Un mes después
Este día.
Es el comienzo del resto de mi vida.
Es más de medianoche, y en unas pocas horas se celebrará mi boda con Damiano. Retuerzo las manos sobre mi regazo, nerviosa. Siento mariposas en el estómago. Es como si acabara de conocer a Damiano. Como si me acabara de enamorar de él otra vez. Y amo todas estas sensaciones.
Estoy nerviosa, sí. Pero son nervios de impaciencia. No puedo esperar a decir mi "sí, quiero" delante de todo el mundo. Cuando era pequeña, presencié la boda de mis padres. Recuerdo perfectamente como se miraban. Ella lo miraba a él como si fuera la única persona en su universo. Y él la miraba de la misma manera. También recuerdo sus risas nerviosas y sus sonrojos cada vez que se miraban. Tenían una conexión especial. Era casi como si cada uno complementara al otro, o más allá, como si lo completara. Sus sonrisas sinceras al decir ante todos su "sí, quiero" siempre van a estar grabadas en mi memoria. Yo pensaba que nunca iba a encontrar a nadie con quien compartir esa conexión. Hasta que conocí a Damiano. Yo no estaba buscando el amor, pero éste me encontró a mí.
Todo lo que me pasó después con Damiano ha formado un camino de tristezas y alegrías muy grandes, momentos bonitos, pero también momentos difíciles. Pero gracias a todo eso ahora estoy aquí con él.
— Nena — me dice Damiano saliendo del baño — ¿Por qué no estás dormida?
Se acuesta a mi lado en la cama. Lo miro sonriendo mientras él acaricia mi mejilla con el dorso de su mano.
— Estoy nerviosa.
— ¿Por qué?
— Por lo de mañana — contesto yo emocionada.
Él se ríe por mi respuesta.
— No estés nerviosa — me recomienda él — Solo soy yo.
Sonrío. Estoy nerviosa por eso. Esa es la razón. Porque es él.
— Nunca pensé que llegaríamos hasta aquí — reconozco.
Me incorporo y me siento en la cama, cruzando mis piernas. Él me imita y se incorpora, pero en lugar de sentarse apoya su espalda en el cabecero de nuestra cama.
— Y todo gracias a Victoria — murmura él mirando al techo.
Mi sonrisa permanece en mi rostro, pero mi gesto de felicidad pasa a uno de desconcierto. No sé qué quería decir con eso. Si Victoria no ha hecho nada.
— ¿A qué te refieres? — le doy un golpe en el brazo para que devuelva su mirada a mi cara.
Quiero que explique el motivo por el que ha dejado caer eso.
— Febrero — responde él riendo con calma.
Ahora me ha dejado más confusa. En febrero fue cuando llegué a Italia, de viaje. Entonces fue cuando me reencontré con él después de cuatro años sin habernos visto ni haber hablado nunca. Ahí fue dónde comenzamos otra vez, de cero. Ese viaje de vuelta a Italia supuso una segunda oportunidad para nuestra relación.
Chasqueo los dedos sorprendiéndolo. Ya sé a qué se refería con lo de Vic.
— Claro, Victoria me insistió para que volviera a Italia — digo atropelladamente — Me alegro de que lo hiciera — confieso.
— Sí, sí, yo también — responde él aguantando una risa.
— Recuerdo que ella me dijo que tú no estabas en Roma — le explico — Y como estábamos enfadados por eso vine. Pero fue toda una sorpresa cuando llegué aquí y te vi.

ESTÁS LEYENDO
Me enamoré del Diablo {Damiano David}
RomanceDolor. Rabia. Ira. Todo eso fue lo que sentí aquella tarde en Roma. Pero de eso ya hace cuatro años, cuatro años desde la última vez que lo vi. Jamás pensé que nuestros caminos se volverían a cruzar otra vez. Hasta ahora... || #1 Damiano || 25/08/2...