Capítulo 32

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Teatro Majestic, calle 44 oeste.

Martes 14 de abril de 2020.

En el vestíbulo del teatro Majestic, fueron retenidos por Andrea Trahan. No quería dejarlos pasar por órdenes de Federico Nóbile, pues quería que no distrajeran a los actores.

—Señorita Trahan, por favor, necesitamos hablar con el señor Nolan y Erika Naler. A ésta última no la hemos interrogado, podría darnos alguna pista importante. — le pidió Orion.

—No insistan, por favor. No quiero tener problemas con el señor Nóbile.

Hestia mordió su labio inferior. Miró el lugar, buscando alguna puerta. Se le ocurrió una idea.

—Entonces no le diga.

Andrea la miró confundida.

—Díganos dónde está la entrada trasera, y nosotros buscaremos a Erika Naler y Víctor Nolan. Usted nunca nos dejó pasar. Nosotros nos colamos.

—No puedo hacer eso...

—Es urgente —Orion la miró a los ojos—. Por favor. Necesitamos hablar con ellos si queremos evitar que Harlan van Dann acabe en la cárcel.

Al mencionar a Harlan, Andrea juntó las cejas. Llegó ese día a ensayar, se veía mal y como si no hubiera comido en días. Todos lo miraban y no dejaban de susurrar. La noticia de su arresto llegó a oídos de todos. Hablan de eso cada que hay descansos. Harlan no se merece eso. Sintió un poco de enojo hacia los detectives por cometer ese error, pero si quieren enmendarlo y hacer que Harlan salga libre, no puede hacer más que ayudarlos.

Andrea suspiró y le indicó con la cabeza que la siguieran.

Los tres salieron del teatro. Donde antes estaban carteles y anuncios de El Fantasma de la Ópera, ahora se presentaba la obra de Hamlet. Había una imagen de Joseph Nóbile, interpretando a Hamlet y sosteniendo un cráneo en la mano. Caminaron hacia la esquina de la calle y Andrea los guió hacia una puerta negra de fierro con la imagen de una victoria alada en dorado. Andrea la empujó para abrirla y los detectives la siguieron.

—Esta la salida de emergencias. Igual lleva a la parte donde los de mantenimiento tienen todas las cosas para limpiar el teatro.

Los guió por el pasillo, en el cual hacía calor. Doblaron hacia la izquierda y llegaron a una puerta algo descolorida. Andrea la abrió y les indicó que entraran.

—Este pasillo lleva al sótano, debajo del escenario donde trabajan los de efectos especiales y donde se mantiene la utilería para la obra.

—En verdad muchas gracias, señorita Trahan. — le dijo Orion.

—Por favor, atrapen a quien mató a Archie.

Dicho eso, se fue, cerrando la puerta. Orion y Hestia caminaron por el oscuro pasillo y llegaron a una especie de sala de mantenimiento; habían luces, máquinas, mesas de controles con los que se debía de monitorear el sonido y la ambientación. Pasaron de largo y abrieron una puerta que los sacó a la zona de la orquesta, donde varios músicos practicaban. Aprovecharon el ruido y se colaron hacia la puerta que lleva a los camerinos.

—Debimos preguntarle a la señorita Trahan cómo luce Erika Naler. — comentó Hestia en voz baja.

—Se me acaba de ocurrir lo mismo.

Pasaron por cada puerta hasta que dieron con el nombre de Erika Naler, camerino que compartía con Christina Montgomery, según decía la puerta.

Hestia tocó la puerta tres veces. La contestación tardó en llegar, pero la voz de una mujer los invitó a pasar. Abrieron la puerta y la mujer frunció el ceño al verlos.

—¿Quiénes son ustedes?

Ambos enseñaron sus placas de detectives.

—¿Usted es Erika Naler? — preguntó Orion.

—Sí.

Los detectives se sintieron aliviados de encontrarla a tiempo.

—Necesitamos hacerlo unas preguntas respecto a Archie Cameron.

La mujer dio un respingo y los miró con ojos tristes. Agachó la cabeza y comenzó a jugar con sus manos.

—El día en que venimos a interrogar al elenco —habló Hestia con voz suave—. Usted no estaba aquí. Creemos que podría saber

Algo que nos ayude a dar con quien mató al señor Cameron.

Erika limpió sus mejillas y sorbió por su nariz.

—Ese día no me encontraba muy bien. Le pedí a Federico que me dejara faltar al ensayo —los miró con tristeza—. Archie era mi novio antes de que muriera.

Los detectives se sorprendieron. Orion sacó su libreta y escribió lo que les dijo Erika.

—¿Tiene alguna idea de quién pudo haberlo asesinado? ¿Alguien que estuviera resentido con él?

Erika suspiró.

—Arrestaron a Harlan, ¿verdad? Ellos dos no se llevaban muy bien, pero no creo que lo haya hecho —después de un momento de silencio, la actriz se levantó de la silla y se paseó por la habitación—. Cuando Archie y yo comenzamos a salir, yo no sabía que estaba con alguien. A mi no me importó, pues él me juró que ya no tenía nada con esa mujer. Pero un día, cuando descansábamos del ensayo en las butacas, una mujer llegó y se llevó a Archie al camerino. No sabía quién era, pero los seguí. Cuando abrí la puerta, la mujer estaba tratando de ahorcar a Archie.

Hestia y Orion se miraron.

—¿No sabe quién era esa mujer?

—Le pregunté a Archie después de eso, pero no quiso hablar sobre ella —se cruzó de brazos y frunció el ceño—. Me enojé un poco con él, pues en verdad quería lastimarlo. Ya no insistí más y lo dejé pasar. Esa mujer nunca volvió a presentarse.

Erika miró la hora y suspiró. Se limpió la cara y se puso más maquillaje para ocular que lloró.

—Lo lamento detectives, pero tengo que salir a ensayar. Espero haberlos ayudado.

La actriz dejó salir a los detectives primero y luego cerró la puerta para irse al escenario. Orion y Hestia se quedaron en el pasillo.

—¿Piensas lo mismo que yo?

—Margaret Evans. — contestó Orion. 

Muerte al Príncipe de DinamarcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora