nos estamos tomando esta pequeña escapada como una luna de miel. La vida de casada me está sentando bastante bien.

Me doy la vuelta y me coloco mis enormes gafas de sol. Damiano ha atrasado algunos conciertos para que nosotros pudiéramos pasar unos días juntos. Y se lo agradezco. Hubiera sido un chasco no poder hacer una escapada los dos solos.

Estiro mi mano hacia el pequeño bolso que he traído y saco mi móvil y mis auriculares. Me muevo sobre la tumbona para poder adoptar una postura más cómoda y así poder relajarme.

Busco entre mis canciones favoritas y me acabo dando cuenta de que todas son de Måneskin. Desde que los escucho a ellos me da igual la música que hagan otros artistas que antes solían gustarme mucho. Simplemente pulso el botón de reproducción y dejo que empiecen a sonar sus canciones.

Los minutos se me pasan volando mientras escucho todo Il Ballo Della Vita. Ese álbum es tremendo. Incluso se me salta alguna lágrima al escuchar la voz de Damiano desgarrarse en Torna a Casa y Le Parole Lontane. Sin duda, esas son mis canciones favoritas de ese disco.

Cuando comienzan las canciones de Teatro d'Ira-Vol 1, abro los ojos y miro a mi lado. Me quito un auricular y veo a un grupo de chicas dar grititos locos mientras señalan a alguien que está disfrutando del agua del mar. Sigo sus dedos para ver a quién miran. Y como no podía ser de otra manera, le han echado el ojo a mi hombre. Pero no las puedo juzgar, si yo fuera una niñata de esas, que están todo el día cachondas y pensando en chicos a todas horas, también estaría mirando a ese italiano, lleno de tatuajes, con ese torso marcado, ese pantalón corto como traje de baño y esa forma de moverse. Cualquiera se fijaría en él. Incluso yo estoy aquí babeando por él y es mi marido.

Dejo de centrarme en él y vuelvo a mi música, porque tiempo para babear por Damiano tengo siempre.

— Correrai diretto al sole oppure verso il buio...— empiezo a taraear y me imagino que canto bien — Sarai pronto per lottare, pero cercare sempre la libertà...

—...E andare un passo più avanti, essere sempre vero — continúa alguien, tapándome el sol — Spiegare cos'è il colore a chi vede bianco e nero. E andare un passo più avanti, essere sempre vero. E prometti domani a tutti parlerai da me...

Me quedo embobada mirándole cantar a todo pulmón, ahí mojado y de pie junto a mí, echándole un vistazo bueno a mi cuerpo.

— Venga, Daniela, sigue cantando — me anima él haciendo un gesto para que continúe rápido.

Me río al ver las ganas que tiene de que nos hagamos un dúo los dos juntos aquí en la playa.

— ¡Pero si canto fatal!

— No es verdad, nena — me contradice Damiano — Es más, no cantes delante de Ethan, Thomas o Victoria, quiero seguir siendo el líder y vocalista de Måneskin.

Río al ver que realmente parece preocupado porque yo le vaya a quitar el puesto en la banda.

— E anche se ho solo vent'anni dovrò correre — entono mejor y alcanzo una nota alta.

— Io c'ho vent'anni...— continúa él, tomando el relevo.

La cantamos juntos hasta el final. El sonríe orgulloso al ver que me la sé entera e incluso mejor que él.

Me enamoré del Diablo {Damiano David}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora