Capítulo 26

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Upper West Side, 222 de la calle 83 Oeste.

Departamento de Harlan van Dann.

Sábado 11 de abril.

Decir que durmió bien ese día, sería una mentira. Después de hablar con la fiscal, Orion y su compañera se quedaron en la estación ayudando a Luke y Violet con otro caso que recientemente tomaron. Se llevaron toda la noche haciendo interrogatorios a varias personas que estaban circulando al momento de que un sujeto, que aún no es identificado, asesinó a una mujer en plena vía. Ayudaron en todo lo que pudieron, pues eran los únicos detectives libres de la división.

El pensamiento de que arrestarían a Harlan van Dann al día siguiente abrumó su mente y no lo dejó dormir. Se la pasó despierto viendo al techo de su habitación; tuvo que salir a correr al parque cerca del edificio donde vive para poder distraerse de sus pensamientos.

Como prometió, Isabel Garza tenía la orden de arresto y de cateo al teatro para buscar específicamente la caja de chocolates. Enviaron a una patrulla para recuperar la evidencia del camerino de Van Dann para poder ir así a arrestar al actor.

—Te ves mal.

El detective suspiró y recargó el brazo sobre la ventanilla del auto. Desde que salieron de la estación, no había dicho ni una sola palabra, a pesar de que Hestia estaba hablando. Se sintió mal por ignorarla, pero tiene la cabeza en otro lado en esos momentos.

—Lo siento, Hestia. No escuché nada de lo que estabas diciendo.

—Lo sé —lo miró comprensiva—. Debe ser duro arrestar al novio de tu hermana.

—Supongo que lo es.

Hestia se cruzó de brazos y suspiró. Se estaban acercando a Upper West Side y Orion cada vez parecía más ansioso y preocupado.

—No podemos hacer nada, Orion. Yo igual tenía mis dudas, pero las pruebas lo son todo.

—Siento que algo no está bien...

Al ver el edificio donde vive Harlan van Dann, los latidos de su corazón comenzaron a latir rápidamente. Sentía la adrenalina recorrer su cuerpo. Si el novio de Catherine en verdad mató a Archie Cameron, lo descubrirá. Le sacará la verdad. Y si resulta que no lo es y arrestan a un inocente, no sabe cómo lidiará con la culpa.

Los detectives salieron después de estacionar el auto. Sacaron la orden de arresto y vieron que la patrulla que los acompañaba se estacionó a unos metros de ellos, por si necesitaban la ayuda. «Espero que no tengamos que traerlo a la fuerza.» pensó el detective mientras caminaba junto a su compañera hacia la entrada.

Orion tocó la puerta del departamento con fuerza. Quería acabar con eso cuanto antes. «Por favor, que no abra Cate.»

Detrás de la puerta cuando se abrió, apareció Harlan van Dann. Vestía casualmente, como si estuviera a punto de salir.

Al ver a los detectives, alzó las cejas, sorprendido.

—Detectives, buenos días. ¿Puedo ayudarlos?

Orion estaba más serio que nunca. Hestia a su lado, no mostraba ninguna expresión en particular.

—Tal vez si hubiera cooperado, esto no estaría pasando.

Harlan frunció el ceño.

—¿De qué hablas?

El detective alzó la mano y mostró la imagen de la caja de chocolates que tomó Hestia el día anterior. Al verla, el actor alzó una ceja.

—¿Qué es eso?

—Encontramos los chocolates en su camerino —le dijo—. Eso fue lo que mató a Archie Cameron.

Fue un momento repentino de reconocimiento en la cara de Harlan, lo cual no pasó desapercibido para los detectives. Luego esa expresión se volvió de pánico. Dio unos pasos hacia atrás.

—¿No creerán que yo...?

—Analizamos uno de los chocolates. Su contenido era la semilla venenosa con la que murió el señor Cameron.

—Por favor, no... ¡no es posible! ¡Yo no lo maté!

Orion avanzó hasta entrar en la casa. De reojo, vio la puerta del cuarto abrirse. Catherine Frye salió de ahí.

—¿Harly?

Al ver a su hermano tan serio, y a su novio aterrado y enojado, frunció el ceño y se acercó a la escena.

—¿Qué pasa?

Hestia se acercó a Catherine y la apartó para explicarle la situación lo más simple posible.

—¿Entonces qué hacía eso en su armario? — le preguntó Orion.

—Eso... ¡escucha! Yo no maté a Archie. No era la mejor persona y definitivamente lo odiaba, pero nunca lo mataría.

Orion soltó un gruñido y sacó unas esposas de su chaqueta.

—Por favor, venga con nosotros a la estación.

—No pueden hacer eso —Harlan se apartó y miró al detective con hostilidad—. Lárguense de mi casa.

—Señor Van Dann, no me obligue a ponerle esto, por favor.

—No iré a ningún lado. ¡Yo no hice nada!

—Tenemos una orden de arresto de la fiscalía —enseñó el papel—. Estoy tratando de que nos acompañe pacíficamente. Por favor...

—¡No!

El actor se alejó de Orion; éste último resopló y dio un paso largo hacia Harlan para detenerlo.

No previno lo que iba a pasar después.

Tomó a Harlan del brazo para inmovilizarlo, pero éste se soltó con brusquedad, empujando al detective. Se volteó para encarar a Orion y le dio un puñetazo en la mejilla.

—¡Eh! ¡No se mueva! — Hestia agarró a Harlan por los brazos y lo jaló hacia la pared para esposarlo.

—¡Suélteme!

—¡Orion! — Catherine se acercó a su hermano, quien limpiaba su labio de la sangre que le salió. Alzó la mano y tocó la mejilla de Orion, pero éste se apartó.

Caminó hacia su compañera, quien tenía inmovilizado a Van Dann.

—Ya le he hecho saber sus derechos. — le dijo Hestia.

—Vámonos de aquí —Orion guardó las esposas y miró enojado a Harlan—. Ahora agrede a un policía.

—Lo... lo siento mucho... yo no...

—Cállese y muévase. — Hestia lo empujó hacia la puerta.

Orion siguió a su compañera. Catherine lo tomó del brazo antes de que saliera por la puerta.

—Por favor, él no hizo nada.

—Eso no lo sabes —sus ojos grises la miraron con enojo—. Por favor, suéltame.

Catherine soltó el brazo de su hermano y lo miró con furia. No podía creer que arrestaran a Harlan de la nada. Sintió odio hacia su hermano menor. ¿Cómo podía hacerle eso?

—¿Cómo te atreves?

Sin decir nada, Orion salió del departamento, con los puños apretados y caminando rápidamente. Quería desaparecer de ese lugar.

Muerte al Príncipe de DinamarcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora