04. Apto

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—No puedo, no lo haré.

Su padre suspiró rendido. Llevaban hablando por largo rato y aún no llegaban a nada.

Entendía lo difícil que era para su hijo el aceptar la realidad, pero nunca pensó que sería tanto.

—Hongjoong, no puedo obligarte a nada, ya eres mayor de edad, sabes lo que haces —cuando pensó que no agregaría más, volvió a hablar—. Pero no te olvides, Hongjoong. Eres el siguiente en mando, hay muchas cosas que no te gustarán.

Hongjoong, sin querer seguir esa conversación, salió hecho furia.

Sin planearlo, olvidándose que estaba pegado a la puerta, chocó con el asistente, San, quien hizo un sonido pequeño con el impacto.

Masculló un pequeño reclamo hacia la persona que lo había empujado, pero que no espero respuesta al ver el rostro que tenía su jefe.

—Señor Kim, ¿Ocurrió algo allí adentro?

—Nada, vamos —cortó, hablando también a los tres hombres que esperaban por él.

Nadie agregó nada. Hongjoong caminó esperando que lo siguieran.

Ese día tenían una sola actividad.

Todos se subieron al auto, quedando un colaborador a su lado por cuestión de espacio.

El viaje comenzó tranquilo con Seonghwa a la cabecera, un chico sentado a su lado en el copiloto y uno a su lado que no dejaba de lanzarle miradas.

—Señor Kim, perdone mi intromisión, pero ¿Qué ocurrió con el jefe? —preguntó a su lado el chico de cabello gris oscuro y ojos curiosos. Se veía inocente y amable, pero si estaba en ese cargo sabía que estaba más que acostumbrado a los asuntos turbios y que no era más que una fachada como se veía. Todos los que trabajaban con él le aterraban ya.

—Ah, Wooyoung, no empieces —intentó acallar el otro chico.

—Dejalo, Beomgyun, ya sabes como es —dijo Seonghwa con tono monótono.

Hongjoong estaba tan irritado que no pudo guardárselo.

—Nos dirigimos a una junta de venta de personas y órganos —murmuró sin mirarlo, con tono hastiado.

—No entiendo... —dijo el cabeza gris.

—Es un negocio muy turbio, ¿no es obvio? —masculló Hongjoong irritado.

—¿Mmmh? —inclinó su cabeza a un lado sin entender—. No sé a qué se refiere señor, eso es solo natural, es lo que hacemos.

Hongjoong se giró a mirarlo con confusión.

—¿No ves lo malo?

—No realmente, si nadie lo controlara, sería peor, ¿no? —se encogió de hombros.

Hongjoong no podía creerlo, ¿Era el único cuerdo allí acaso? No podía creerlo.

Seonghwa habló de repente.

—Señorito, eso es normal para nosotros. No fuimos criados con amor y conciencia como usted. Matar no es algo malo a nuestro juicio —su voz era aterciopelada y sus ojos estaban fijos en el camino como si hablara de una salida al parque—. No se rompa la cabeza con este tipo de cosas, piense en esto como parte de su trabajo.

¿Parte de su trabajo? No tenía otra opción más que esa a decir verdad.


「∅」


La reunión fue desagradable, Hongjoong no dejaba de sonreír forzado y hablar con tono de voz árido, además de no llegar a prácticamente ningún acuerdo aparte de los que ya se habían establecido con anterioridad.

hijos de la mafia » [seongjoong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora