Capítulo 20

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Departamento de policía, precinto 25,

Viernes 10 de abril de 2020.

Orion se estaba sirviendo una taza de café para terminar de despertarse cuando un oficial le dijo que un hombre llamado Federico Nóbile lo buscaba. Apuró la taza y caminó hacia la oficina de Thompson, donde ya estaban Hestia, su jefe y el señor Nóbile.

Tocó la puerta y su jefe lo dejó pasar. Federico Nóbile estaba cruzado de brazos y vestía de manera casual. Thompson estaba sentado como siempre y su compañera leía un pedazo de papel con el ceño fruncido.

—Quería vernos, señor Nóbile.

El director asintió, contrariado.

—No puedo creer que ahora amenacen a mi hijo —al ver la confusión en el rostro de Orion, resopló—. Esa carta la dejaron en su camerino.

Hestia se acercó y Orion leyó el pequeño poema que estaba escrito en el papel.

¡Muerte al Príncipe de Dinamarca!

Sobre mi desdicha se han mofado.

Sin respeto se pronuncia mi buen nombre.

Al primero de la tierra he desterrado.

Que este heraldo anuncie el final del hombre,

Que por la ponzoña de mi hoja será enterrado.

¡Muerte al Príncipe de Dinamarca!

Frotó su barbilla y se quedó mirando la primera frase. "Muerte al Príncipe de Dinamarca". Por lo que sabe de la obra, Hamlet es príncipe de ese país, aunque no sabe el contexto de las demás líneas.

—¿No le suena eso a una amenaza? — comentó Nóbile con tono apremiante.

—Me suena a muchas cosas, director, y aunque no entiendo del todo a simple vista... parece que tiene razón. Su hijo interpreta a Hamlet, ¿cierto?

—Así es. Estábamos ensayando cuando yo fui por agua a su camerino y vi esa carta. No se la mostré a Joseph por su bien. No quiero que se asuste. Puede llegar a ser muy nervioso con las cosas y necesito que esté concentrado en la obra.

Hestia y Orion se miraron. Thompson carraspeó.

—El señor Nóbile quisiera que la investigación se acelerara. Están a una semana de la obra y quiere que esto quede resuelto antes de la fecha.

Orion se guardó el papel dentro del bolsillo. Miró a su jefe de reojo con algo de irritación.

—Por favor señor Nóbile, nos gustaría hacerle algunas preguntas en privado.

Su compañera lo miró y su jefe alzó la ceja.

—Frye, pueden hablar aquí...

—Es nuestro caso señor —interrumpió Orion—. Con gusto le informaremos sobre los detalles más tarde. Pero necesitamos hablar a solas con el director.

Había algo de tensión en el ambiente; así lo notaron Hestia y Federico. La detective abrió la puerta y le indicó al señor Nóbile que la siguiera.

—Con permiso.

Sin decir más, Orion se retiró de la oficina de Anthony Thompson. Le irritó que les dijera eso, como si no estuvieran haciendo nada. Al ver el poema, se sintió aliviado, pues era otra pista que podrían seguir, y si tenían éxito, los conduciría a la verdad.

Ocuparon una de las salas donde a veces interrogan a las víctimas. Nóbile ya estaba sentado en la cabecera con Hestia a su lado.

—Lamento la demora. — Orion cerró la puerta y se sentó frente a su compañera.

Sacó la libreta y el bolígrafo.

—Este poema nos da algo que seguir, señor Nóbile. Pero quisiera saber... ¿alguien más aparte de Harlan van Dann no tenía buena relación con Archie Cameron? Necesitamos que nos diga todo. Cualquier detalle por mínimo que sea servirá.

Federico suspiró.

—Dentro de nuestra compañía todos se respetan en el ámbito profesional. Incluso Harlan y Archie se respetaban. Pero en lo personal... la verdad es que yo nunca me metía en eso. Ni me importaba —miró los ojos grises de Orion—. Sólo me interesa que nada interfiera en los intereses de la compañía. Ni siquiera los temas personales.

El detective sostuvo la mirada del director.

—Archie Cameron era un seductor, ¿no es así? —Federico asintió—. ¿Eso no interfería con la compañía?

—Claro que no. Yo era muy claro con él en ese aspecto. No me importara lo que hiciera con las actrices, siempre y cuando sea fuera del teatro.

—¿Lo regañaba mucho?

—Lo normal.

—¿Sabe qué es la ricina?

Federico frunció el ceño, realmente confundido. Hestia miró a su compañero, suponiendo a dónde quería llegar.

—¿Qué es eso?

Orion sonrió de lado.

—Nada que deba preocuparle, director —tamborileó los dedos sobre la mesa—. ¿Su hijo fue elegido como Hamlet desde el principio, o hubieron audiciones?

—Como toda obra, hubieron audiciones para el papel protagónico. Nadie lo hizo mejor que mi hijo así que se lo ganó.

—¿Quiénes fueron los otros candidatos? — inquirió Hestia.

—Julian Nolan y Harlan van Dann.

Orion anotó el nombre del primer actor que mencionó. Supuso que sería familiar de Víctor Nolan. Incluso su hijo.

—¿Cree que alguno de ellos quiera hacerle daño a su hijo?

Federico negó con la cabeza.

—Julian es unos años mayor que mi hijo, pero se llevan bien. Y no creo que Harlan se atreva. Acabaría muy mal. No me detendría hasta verlo tras las rejas.

—Investigaremos el significado de esta carta y quién la escribió, señor Nóbile. Se lo aseguramos. — le dijo Hestia. 

Muerte al Príncipe de DinamarcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora