02. Jefe

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 Seonghwa no aceptaba ni aceptaría a Hongjoong como su jefe.

Nunca.

No era apto y nunca lo sería.

Lo conocía de pequeño y sabía qué tipo de persona era.

Cuando era pequeño su padre usualmente lo llevaba a eventos especiales de la familia Kim para que el jefe de la familia lo conociera, el señor Kim. Era más que nada una formalidad a la que siempre iban sin falta.

Y lo que ocurría allí era ya rutina. El pequeño Hongjoong se escondía detrás de su padre y miraba con ojos grandes a todos los presentes y movía sus manos nerviosas. Todos reían y decían que era la edad, pero eso no hacía más que irritar a Seonghwa. No importaba qué edad tuviera y en qué circunstancia se encontraran, Hongjoong siempre se veía igual a sus ojos: débil e inseguro detrás de la protección de su padre. En resumen, no apto.

Pocas veces habían cruzado palabra, pero las pocas veces que lo habían hecho Hongjoong hablaba poco, demasiado alegre e inconsciente de su posición.

Inconsciente de lo que iba a ser en un futuro.

Ahora ese futuro había llegado y nada había cambiado a su parecer.

—Park Seonghwa, mi hijo, Kim Hongjoong.

Seonghwa sonrió entre cordial y aguantando una risa.

Ese mismo niño, que apenas y podía hablar sin tartamudear y que miraba a todos lados nervioso iba a ser el siguiente jefe de la familia Kim... Increíble, simplemente increíble.

Se estaban burlando de él y le sorprendía que nadie riera aún.

—Un gusto, Park Seonghwa —se presentó en forma de saludo. Hizo una pequeña inclinación en forma de respeto.

¿Respeto? No sabía si ese mocoso se lo había ganado.

—Los dejaré entonces para que puedan hablar de mejor manera —dijo el señor dirigiéndose a la puerta y cerrándola detrás de él sin decir nada más.

Cuando volvieron a mirarse, el pequeño tenía los ojos grandes, como asustado, y las manos muy juntas, jugando con sus pies.

Era cómico, parece que le estaba generando miedo su presencia. El subordinado le causaba miedo a su jefe.

Antes de que el rubio dijera algo, Seonghwa rodeó la mesa y se sentó en la silla que le pertenecía al jefe de familia sin pensarlo dos veces. No sabía que tan legal era hacer eso, pero supo que no tendría mayores consecuencias si nadie lo veía haciendo aquello.

Cruzó sus manos por encima de su pecho, recostándose en la silla con rostro soberbio que hizo la sangre de Hongjoong hervir.

—Sale de ahí.

Seonghwa levantó la ceja con tono de burla y lo juzgó con la mirada. Hongjoong tragó duro nervioso mientras el otro hablaba.

—Tú, pequeña amenaza, no tienes material de jefe —sus ojos eran fríos, aterradores, mientras hablaba con una voz burlona y con rostro inmutable—. No te aceptaré como el siguiente al mando, quiero que lo sepas desde ahora.

Hongjoong boqueó confundido, pero el otro se adelantó a hablar.

—No significa que no acate las órdenes del señor Kim, no me malentiendas. Lo que quiero decir es que no te acepto como jefe. Si una bala va dirigida a ti, pensaré dos veces antes de recibirla por ti.

En su mente Hongjoong era incapaz de comprender cómo un rostro tan lindo, con pómulos sobresalientes, facciones marcadas y ojos oscuros, fríos y seductores podía ser capaz de ser así de aterrador y malévolo. Un escalofrío lo escaló y no pudo disimularlo correctamente.

hijos de la mafia » [seongjoong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora