10. Inflamable

1.9K 290 45
                                    

El cielo lucía gris y una brisa que amenazaba con lluvia, pero que nunca llegaba, hacía que muchos se encogieran en sí mismos del frío.

Hongjoong miró una última vez por la ventana antes de suspirar, tomando fuerza para lo que estaba por hacer.

El día había finalmente llegado.

Hongjoong se dio la vuelta y admiró su oficina. Su oficina desde hace cerca de tres meses ya desde que había asumido como heredero del negocio familiar.

Sonrió de medio lado.

Quién diría que el mismo niño que había presenciado tal brutal escena de su padre totalmente ensangrentado y totalmente horrorizado ahora disfrutaría de los frutos de aquel tipo de actividades, a tal punto de ya ni inmutarse.

O incluso, lo que era peor, estaba por replicar sus mismas andanzas.

Colgó su chaqueta en su dedo índice y la cargó a su hombro aún ensimismado en sus pensamientos.

Era abrumante, pero era su realidad.

Bajó la mirada a unos papeles que tenía regados en su escritorio que había pedido a Doyoung traer. Los estudió por milésima vez para empaparse nuevamente de cada detalle.

Sintió que dos toques en la puerta. Debía de ser Doyoung.

—Pase —permitió sin quitar su mirada de los papeles.

La persona detrás de la puerta entró sin decir palabra. Hongjoong levantó la mirada cuando sintió que los pasos se detenían frente a él.

Para su sorpresa no era Doyoung sino alguien que no tenía planeado toparse aquel día.

—Seonghwa —dijo abandonando los papeles y centrando su atención en él, inquieto. Esperó que él dijera algo primero, pero se quedó en silencio, por lo que tuvo que proseguir— ¿Ocurre algo?

La pregunta flotó en el ambiente, repitiendose en la cabeza de Hongjoong como si sólo la hubiera pensado, pero nunca dicho.

Seonghwa mantenía su mirada en constante movimiento mirando todas partes como si intentara descifrar algo, para luego volver a él con ojos escrutadores y rostro impasible. Su mirada era penetrante, casi como si pudiera leer a través de él.

El rubio carraspeó incómodo.

—¿Seonghwa?

—¿Sí?

—¿Pasa algo?

Seonghwa frunció los labios caminando hacia él a paso lento mirando a distintos puntos de la habitación en el proceso, quedándose estancado en una obra que colgaba cerca del mueble a su derecha de algún artista que no conocía, pero que gustaba bastante por lo crudo, pero modesto que solía ser.

—No, nada.

Seonghwa se detuvo a unos centímetros de la obra, examinándola como si estuviera en un museo.

Hongjoong comenzó a impacientarse, moviendo repetitiva y ansiosamente su pie.

—¿Siempre ha estado esta obra aquí?

—Sí —contestó seco.

Seonghwa asintió con fingido interés.

—Pues es una obra preciosa, ¿De donde la sacast-

—Tengo un asunto importante, debo irme —cortó Hongjoong parandose de su asiento y plantandose cerca del pelinegro.

Seonghwa frunció el ceño inclinando su cabeza hacia un lado sin comprender.

hijos de la mafia » [seongjoong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora