DAMIANO
Me despierto debido a la luz tenue que entra a través de la persiana. Mis ojos tardan unos segundos en acostumbrarse a la luz.
La chica acostada sobre mi pecho se remueve. Puedo sentir sus tetas contra mi torso. Está desnuda. Y yo también. La fina sábana blanca de mi cama solo nos tapa de cintura para abajo. Pongo mi mano sobre su pelo y comienzo a acariciarlo suavemente.
Pienso en lo que pasó anoche y una sonrisa se crea en mi rostro.
Aún recuerdo su cuerpo pegado al mío. Sus caderas moviéndose al mismo ritmo que las mías. Mis embestidas llevándola a la locura. Sus uñas clavándose en mi espalda. Mi boca chupando su cuello. Ella montándome como una puta diosa. Nuestros gemidos llenando toda la habitación.
— Hola — me dice medio somnolienta levantando la cara de mi pecho.
— Buenos días — respondo.
Se reincorpora en la cama y parece recordar su desnudez, por lo que tira de la sábana y se la enrolla alrededor del pecho. Sus mejillas comienzan a arder como si estuviera recordando lo que pasó anoche.
— Oye, no tienes por qué sentir vergüenza conmigo, ¿sabes? — le recuerdo al ver cómo agarra la sábana para ocultar su cuerpo.
Y es cierto. No necesita taparse conmigo. Su cuerpo es mi perdición.
En fin, con ropa es hermosa. Pero desnuda es una puta obra de arte hecha mujer.
Podría estar viéndola desnuda todo el día y nunca me cansaría de hacerlo.
— Amo cada centímetro de tu cuerpo — le susurro.
Ella se sonroja por mi comentario y deja caer un poco la sábana.
Joder, esas mejillas sonrojadas y esa vista que me está dejando de sus tetas ahora mismo me están volviendo loco.
Mi miembro reacciona y empieza a endurecerse. Dios, necesito sentirla de nuevo.
— Ven aquí — digo.
Ella parece pensárselo pero finalmente asiente y se acerca a mí.
La atraigo más y la cojo de la cintura. Estampo mi boca contra la suya y la agarro del cuello. Ella se pone a horcajadas encima de mí y da un respingo cuando nota mi miembro erecto aún por debajo de la fina tela.
Separa su boca de la mía.
— ¿T-tú quieres hacerlo otra vez? — tartamudea tímida.
Esa timidez solo hace que mi polla quiera más.
— Solo si tú quieres.
Pienso que me va a dar una negativa, pero para mi sorpresa asiente repetidamente.
No tardo en quitar la maldita sábana que nos separa y alcanzo un condón de la mesilla de noche. Lo deslizo poco a poco por mi miembro empalmado bajo su constante mirada.
Ella se coloca sobre mi polla y yo agarro sus caderas para bajarla despacio.
Suelta una maldición cuando entra el primer centímetro dentro de ella y coloca sus manos en mi pecho. Justo encima de mi tatuaje de Il ballo della vita.
— Tranquila.
La bajo un poco más. Poco a poco. Hasta que está todo dentro. Suelto un gruñido y me muerdo el labio. Estar dentro de ella se siente tan bien.
Ella suelta un sonoro gemido mientras abre un poco más las piernas, acomodándose sobre mí.
— Te quiero, Daniela — le confieso.
![](https://img.wattpad.com/cover/282167489-288-k973269.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Me enamoré del Diablo {Damiano David}
RomanceDolor. Rabia. Ira. Todo eso fue lo que sentí aquella tarde en Roma. Pero de eso ya hace cuatro años, cuatro años desde la última vez que lo vi. Jamás pensé que nuestros caminos se volverían a cruzar otra vez. Hasta ahora... || #1 Damiano || 25/08/2...