Capítulo 23

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North General Hospital

Calle 122 este

Viernes 10 de abril de 2020.

Orion Frye esperaba afuera de la sala de urgencias a que le dijeran cómo estaba Julian. Andrea Trahan le aseguró que le diría a Víctor Nolan lo que pasó con su hijo lo más pronto posible. También tenía que marcarle a Hestia para contarle lo que pasó.

Recargó la cabeza sobre las manos y suspiró, cansado. Que el chico se desplomara lo dejó preocupado; Julian se le hizo simpático y muy sensible. Se notaba triste cuando lo vio por primera vez. No sabe qué fue lo que le pasó, pero supone que los chocolates que estaba comiendo tenían algo que ver. Pensó que tal vez y tenía algo a lo que era alérgico.

Alzó la cabeza al escuchar que alguien se acercaba a su posición. Volteó y vio a Víctor Nolan corriendo hacia él, con la cara trastornada por el pánico.

—¿Qué le pasó a mi hijo? — le preguntó agitado.

Orion se levantó.

—Le estaba haciendo unas preguntas y se desplomó. Se estaba quejando de su estómago. Lo traje aquí inmediatamente.

Víctor secó el sudor de su frente y suspiró. Miró agradecido a Orion.

—Gracias, detective.

—No se preocupe.

Los dos hombres esperaron afuera de la habitación. Víctor Nolan se paseaba frente a ella como león enjaulado. Orion no podía decirle nada, pues no comprendía lo que debe estar sintiendo por su hijo.

La puerta se abrió y una enfermera salió seguida de un doctor.

—¿Familiares?

—Soy su padre —Víctor se puso frente a él—. ¿Cómo está? ¿Qué le pasó?

—Le hicimos unos análisis al chico, los cuales mostraron que se intoxicó con un veneno natural, aunque aún no identificamos lo que es. Creemos que pudo haber sido una planta.

Al escuchar eso, Orion miró de reojo a Víctor, quien estaba pálido y sudoroso.

—¿Una... toxina?

— Sí. Mandamos los análisis al Laboratorio Toxicológico de la

Ciudad. Nos tendrán los resultados por la tarde.

La actitud de Víctor fue extraña. Al principio, se mostró pálido, pero luego su cara se tornó sombría y distante, como si no quisiera aceptar lo que estaba pasando. A Orion se le hizo extraño.

—Ya le dimos los tratamientos necesarios y lo mantendremos vigilado.

—Gracias doctor. — dijo Nolan con la voz distante.

El doctor se retiró. Orion se acercó a Víctor.

—¿Se encuentra bien? — le preguntó tocando su hombro.

Eso pareció hacer reaccionar al actor, pues dio un respingo y miró al detective. Asintió y frotó su rostro con fuerza.

—Sólo... no entiendo cómo pudo pasar esto. ¿Con qué se intoxicó?

—Pudo haber sido en la calle. Tal vez comió algo que le haya caído mal o que estaba infectado —miró a Nolan a los ojos—. O tal vez haya estado cerca de una planta venenosa. Hay muchas de ellas, como la ricina.

Orion interpretó la expresión de Víctor Nolan como reconocimiento ante el nombre que le soltó de repente. Sus músculos estaban tensos y su párpado comenzó a moverse. Se tapó la cara, y cuando bajó la mano, estaba recompuesto. Como si se hubiera puesto una máscara.

—Puede ser. Ya lo dirán los análisis.

—Estaba comiendo chocolates cuando lo interrogaba. Tal vez y estaban mal...

—Ya veremos qué sale. Gracias detective. Ahora me gustaría estar solo.

Sin decir nada más, Orion caminó por el pasillo hacia la salida del hospital, recordando cada movimiento nervioso que hizo Nolan. Se le hizo sospechoso y algo alarmante. ¿Sabe lo que es la ricina? ¿Por qué habrá reaccionado a la defensiva cuando mencioné los chocolates?

Afuera del hospital, Orion sacó su celular y le marcó a Hestia, quien le contestó de inmediato.

Orion, que bueno que me marcas. ¿Cómo está el chico?

—Afortunadamente, esta bien. Al parecer se intoxicó —hizo una pausa y miró hacia el edificio—. Estaba comiendo chocolates.

—¿Chocolates? ¿De qué tipo?

—Ferrero Rocher.

Su compañera se quedó callada por un momento.

—¿Hestia?

Nos vemos en la estación. Tengo que colgar. Luego te lo explico.

La llamada se cortó y Orion bajó su celular y lo miró extrañado. Se preguntó qué es lo que estaba haciendo su compañera. 

Muerte al Príncipe de DinamarcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora