Epílogo

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Tras la desaparición de Orion, sus hermanas lo llamaron varias veces sin recibir respuesta. Él les contestó después de unas horas de lo que había pasado. Catherine Frye se sentía terriblemente mal por haberlo culpado del arresto de Harlan. Al hablar con Charlotte, quien le dijo que estaba preocupada por Orion pues se veía muy decaído, se dio cuenta de lo dura que fue con su hermano menor por querer defender a su novio. Harlan igual se lo hizo ver. Al día siguiente de la obra, habló con Orion en persona y le pidió disculpas por cómo había actuado. Hicieron la paces y Orion le contó que había logrado atrapar a los verdaderos responsables. Incluso se disculpó con Harlan, quien se mostró comprensivo.

—Perdóname por haberte golpeado. Fui impulsivo. — le había dicho cuando hablaron en persona.

Después de eso, el proceso que llevó la fiscal Isabel Garza se desarrolló con éxito. Archie Cameron recibiría justicia al igual que Harlan. Por lo que les informó Orion, todo había salido bien y esperaban que Harlan perdonara a la fiscalía por haber cometido ese error.

Ahora habían pasado dos semanas de lo sucedido y de que acabara el juicio contra Margaret Evans. Catherine se encontraba acostaba sobre su novio, viendo una película en blanco y negro a la cual no le estaban poniendo mucha atención.

—Dejaré la compañía.

Catherine alzó la cabeza y se incorporó. Ya consideraba el departamento de Harlan como su hogar. Pues es donde está él.

—¿Qué quieres decir?

—Después de lo que pasó... ya no me siento cómodo con la situación. Nunca me había sentido tan mal después de una obra. El saber que Víctor dejó que Margaret me usara y que en realidad no soy muy bienvenido en la compañía me dolió demasiado. Años perdidos siendo la burla de los demás... supongo que ya es momento de que abra los ojos y vea por mí y por lo que me haga feliz.

Catherine sonrió y le dio un beso en la frente.

—Me alegra que pienses así, Harly.

Harlan tomó las manos de su novia y las besó.

—He decidido volver a mi lugar de origen. — le comentó con una sonrisita.

Catherine frunció el ceño, confundida.

—¿Volverás a Londres?

Su novio se rió.

—Claro, ya que es donde mi novia está viviendo.

Después de un momento de asimilación, Catherine chilló de la emoción y lo abrazó efusivamente. Lo llenó de besos en la cara, diciendo que lo amaba.

—Yo igual te amo, Cate. Quiero estar contigo.

—Yo también, cariño.

El pub Playwright no era el mejor que Orion había visto en su vida. Tuvo la oportunidad de viajar a Londres y entrar a un auténtico pub, el cual le gustó bastante. Quiso visitar más, pero no se quedaron por mucho tiempo.

Él, Hestia e Isabel decidieron reunirse después de que terminó el asunto de Archie Cameron. La nueva detective y la fiscal comenzaron una amistad desde el día del arresto. Orion no dejó de pensar todos los días en que la había abrazado, y lo peor es que quisiera repetirlo.

—Es por eso que sé un poco de griego —dijo Hestia mientras tamborileaba los dedos en la mesa—. Nací en Atenas y estuve viviendo por unos años. Naturalmente aprendí el idioma, hasta que mis padres me adoptaron y me trajeron a Estados Unidos.

—Pues lo hablas muy bien —comentó Isabel. Orion le dio la razón—. Yo siempre he querido ir a Grecia.

Hestia tomó un trago de cerveza.

—Es hermoso.

Orion recargó el brazo sobre la mesa y sonrió de lado.

—Mi tío Erwin quiso mudarse ahí en vez de Los Ángeles. Quería poner un negocio de embarcaciones, pero mis abuelos se lo prohibieron rotundamente. Él les dijo que si no podía salir del país, se iría a otra parte. Y así lo hizo. Es el rezagado de la familia por eso.

—Fue a vivir sus sueños. — le dijo Isabel. Orion la miró a los ojos.

—Sí. Y eso es lo que admiro de él.

Hestia sonrió pícaramente y se levantó de la mesa. Estiró los brazos y se desperezó.

—Ahora vengo, iré al sanitario.

La detective desapareció entre las personas. Orion tragó saliva y juntó sus manos sobre la mesa.

—¿Cómo esta tu hermana Catherine?

—Bien. Regresará a Londres la próxima semana —sonrió de lado, feliz—. Me dijo que Harlan se irá con ella. Vivirán juntos.

Isabel sonrió.

—Eso es bueno. Tu hermana Charlotte me cayó muy bien. Es muy linda.

Orion sonrió, sintiéndose más que feliz de que Isabel pensara así de su familia. Se tocó el pecho, donde guardaba lo que quería darle.

—Isabel... —carraspeó y la miró, armándose de valor—. Tu y yo en el teatro... ¿podría considerarse una cita?

La fiscal alzó las cejas y sus mejillas se ruborizaron. Frotó su brazo y se encogió de hombros.

—No lo creo. Ninguno invitó al otro.

—Porque... creo que esto sí sería una cita.

Orion dejó unos boletos sobre la mesa. Isabel se inclinó para verlos. Se cubrió la boca con las manos, sin poder creérselo.

—Orion...

—Te perdiste el final de la obra. Y sé que estabas intranquila por lo que iba a pasar en aquella escena. No lo disfrutaste como se debe y quisiera recompensártelo —el detective sonrió—. ¿Me acompañarías a ver la obra de nuevo?

Isabel sonrió ampliamente y le dio unas palmaditas en la mejilla a Orion, quien se ruborizó.

—Sería un honor, detective Frye.

FIN.

Muerte al Príncipe de DinamarcaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora