16. Oficina

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Habían pasado unos meses. Ya casi se cumplía un año con Hongjoong como subjefe de la familia Kim.

Las cosas avanzaban bastante bien.

Yunho había mejorado considerablemente en los pocos meses que llevaba con ellos. Hongjoong más de una noche había escuchado a altas horas de la mañana gruñidos y otros sonidos provenientes del arduo trabajo de mejorar del castaño. Él no se lo decía, pero Hongjoong sabía que estaba agradecido por la nueva oportunidad que le había dado y quería demostrar de lo que era capaz. También el demás personal había comenzado a volverse más cercano o, al menos, había comenzado a soportar la presencia del chico más, al punto de convertirse en el novato más querido por toda la familia hasta la fecha.

Además de lo anterior, Seonghwa y Hongjoong se habían vuelto notoriamente más cercanos en ese tiempo. A pesar de que Seonghwa repitiera que aún no consideraba lo suficientemente bueno a Hongjoong para ser líder —más por orgullo que porque realmente lo creyera— y que necesitaría más para aceptarlo, lo respetaba como persona y congeniaban bien en general, compartiendo secretos y hablando mucho en la oficina de Hongjoong de la nada misma y de todo al mismo tiempo.

Seonghwa siempre se mantenía muy derecho en su asiento sin moverse mucho más mientras que Hongjoong se paraba, se sentaba en la silla nuevamente, se recostaba en ella y se sentaba al borde de su escritorio, cosa que el pelinegro había comenzado a considerar adorable más que molesto con el tiempo.

Hongjoong sentía que Seonghwa lo entendía cada vez más. Ya no lo veía como ese líder inexperto incapaz de poder cuidar a los suyos, sino como realmente era.

Hongjoong miró el reloj y se sorprendió. Era ya tarde, habían estado hablando toda la tarde sobre libros, misiones pasadas y otros temas que surgían espontáneamente. Era ya normal que se pasaran tardes enteras hablando, más aún cuando ambos confesaron su afición por la lectura.

—Sí... Después de todo, me gusta leer porque mi padre me traía mucho a su mansión para hablar de quién sabe qué. Todo era tan grande e impresionante, pero la biblioteca... es simplemente sacada de ensueños —dijo Seonghwa con su mirada perdida.

Hongjoong asintió de acuerdo.

—Era algo parecido para mí. Como tenía mucho tiempo a solas y las clases me hacían sentir agobiado a veces, así que me escapaba mucho a la biblioteca. Todavía me gusta mucho escaparme allá cuando las cosas son abrumadoras. La sección de arte y música es mi favorita.

Seonghwa entonces inclinó la cabeza con extrañeza de lo que había dicho.

—Hablando de eso, nunca te he visto por allí... —comentó.

Hongjoong entonces presionó sus labios juntos sin saber qué decir, nervioso.

—Sí, sobre eso... Algún día te explicaré porqué.

Seonghwa asintió, pero no preguntó más sobre ello.

En el silencio agradable que se formó entre ellos, Hongjoong se recostó en su gran silla relajado.

El lugar entero era grande, no más que la oficina de su padre, pero bastante cercano. Tenía grandes estantes llenos de libros, una alfombra que abarcaba la enteridad del suelo y el escritorio que era lo bastante largo como para abarcar una parte importante de su oficina.

Había cambiado algunos detalles de esta desde que había ocurrido aquello con el cuerpo de Song Minho. Se tuvieron que reponer libros, documentos y otros detalles de la habitación, considerando que tuvieron que limpiar toda la alfombra que escurría sangre sin parar y que, aunque se hizo un gran trabajo por salvarla, se tuvo que comprar otra porque el olor era insoportable y el color era muy distinto.

hijos de la mafia » [seongjoong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora